El 15M, como proceso de cambio social y cultural, siempre fue un disolvente. Limitado, como todos; pero ligero y fuerte a la vez, sigue discurriendo como tal, y no sólo como una referencia del pasado, un hito histórico de la movilización.
Aún falta perspectiva pero ya se va viendo su efecto a largo plazo. Está en la cultura política del presente y en las estructuras del saber político que nos rodea para bien y para mal. No es lo que soñábamos en las plazas, es el aire que salió de ellas una vez respirado en otros muchos lugares, sin ir más lejos, en los ámbitos del poder y de la política. Por eso el 15M actuó como disolvente en la crisis histórica del sistema político de representación. E incluso fue un espíritu de disolución dentro del PSOE. Ayudó a disolver lo que había que disolver dentro de la estructura de poder del viejo partido socialista (ahora, la mitomanía en torno al superlíder como ‘resistente’ debe verse como un recurso electoralista y como un clásico del apropiacionismo de las élites que ostentan el poder, un desprecio a la acción colectiva, en este caso de las bases del PSOE contra sus dirigentes, desprecio que, por cierto, proviene de la misma gente de izquierda que en 2011 no entendió o más bien despreció el 15M, que hoy mismo leerán esto con displicencia o incredulidad y que siempre creerán que los movimientos sociales deben estar subordinados a la política de partido y de gobierno, esa incorregible izquierdona de toda la vida siempre necesitada de poder y de medallas). Ya veremos si eso ha terminado del todo en un partido que pretende renovar la maltrecha socialdemocracia europea pero que sobre todo busca gobernar con programas atrapalotodo, entre el socialiberalismo de Macron y el nuevo populismo de izquierda (quizás también con el ojo ya bien puesto en el ecologismo político, ahora que se intuye su fortalecimiento, para fagocitarlo de manera preventiva). Por poco quincemayismo que sea posible que entre en la actitud de un militante del PSOE, el referente del 15M en las Casas del Pueblo quizás sea hasta peligroso. Seguro que Pedro Sánchez y su tarjeta inteligente (Iván Redondo) miden muy bien en adelante las falsas y publicitarias invocaciones que alguna vez hicieron al 15M, no sea que los militantes otra vez se lo tomen en serio y se lo griten en los aledaños de Ferraz.
Y el 15M, por supuesto, sigue siendo el gran disolvente de Podemos. Si ese partido quiere aceptarse como un nuevo partido más, con su reciente y fulgurante pasado y con un futuro que ellos mismos tendrán que creerse, debería superar mentalmente aquello que, como performance y como necesidad social, entre 2014 y 2016 acabó convertido en un vigoroso ciclo electoral que en rigor se debe denominar ‘ciclo 15M-Podemos’, el vendaval que sentenció al bipartidismo y promocionó un efímero municipalismo alternativo amén de colocar a la vieja socialdemocracia ante su propio abismo histórico: o se renovaba por dentro y se radicalizaba por fuera o caía. El fenómeno Podemos duró esos 3 años aunque paradójicamente su representación como partido, ya desde Vistalegre I, suponía una contradicción absoluta con el propio 15M. Siendo los de Pablo Iglesias los más pro15M, es a ellos a los que el 15M les va pasando más factura, porque el 15M iba lento para llegar muy lejos y Podemos sólo quería atarlo en corto para dar acelerones aun a riesgo de saltarse la tapa de los sesos. Se me ocurren varios pero voy a destacar dos grandes motivos que a mi juicio hacen del 15M el gran disolvente de Podemos: 1) el 15M chocaba con jerarquías y liderazgos; y 2) el 15M puso en medio de la asamblea el valor del respeto y la necesidad del cuidado entre los de abajo.
Pedro Oliver Olmo
Sobre el muro
«Por eso el 15M actuó como disolvente del sistema político de representación»
Hay veces que no sabes si van en serio o van en broma, o sólo quieren confirmar que viven en otra realidad. Vamos a ver:
1)El «15M (15 de mayo de 2.011), no es nada, ni cambió nada, ni tenia fuerza, ni representación ni nada. Es un mito vacío de la izquierda caducada.
2º¿Qué fue lo verdaderamente importante? Que el 22 de mayo de 2011 -siete días después- la derecha ganaría abrumadoramente las elecciones locales y autonómicas, tal y como ocurrió, seis meses después, el 20N, en las generales…
…Pero claro, para esta izquierda caducada, decir que la derecha era abrumadoramente mayoritaria el día 15 de mayo de 2.011, es heteropatriarcal, probush, super ibex y vaticanista.
3º El sistema, está sanisimo, tan sano como que desde el 15 m, ha habido en España un buen número de elecciones, todas conforme a Derecho, traduciéndose a escaños y poder, los votos de los españoles.
4º El PSOE ha ganado las elecciones -mal que me pese- porque ha virado al centro, y eso le aleja -aforturnadamente- de los mitos del 15m
5º Si podemos quiere existir, tiene dos opciones: ose convierte en una fuerza del siglo XXI, aceptando la realidad contemporánea y tratar de competir con el PSOE, o si sigue con las idioteces de Amancio Ortega, del «todos,todas,todes», de reirle las gracias al nacionalismo catalan, terminará por desaparecer…
… pero siempre quedara esa mentira simbólica de que el 15M es algo tangible, real o equiparable a las elecciones que ese año se produjeron.
Es innegable que el movimiento del 15M significó la contestación social más importante hacia el ecosistema político surgido de la Transición y que también fue un punto de inflexión en la agenda de la vida pública.
Ahora, el PSOE se ha marcado el reto de representar al movimiento del 15M y a todos aquellos ciudadanos que hace ocho años dijeron que nadie les representaba, con el objetivo de trabajar juntos con ellos para un sistema libre de corrupción y una justicia libre de injerencias políticas……
Claro ejemplo de utilización del mito del 15M, por apropiación más que indebida.
Cabe recordar que el 15 de mayo de 2.011, el que gobernaba desde 2004, era el partido socialista obrero español.
La toma de plazas de dicho día, fueron como consecuencia de la crisis económica generada por el PSOE, por sus recortes brutales en gasto público -INCLUYENDO PENSIONES- y las tasas de paro inasumibles para un pais desarrollado, causas principales y únicas, por la cual el Partido Popular barrió en las consultas electorales a la izquierda.
La izquierda, aparte de mitos (mayo del 68, o 15m), necesita apropiarse de los relatos de la realidad; y no se puede consentir.
Sí, fue una contestación social, sí, e importante, pero minoritaria, tal y como se vio en las sucesivas elecciones.
Y no: el PSOE, legítimo ganador de las dos últimas convocatorias, JAMÁS, se ha hecho heredero del 15M, es una patraña.
Uno de los grandes defectos de los españoles, es la falta de memoria y no, no debe ser asi…
La estafa inmobiliaria como modelo económico extractivo de las élites financieras. El saqueo privatizador. El bipartidismo maquillador de la tecnocracia. La inexistente separación de poderes. La continuidad del régimen franquista y la impunidad de los crímenes cometidos durante 40 años. (Expolio y genocidio). La inoperancia y connivencia con la patronal de los sindicatos mayoritarios. La manipulación de la opinión pública por los medios de comunicación controlados por las élites…
El 15M consiguió que mucha, mucha gente se politizara. Es decir, que tuviera herramientas políticas para comprender lo que estaba pasando.
No somos libres, y sabemos el cómo y el porqué.