El escritor daimieleño, Miguel Galanes, ha acudido al Patio de Comedias de Torralba de Calatrava, para explicar el proceso de creación de su novela `Cauce de la desolación´, y desentramarla capítulo a capítulo, a los miembros del Club de Lectura local, y a cuantos torralbeños y torralbeñas estuvieran interesados en la obra.
Miguel Galanes era presentado por María Teresa González, quien destacaba del profesor de Lengua y Literatura daimieleño, reconocido escritor desde la etapa de finales de los años setenta, cuando publicó su primer libro, que “cada vez que ha sido llamado para que acuda a Torralba por cualquier motivo, siempre ha estado dispuesto a acompañarnos”.
En opinión de González, la novela es de “denuncia y reivindicación, un libro complejo que condensa tres o cuatro géneros literarios a la vez, con el atractivo de que habla de la historia de nuestra tierra con una narrativa que bordea el ensayo en una preciosa prosa cargada de la mejor poesía”, explicaba.
Algo en lo que coincidían el resto de asistentes, para quienes la novela les trae “buenos recuerdos, y no tan buenos, recuerdos a los mayores en sus dichos y refranes que son seña de identidad en cualquier pueblo del entorno de Daimiel”.
Por su parte, Miguel Galanes trasladaba a los asistentes que escribir `El cauce de la desolación´, le había llevado más de una década de su vida, pues empezó a escribirlo prácticamente cuando acabó su libro `Añil´, en 1997, y casi hasta 2014; una obra que Ediciones C&G, del Grupo Oretania sacaba a la luz en 2017, y que desde entonces se ha vendido muy bien.
Ya de por sí voluminoso, el libro ha “engordado” en esta edición en más de 70 de páginas, al haberse engrosado el cuerpo de la letra para mejorar su lectura, además de contar con un nuevo y pequeño apéndice llamado `El Misterio del Albercón´.
Entre sus páginas, como manifestaba el propio Galanes, se cuela el contraste entre el mundo rural y el urbano, el enfrentamiento entre clases sociales, el río hace de guía vertebradora de toda la vida del pueblo, y aparecen temas, por desgracia tan presentes como las migraciones y la violencia de género que en este caso surge en mundo rural y se traslada al mundo urbano.
Explicaba además que tanto las vivencias como los personajes del libro son reales “pero muy camuflados, pues tienen parte de realidad y parte de imaginación”, y hacía un repaso a los nombres de los mismos “siempre con doble intención ya que el significado de cada nombre define al personaje”. También se da la curiosidad de que la novela está escrita en tercera persona a excepción de uno de los capítulos que aparece en primera persona, además se desarrolla a lo largo de un año y a través de tres generaciones, y se da la circunstancia de que la naturaleza “siempre está puesta en manos de mujeres”, afirmaba Miguel Galanes; lo cual dice mucho de este autor, cuya literatura siempre gira en torno a La Mancha, y especialmente a esa naturaleza.
Su escritura –dice el escritor- “es una forma de reivindicar lo nuestro”; y él lo hace ambientándola en una época que define como “mágica” y que logra llevar al lector a los años 80 cuando la gente de provincias llegó a Madrid. En esta ocasión, frente a un público torralbeño al que Miguel Galanes estaba dejando embaucado y con ganas de leer más, él les deseaba que la obra les fuera “amena” y que sintieran dentro de ella “ya que Torralba es Daimiel”, finalizaba indicando para dar paso a la firma de los libros que el público torralbeño había adquirido
