Carlos Sanz.- Parece una escena sacada de un crimen. Acercarse estos días a contemplar cómo yace la encina milenaria tras venirse abajo tiene una estampa forense. Desplomada como un cadáver, con el acceso acordonado y precintado por la Guardia Civil, nadie puede entrar desde el 30 de marzo cuando hordas de curiosos acudieron a la finca para fotografiarse junto a la inerte encina como si de un trofeo de caza se tratara. El morbo no conoce límites en esta época de postureo en redes sociales.
El pasado 19 de marzo caía el árbol más emblemático del Parque Natural Valle de Alcudia pero el macabro incidente se conocía públicamente diez días después, cuando la imagen yacente de la encina produjo un revuelo de órdago en redes sociales. A las pocas horas de viralizarse, el director del Parque Natural se apresuraba en facebook a ofrecer una explicación pero la pregunta es por qué nadie del parque informó del fatal suceso antes de que los usuarios comenzaran a denunciar en redes sociales lo que había acontecido. En cualquier caso, la caída de la encina milenaria supone un fracaso estrepitoso. Que se pierda el principal icono del parque es consecuencia de una inadecuada estrategia por conservar y mantener un patrimonio natural único. Un ejemplar de estas características, por muy precario que estuviera (a la encina le pasaron todo tipo de infortunios desde el desprendimiento de una de las ramas principales hasta ser alcanzada por un rayo) no merecía un final de este tipo. Es de perogrullo que no era inmortal pero qué menos que desde el parque asegurar su preservación por muchas trabas que la propiedad particular pusiera.
Es llamativo comprobar cómo la dirección del parque achaca toda la responsabilidad de lo sucedido a los propietarios de la finca donde se ubica la malograda encina. Sin embargo, se supone que el principal objetivo de un parque natural es establecer un marco normativo que facilite la conservación de todos sus elementos. En el artículo 2 de la ley 6/2011 de declaración del parque natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona se deja bien claro: “Se garantice la conservación del paisaje, gea, flora, fauna, suelo, aguas y atmósfera de este espacio natural, de la estructura, dinámica y funcionalidad de sus geosistemas y ecosistemas, con especial atención a los recursos naturales considerados protegidos y de conservación prioritaria por aplicación de la legislación básica y la normativa general de protección de la naturaleza de Castilla-La Mancha(…)”.
También, en el Plan Rector de Usos y Gestión –pendiente de su aprobación- se establece como objetivo primordial sobre cualquier otro, “el garantizar la conservación de los valores y recursos naturales, incluidos el paisaje, los elementos geológicos y geomorfológicos, los hábitats y las especies de la fauna y flora silvestres” así como “conservar cuantitativa y cualitativamente o restaurar, cuando se encuentren artificialmente alterados, todos los recursos naturales del Parque Natural y en especial aquellos que estén protegidos”. Pero se ve que dichos objetivos de preservación han quedado relegados, en este caso, a lo que los propietarios de una finca decidan a tenor de las declaraciones del director del parque.
Y aquí se llega al meollo del asunto ¿Contaba la encina milenaria con una figura de protección? ¿Estaba incluida en el Inventario de Árboles y Ejemplares Singulares? Tal y como informaba el director del parque en redes sociales, hace cuatro años se propuso a los dueños la posibilidad su inclusión como árbol singular y un convenio de colaboración con el Parque Natural para establecer actuaciones de conservación y garantizar la seguridad de las visitas, «pero la propiedad lo rechazó y puso un cartel para autorizar un régimen de visitas a nivel particular» remachaba. Entonces ¿La negativa de unos propietarios a alcanzar un acuerdo sobre la preservación de la encina impidió a la dirección del parque o a la Consejería de Medio Ambiente y Agricultura llevar a cabo medidas de protección urgentes tal y como requería la encina habida cuenta de su precario estado de conservación? ¿No podía haber actuado de oficio la administración?
Echemos un vistazo al artículo 35 de la Ley 3/2008 de Montes y Gestión Forestal Sostenible de Castilla-La Mancha. En él se refleja textualmente lo siguiente: “Aquellos ejemplares particularizados o agrupados en pequeños rodales de cualquier especie vegetal, autóctona o alóctona, considerados excepcionales por su belleza, rareza, porte, longevidad, interés cultural, histórico o científico, o cualquier otra circunstancia que lo justifique, serán declarados singulares y se inscribirán en el Inventario de Árboles y Ejemplares Singulares de Castilla-La Mancha, que tendrá carácter de registro público. La declaración se realizará por resolución del titular de la Consejería, previa instrucción del correspondiente expediente y audiencia a los propietarios de los ejemplares en cuestión. El procedimiento podrá iniciarse de oficio o a instancia de parte”.
Además, se señala que la consejería podrá establecer “convenios con propietarios de terrenos en los que se encuentren árboles singulares incluidos en el Inventario, aportando ayudas económicas y técnicas para la adopción de medidas destinadas a mantenerlos en buen estado de conservación”. Según la dirección del parque, no hubo forma de alcanzar un acuerdo y desde la finca aseguran que en estos 5 años que llevan ocupando la propiedad de Hato Blanco, nadie del parque ni de la Consejería ha acudido allí a evaluar el estado de conservación de la encina milenaria.
