Argamasilla de Calatrava sigue recuperando su pasado y, a tal fin, contribuye de manera decisiva la nueva obra del investigador Manuel Ciudad, quien, en la tarde de este pasado jueves, en el contexto de la Semana del Libro, presentaba su ‘Historia de Argamasilla de Calatrava. Siglos XV y XVI’, dos centurias claves de las que apenas había un ensayo tan pormenorizado.
En sus casi 300 páginas, el autor repasa la especial relación de villa rabanera con la Orden de Calatrava a la que pertenecía; los derechos, propiedades y rentas de las jerarquías calatravas; la particular idiosincrasia del término municipal y la villa propiamente dichos; el Concejo, su marco jurídico-administrativo y la autonomía; la parroquia de Santa María la Mayor; y la sociedad y la economía.
En estudio detallado que, como refería la alcaldesa Jacinta Monroy, “para mí, para la Corporación y para cada uno de los rabaneros y de las rabaneras, es toda una ilusión poder recobrar nuestra historia, nuestros orígenes y creo que es un momento muy especial porque debemos conocer nuestra historia, para afrontar nuestro presente y nuestro futuro”.
Monroy, a quien acompañaba ante el interesado público que se dio cita en el salón plenario la concejala de Cultura, Estela Céspedes, refería que lo particular de haber podido realizar este ensayo editado por el Ayuntamiento, es que “los pueblos que pertenecemos a la Orden de Calatrava tenemos un déficit tal de documentación, que localizar cualquier bibliografía, cualquier documento escrito es muy complicado”.
De ahí que, durante su disertación, Manuel Ciudad comenzara haciendo una especial referencia a las fuentes históricas de las cuales ha podido basar su obra, agradeciendo el hecho de que en las tareas archivísticas, el Consistorio pueda contar ya con cierto material de interés y que la titular de la Biblioteca Municipal ‘Medrano’, Toñi García, le haya podido satisfacer en los contenidos concretos que necesitaba.
Por lo demás, Ciudad intervenía en la presentación “con la enorme satisfacción que supone la culminación de un trabajo”, siendo “un orgullo” personal cada vez que se publica una de sus obras, especialmente porque, “como historiador, creo que tengo la función social de dar a conocer la historia a la gente” y en particular, añadía, “la de su propia localidad que es muy interesante”.
El investigado reconocía que “es la más cercana, la historia de nuestros pueblos, la que es muy, muy, desconocida”, de manera que, a través de esta nueva obra, confía en que la ciudadanía rabanera pueda aprender nuevas cosas de Argamasilla de Calatrava “que es de lo que se trata”.
A eso contribuye la magnífica fotografía que preside la portada del volumen, presidida por una imagen del todo sugerente, que invita al lector a adentrarse en las páginas de esta investigación concienzuda. Una imagen, tomada desde la Glorieta Navarra, se percibe el interior del templo parroquial y la calle Umbría, porque las dos puertas de la iglesia están abiertas de par en par.
Una escena con la que casualmente se topó el propio historiador y a la que, como decía Ciudad, Andrés Mejía, el maquetador de la obra, ha sabido darle el enfoque necesario para atraer al lector. “Además, como ese pórtico es del siglo XV y la otra de detrás, de los siglos XVI y XVII, tiene de simbolismo esa especia de túnel del tiempo en el que nos podemos introducir”.
En todos estos años, el Ayuntamiento rabanero ha posibilitado la edición propia o a través de autores y firmas externas, la publicación de numerosos ensayos que profundizan en la histórica concreta o más general del pasado de la localidad, en la dificultad añadida de que gran parte de los documentos que atesoraba la institución consistorial fueron quemados a principios del siglo XX.