Cuando surge un movimiento social reivindicativo, los motivos están claros: se trata de una serie de inquietudes o problemas compartidos por un sector, mayor o menor, de la sociedad.
Visto hasta aquí, la Plataforma por el Agua y la Viña, es un movimiento social como tantos y tantos otros. Sin embargo, una serie de circunstancias especiales transcurridas durante estos 136 días de encierro, han hecho de esta Plataforma un fenómeno social.
{mosgoogle} Aquí hay involucradas personas mayores, que entre todos suman muchos años y vivencias de todo tipo. Alguien, desde fuera, podría pensar que al ser jubilados se aburren y que vienen aquí a hablar con uno, con otro…, a distraerse un rato. Pero los que estamos dentro sabemos que no es cierto. Sabemos que están involucrados hasta las cejas y con todas las consecuencias, porque lo estamos viendo a diario, bien sea con su aportación de ideas o en su colaboración activa con el encierro, la marcha a Toledo y en todas las acciones que estamos llevando a cabo. Y también sabemos los motivos que tienen para estar aquí. Se han dado cuenta de que toda una vida de sacrificios pudiera no servir para nada.
También se han involucrado las mujeres, ¡ y de qué manera! No podía ser de otra forma, porque ellas, al hacer la compra, son las primeras sufridoras de los problemas que arrastramos desde hace tiempo, y además, son partícipes directas de muchas de las faenas que hacemos en el campo. Hasta los niños, que vienen con sus madres todas las noches a estas asambleas, se sienten como en casa en esta Plataforma.
También se han sumado los jóvenes (los pocos que van quedando en la agricultura), que con su energía y empuje, hacen una aportación muy importante.
Aquí estamos personas de todas las edades, ideologías y gremios unidos en un frente común.
Hemos sufrido juntos las humillaciones a las que nos han sometido la Prensa, los Políticos, las Organizaciones Agrarias… Nos han expulsado de Actos Públicos. Nos han insultado. Nos han tratado poco menos que de locos porque, según ellos, no sabemos lo que pedimos y tampoco sabemos pedirlo. Han intentado poner a la sociedad contra nosotros, y en parte lo han conseguido. Hemos sufrido la censura de la Prensa (viviendo, como vivimos, en un sistema de libertades y en el siglo XXI). Estamos llevando a cabo un largo encierro con un gran sacrificio, y parece no importarle a nadie. Hemos intentado hablar con los responsables políticos, y al hacerlo, lo único que hemos conseguido es que se burlen de nosotros. Nos han utilizado en Campaña Electoral diciendo que esta Plataforma era un Movimiento Político. Y, como colofón, después de una larga marcha con frío y lluvia hasta Toledo, nos recibe la Policía a palos. Palos que han recibido tres compañeros nuestros, pero que hemos sentido todos como propios. Palos por hacer una Manifestación pacífica y legal. Y, encima, sale el Delegado del Gobierno en Televisión, diciendo que los culpables de esos palos hemos sido nosotros. Nos han tratado como a delincuentes o terroristas por el “grave delito” de haber pedido AGUA PARA VIVIR. Incluso nos han montado una especie de encerrona para decir a la sociedad que somos violentos y queríamos agredir a un Ministro. Y lo más grave, es que personas de nuestro entorno, influenciadas por los medios, han tenido diferencias con nosotros por el hecho de pertenecer a esta Plataforma.
Pues bien; haber sufrido juntos durante estos cuatro largos meses todas estas vejaciones, ha generado en la Plataforma por el Agua y la Viña, algo muy especial que nos diferencia del resto. Poco a poco, y sin darnos cuenta, ha ido fluyendo una carga emotiva que nos ha hecho sentir como en familia, y es aquí donde radica nuestra fuerza y nuestro éxito presente y venidero. Es por eso, que todos nos prestamos sin vacilaciones a colaborar, cada uno en lo que sabe o puede, para que esto funcione. Es por eso, que cada día tenemos más fuerza e ilusión. Y es por eso, que este Fenómeno Social no lo va a parar nadie, ni personas, ni Instituciones.