Ya se ven las urnas

Manuel Valero.– No se puede decir que la campaña de locales y autonómicas y europeas, (que parecen las últimas pero paradójicamente son casi las primeras porque de Europa dependemos, compadre), haya arrojado nada cívicamente reprobable como debe ser en nuestro periplo cuatrianual de peregrinación hacia la urna, que siempre fue de cristal excepto en el antipático 1 de Octubre catalán que tiraban más a opaca como una revelación.

Así hemos podido conocer de mano de los candidatos algunos aspectos concretos de las propuestas que ofrecen a los ciudadanos para captar su voto como corresponde en rutina democrática. En Puertollano no ha habido visitas rutilantes salvo las que han arropado a la candidata socialista, Isabel Rodríguez –expresidente Zapatero y ministra Valerio– dejando clara la evidencia de que los mítines ya no son lo que eran como también corresponde a las democracias consolidadas que suelen tener la parada apoteósica en  vísperas. 

En puridad Isabel Rodríguez es más campañera, más candidata cuando se patea barrios, mercados, colectivos para hacerse valer y hacer valer su proyecto de ciudad sin necesidad de rostros mediáticos a su vera. Pero en la carrera por el sillón alcaldilicio tiene cabida la estrategia que cada partido considera. Normalidad normalísima y una sensación de calma aparente. La procesión va por dentro, y a veces, por fuera, dada la incertidumbre que por primera vez enfrenta a los competidores y competidora en la pugna local más abierta de la democracia.

El sota-caballo y rey de ayer, esto es PSOE-PP-IU ha dado paso a otro juego de cartas más abierto, como un cinquillo a seis, en el que todo depende de la habilidad de los cabezas de lista, la actualidad política y social del país, la región y la ciudad, los ajustes de cuentas con el pasado,  la habilidad para convencer de un tiempo nuevo, el encare a un futuro movedizo e incierto y la suerte con la cartas (ley D,Hont).

No hay ciencia empírica para adelantar la voluntad oculta del electorado por más que las encuestas se trajinen hasta el pespunte en el laboratorio demoscópico. Ya se sabe que las encuestas pueden movilizar a los propios o al adversario. Hasta en esto son arenosos los sondeos. Faltan debates. Aquí en Puertollano no hemos tenido ocasión de ver a los candidatos debatir y rebatir propuestas y alternativas como sí lo harán en Ciudad Real a propuesta de la Asociación de la Prensa. Hubo anuncio en Imás TV pero nunca más se supo.

Lo que sí ha habido han sido dos cosas reseñables: la aparición de una encuesta en redes promovida por el muro Vive Puertollano, de nulo rigor científico y profesional y la crisis abierta en la candidatura de Vecinos de Puertollano que ha suscitado una agria reacción del cabeza de lista, Antonio Delgado contra este medio que informó de varias disidencias. La encuesta apunta a una victoria de Ciudadanos y otorga al PSOE la segunda plaza. Pero teniendo en cuenta una vez más que no es un sondeo sesudo por lo sinuoso del método digital que favorece repetir el voto, la encuesta arroja posiblemente el peor escenario: ninguno de los dos bloques derecha-izquierda da una suma de gobierno suficiente lo que hace que la balanza dependa de dos nuevos en la plaza como son Vecinos e Iberistas, sin obtienen escaño. La simple adición de bloques es la salida previsible. A un lado o a otro del río: PSOE más IU o Ciudadanos-PP-Vox. Pero aun así la suma depende de los sumandos. Si IU retrocede obliga al PSOE a superar sus previsiones; si lo hace el PP serán para C,s y Vox los restos del naufragio pero si lo hace en picado tampoco se llegará al once que otorga la vara de mando, salvo que sea C,s el regalado de las papeletas lo cual se lo pondría difícil a la aspiranta socialista.

Una aparente calma que envuelve una evidente emoción ante el veredicto final. A ocho días de la gran cita, todos los aspirantes han hecho una campaña digna que va desde la débil presencia de la candidatura popular al despliegue musculoso de la candidatura del PSOE y el trabajo de calle de los demás y en el que C,s acopia ya los cuatro años de experiencia y con la buena noticia de un auto absolutorio. Una vez más vuelve la incógnita de la presencia de Vox en el hemiciclo local y la posibilidad de que los resultados de las generales experimenten un reflujo del voto y parte de él vuelva a su ser  el 26 de Mayo. El PSOE recibe también el estímulo de una victoria clara en las europeas, según los sondeos, unido a los rotundos resultados de abril con respecto a los demás partidos.

Todo está abierto a una semana escasa del gran día y las apuestas en ebullición. La última palabra la tenemos los contribuyentes que somos, precisamente, los verdaderos hacedores de ciudad y los que encargamos a nuestros vecinos aspirantes que gestionen lo de todos de la mejor manera posible. Pensando más en qué hay de lo nuestro que en qué hay de lo mío. Que esto lo olvidamos, es más, nunca o casi nunca lo recordamos.