Jesús Millán Muñoz.– Gregor Mendel, 1822-1884, fue un agustino y naturalista que descubrió las famosas leyes de Mendel, que publicó en 1865, que fue considerado el fundamento de la genética.
Denomino Síndrome de Mendel, porque podría ser el prototipo de una invención o descubrimiento, teórico o práctico, que es descubierto por algún miembro de la humanidad, y lo da a conocer a la humanidad, pero no se valora y casi se olvida. Y esto es lo que sucedió con los descubrimientos e investigaciones de Mendel hasta que en 1900 varios investigadores volvieron a valorar las leyes de Mendel por separado.
Podríamos y deberíamos plantearnos varias cuestiones, sin entrar en la famosa paradoja de Mendel, o dicho de otro modo, si de alguna manera los datos los camufló o maquilló para obtener sus famosas leyes. Si debemos cuestionarnos algunos datos:
– ¿Puede hoy suceder, que en alguna o algunas ramas del saber humano, del saber ortodoxo humano, ciencia, filosofía, artes, tecnología, un descubrimiento o una invención humana sea descubierta, sea publicada o mostrada al público, y no se tome en cuenta, y acabe perdiéndose o destruyéndose?
Es concepción general, que hoy, ideas o conceptos o descubrimientos o invenciones, con los medios de comunicación masivos que existen no se pueden perder o destruir, pero la cuestión es si podemos estar seguros de ello. ¿Pudo Ramanujan y sus aportaciones haberse perdido, si los interlocutores matemáticos ingleses no los hubiesen valorado?
¿Hoy, es lugar común, pensar que un descubrimiento, importante, o una producción cultural esencial, no se perderían, por los medios de comunicación masivos, y por todas las entidades culturales y personas que forman y conforman la realidad sociohistórica actual?
¿Pero hoy en un mundo globalizado, con millones de personas, que se dedican, de un modo a otro a la creación cultural, la invenció o descubrimiento o autoría cultural, a y en todos los campos, del saber ortodoxo humano, no pueden perderse invenciones o descubrimientos o concepciones, que podrían ser diferentes o abrir nuevos campos…?
¿Hoy, con tal cantidad enorme de producción cultural, en todos y cada uno de los campos del saber cultural ortodoxo, que ni siquiera los propios especialistas, en un saber, pueden controlar todo lo que se produce en su campo, no puede existir, ni siquiera la posibilidad, aunque no sepamos con que probabilidad, según los diferentes saberes, que algo se pierda o se destruya o se olvide en el sueño de los justos?
¿Ciertamente la probabilidad, de que algo se pierda, quizás no sea la mismo en las ciencias, en la matemática que en las ciencias sociales, o que en el arte o en las artes, o en las tecnologías, o en las teologías, pero no existe la posibilidad-probabilidad de un grado suficiente de incertidumbre en esta cuestión…?
¿Alguien puede estar absolutamente seguro, que una producción cultural, en un campo determinado realizada por una persona equis, que no ocupe ningún lugar en alguna de las universidades del mundo, y que viva o exista en algún lugar apartado del mundo, o en una megalópolis, en algún barrio del mundo, aunque encuentre alguna nueva idea o concepto o pregunta o descubrimiento, en su campo de saber, e incluso lo publique, digamos con medios modestos, o incluso en Internet, alguien puede asegurar que no se pierda dicha contribución, que no se le otorgue importancia, ni al supuesto autor o autora, pero tampoco a la aportación?
¿Incluso a mayor grado de innovación, quizás más difícil el descubrimiento y aceptación de ella?
– Estamos hablando de grandes contribuciones, innovaciones de gran calado, grandes descubrimientos o grandes concepciones que se pueden perder, ¿pero lo normal es que los descubrimientos sean pequeños, y estos quizás también tengan más probabilidad de olvidarse…?
¿Acaso en las artes, no existen grandes figuras hoy, que se han redescubierto casi por azar o por los entresijos causales y casuales de la historia? ¿Pero es que además sucede, que algunas contribuciones, pueden perderse más fácilmente que otras, producciones que se materialicen en papel, pueden perdurar más tiempo, pero por ejemplo, contribuciones artísticas, en obras de arte se pueden destruir antes…?
– Para terminar, hay que preguntarse, ¿primero, no deberíamos plantearnos la posibilidad de hacernos esta pregunta, este interrogante? ¿Plantearse seriamente el estudio y el análisis desde distintos saberes, si es posible, que se estén perdiendo, después de descubiertas contribuciones en el mundo cultural, sean de unos saberse o sean de otros…?
¿Segundo, se produzca en mayor o menor grado tal situación, no podrían hoy, con los medios informáticos y de documentación existentes, que toda contribución en un campo, si los autores, lo desean, se puedan acumular y guardar y documentar en algunos archivos, online o materiales, para las generaciones futuras…?
Al final, podemos saber lo que no se ha perdido o destruido, lo que en la última hora, el último momento se redescubrió y no se perdió, pero lo que se haya perdido, a lo largo de generaciones, e incluso ahora, eso no se puede saber y conocer con seguridad. Ahora estamos y tenemos la tecnología para que esto no suceda, ¿pero tenemos la voluntad y el interés…?