La confusión acerca de si la encina milenaria es o no un árbol singular es patente en diversos portales de turismo. En algunos de ellos, como Turismo Ciudad Real o El Edén de la Mancha, se habla de ella como “árbol singular” pero tal figura de protección no aparece en el catálogo del gobierno regional. Según la información consultada, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural solo ha declarado como árboles singulares una decena de ejemplares y todos están localizados en las provincias de Albacete y Cuenca. En el Inventario de Árboles y Ejemplares Singulares de Castilla-La Mancha, no aparece la encina milenaria lo que dificultaba su protección integral. De hecho, formar parte de este inventario hubiera propiciado que entrara en vigor la prohibición de realizar cualquier intervención que pudiera perjudicar directa o indirectamente el normal estado de dicho ejemplar.
Lo cierto es que haber sido declarado Parque Natural, LIC (Lugar de Interés Comunitario), ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), IBA (Área de Importancia para las Aves) y gozar de numerosas Microrreservas y Monumentos Naturales no hacen del Valle de Alcudia un espacio tan protegido como en teoría cabría pensar. Las amenazas en su conservación se dan con más frecuencia de la deseada; por poner ejemplos nos encontramos con el cierre de caminos históricos y públicos en algunas fincas cinegéticas, el archiconocido conflicto en la Venta de la Inés, las draconianas restricciones de fechas y horarios para visitar la fuente del alcornoque y la cueva de la venta, la demolición de parte del poblado minero histórico de Las Tiñosas, las dificultades para acceder a la laguna volcánica de La Alberquilla cuyo acceso, a través de una vía pecuaria, se encuentra cortado por una valla ilegal y se carece de un régimen regulado de visitas. Toda una serie de hechos que deben inducir a los responsables del parque a recapacitar sobre su gestión. La pérdida de la encina milenaria solo es la puntilla en esta accidentada andadura del Valle de Alcudia como parque natural.
Buen artículo de denuncia. Aprovecho para comentar el estado de abandono de varios nogales centenarios a la orilla del arroyo Alarconcillo, en el Parque de las Lagunas de Ruidera, cerca de ermita de San Pedro. Uno de ellos sufrió la rotura de una gran rama hace varios años. El árbol sigue con las raíces al aire, la rama caída en el arroyo y el lugar completamente abandonado. Una pena.
En 2015, la propiedad rechazó un Convenio de Colaboración con el Parque Natural que contemplaba una serie de actuaciones para mejorar la conservación de este árbol.
En cualquier caso, como dice el refranero, «entre todos la mataron y ella sola se murió». Ya es hora de que cada protagonista asuma su responsabilidad…..
La administración, del PSOE, puede ACTUAR DE OFICIO.
Y EL PSOE NO LO HIZO.
Eres el palmero más sinverguenza que existe en este pais.
Le recuerdo que se trata de un àrbol ‘milenario’……
Por cierto, el inicio de un procedimiento de oficio requiere la audiencia de los propietarios……
A propósito, hay insultos que solo denigran a quien los profiere…..
Hola, Ramón!
Esto es solo la punta del iceberg de todo un cúmulo de despropósitos en este Parque Natural:
– El Roble Abuelo (Quercus pyrenaica), en el t.m. de Fuencaliente, es otro arbol monumental que tampoco cuenta con ninguna protección especial, y va camino de correr la misma suerte.
– La población más meridional del mundo de Myrica gale (un arbusto propio de turberas y zonas húmedas), que se encuentra en el Bonal de las Sierpes, está apunto de desaparecer por la desecación del bonal en el que se asienta a costa de las extracciones ilegales de agua de la finca donde se asienta.
– El resto de bonales, trampales y turberas de la zona corren el mismo riesgo de desecación por las extracciones ilegales de las fincas.
– La única población de pino resinero (Pinus pinaster) de toda Sierra Morena, situada en el valle de Navalmanzano, aislada y sin posibilidad de regeneración, amenazada por las plantaciones forestales del entorno y la pésima gestión cinegética.
– Las poblaciones de Quercus canariensis, las únicas de toda Castilla La Mancha y de todo el interior peninsular, amenazadas y en retroceso por la dificultad de regeneración debido a la sobrepoblación de grandes ungulados criados para cazar y por las talas para la apertura de comederos y tiraderos para la caza, así como por las plantaciones forestales desmedidas (como el destrozo hecho en el Valle de Cereceda, por poner un ejemplo)
– La misma situación para los bosques de Quercus pyrenaica y Q.faginea, estos también afectados por las plantaciones forestales.
Clarificador el artículo y clarísimo la dejación de la dirección del Valle y de la Junta vergonzosa.Asco de pais
Creación del parque 2011.
Tiempo transcurrido apenas ocho.
Edad estimada de la encina 1000 años.
Encina en parque natural 0,8 % de su vida.
¿se puede hacer algo?… quizás un poco, seguramente muy poco.
La encina sigue viva!!! aunque caida creo que se puede hacer algo.