El Centro Cultural La Confianza acogió este jueves la conferencia ‘¿Qué comen los jóvenes? ¿Qué deberían comer?’, en la que se abordó el consumo de alimentos en población joven según los patrones de la dieta mediterránea. Se trata de una de las actividades del proyecto de divulgación científica ‘Ciudad Ciencia’ que desarrolla el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas.
El teniente de alcalde de Cultura, Turismo, Educación y Festejos, Manuel López, señalaba que “se trata de un convenio que tenemos firmado con el CSIC para dar a conocer los proyectos que llevan a cabo de investigación, para que la gente sepamos en que se invierte nuestros impuestos, por lo que en esta ocasión tenemos esta conferencia que habla sobre la dieta mediterránea, que no es un arraigo cultural, va más allá hacia una dieta equilibrada y una manera de saber cocinar”, explicó.
La ponencia, a cargo de Ana María Veses del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN, CSIC), ensalzó la dieta mediterránea como una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, rica y saludable, pero también analizó un estudio sobre el consumo de alimentos en una muestra de jóvenes y su relación con los patrones de este tipo de dieta, en la que despunta su afición por la comida rápida y hábitos de alimentación diferentes según su sexo.
“Las diferencias que hemos visto es que los chicos comen distinto que las chicas, por ejemplo las chicas comen más frutas y verduras y los chicos más legumbres y pescados”, apuntaba Ana María Veses, pero aparte de eso añadía que “hay un consumo incrementado de carnes rojas, que en principio debería haber un consumo más bajo, la gente joven apenas comen frutos secos que son recomendados y tienden a reducir ingesta de hidratos de carbono y aumentar la de proteínas, por lo que está algo desequilibrada la dieta y tendrían que reconducirla para comer un poco mejor de lo que comen”.
Ana María Veses recordaba que la dieta mediterránea se basa en un elevado consumo de cereales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres, incluyendo los pescados y el aceite de oliva como fuente principal de grasas y un bajo consumo de carnes y grasas saturadas, todo ello en un entorno de hábitos saludables.