El día 17 de mayo a las 19:30 horas, en los Salones de Usos Múltiples de Ayuntamiento de Brazatortas, situado en la calle Real, 91, tendrá lugar la presentación del libro de Eduardo Toledano “Cuando dejamos la boina. Historia e imágenes del fin de un mundo rural”, editado por Ediciones C&G.
En al acto participarán, además del autor, el alcalde de la localidad, Pablo Toledano; el teniente alcalde y concejal de cultura, Francisco Gómez Calvo; la Doctora en Prehistoria y prologuista de la obra, Macarena Fernández Rodríguez y el editor Julio Criado, al finalizar el acto el Ayuntamiento torteño ofrecerá un vino de honor.
Prólogo de Macarena Fernández Rodríguez:
“Cuando dejamos la boina” no es un libro al uso, como su propio nombre sugiere. A medio camino entre libro de Historia y ensayo, esta obra aborda un aspecto de nuestra Historia reciente todavía poco conocido: las transformaciones del mundo rural. Para ello, nos ofrece en primer lugar una visión general de los principales cambios experimentados por la sociedad española desde 1959 hasta 1975, periodo en el que España deja de ser un país rural subdesarrollado, para empezar a formar parte del grupo de los llamados desarrollados o industrializados, caracterizados por una economía industrial y una sociedad eminentemente urbana. Tras analizar el contexto histórico, el autor se centra en el estudio de una comarca natural que conoce bien, ya que es oriundo de ella: El Valle de Alcudia y Sierra Madrona. Situada en el sur de la provincia de Ciudad Real, esta comarca tiene unos rasgos propios, derivados de sus características geográficas, que han condicionado su evolución histórica a lo largo del tiempo. Conocida como dehesa de invernadero de los ganados trashumantes desde la Edad Media, sigue siendo una región eminentemente agraria, poco poblada y pobre.
El libro consta de dos partes bien diferentes, ambas precedidas por un arduo trabajo de investigación y de campo. La primera es el estudio histórico propiamente dicho, mientras la segunda consiste en un repertorio de fotografías comentadas sobre el antes, el durante y el después. En la primera parte se nota la formación historiadora del autor, quien antes de centrarse en la zona geográfica elegida, hace una valoración general de lo ocurrido en el mundo rural español y documenta de manera prolija esta parte de la Historia tan cercana en el tiempo y tan lejana en su conocimiento. Tras el análisis general realiza un estudio detallado de las ciudades, los pueblos y las aldeas del Valle de Alcudia y Sierra Morena, fundamentado en un conjunto exhaustivo de datos esencialmente demográficos y económicos.
El libro recupera los ecos del pasado y a través de las fotografías y sus comentarios nos trasladan a un mundo condenado a la extinción. Se nota que el autor sabe de lo que habla y poco a poco va desgranado parte de su visión de un mundo que un día fue el suyo propio y lo hace con un lenguaje sencillo y campechano, pero a la vez riguroso. Ha sabido captar su esencia.
La segunda parte, dedicada a las imágenes, nos ofrece una ventana al pasado reciente de una forma de vida que durante años ha sido infravalorada y que ahora recobra su valor. Y, a través de los objetos, nos presenta a sus dueños, a veces con simples retazos; personas mayores depositarias de una sabiduría que durante años se ha trasmitido de padres a hijos y que ya no encuentra descendencia. Con ellos desaparece un patrimonio inmaterial, una forma de vida, y lo hace frente a nosotros, sin que a nadie parezca importarle. De todo aquello apenas quedan los restos materiales, pero pronto no habrá quien sepa interpretarlos. De ahí la importancia de este libro, donde Eduardo ha querido inmortalizar los objetos, las casas, los edificios que lo conformaban, y lo ha hecho dotándolos de significado, explicándonos su función originaria y con ello hace historia de lo cotidiano. De especial relevancia me parecen las fotos de interiores, pues nos permiten entrar en el ámbito prohibido, de lo privado. Algunas de sus instantáneas parecen estampas costumbristas que nos muestran objetos cotidianos que, al desligarse de su función originaria, ya no son necesarios; sus nuevos dueños los cambian de escenario y les dotan de nuevo significado, decorativo las más de las veces. Pero Eduardo nos recuerda para qué servía cada objeto, nos desentraña el significado de cosas tan sencillas como el color de una pared o la función de unas aguaderas.
En suma, el lector podrá tener en sus manos un libro interesante y necesario, que nos traslada a los años entre 1959 y 1975, un momento de tránsito entre la sociedad rural tradicional y la urbana industrializada moderna, una parte de la Historia de la que apenas se ha escrito. Los cambios sufridos en España durante esos años fueron tardíos pero rápidos, han devorado (¿transformado?) con ansia nuestra historia reciente, que parece estar condenada al ostracismo.
Pues la verdad que me parece un libro muy interesante.Mi suegro siempre llevó esa boina,siempre trabajó en el campo.En el mundo rural siempre hubo historias muy interesantes.Conozco muy bien toda la zona de C.Real,sus pueblos,sus gente y sus costumbres.Gracias por ese gran libro que espero leer.¿donde puedo encontrarlo?.Un saludo y muchas gracias.