Entre ayer y hoy he visto tres noticias de alcance nacional, aparentemente inconexas, que dicen mucho del nivel de la educación y la cultura de las generaciones más jóvenes de nuestro país.
– Entrevistaban en la gran vía madrileña a jóvenes de distinto sesgo que se estrenaban como potenciales votantes. En su inmensa mayoría, no solo es que no supieran qué elecciones van a celebrarse este año, ni citar el nombre de más de un presidente del gobierno de la democracia española (“eso lo estudié, pero no me acuerdo…”), es que ni tan siquiera sabían citar el nombre de ninguno de los líderes de los 4/5 principales partidos que se presentan a las elecciones de abril.
– Greta Thunberg es una muchacha sueca de quince años que va a visitar al Presidente de la Comisión Europea (a jóvenes y no tan jóvenes les preguntaría yo quién sabe lo que es la Comisión Europea – o cómo se llama su Presidente actual), para exponerle su preocupación sobre las causas y los efectos del cambio climático. Tal es su preocupación, que ha generado un movimiento estudiantil en Suecia para protestar todas las semanas (igual que los pensionistas en España).Entre la juventud sueca y la española – si es que cabe generalizar, y en este caso sí lo creo – “la comparación es odiosa”.
– Pedro Sánchez utiliza en su libro una célebre cita de Fray Luis de León (“como decíamos ayer…”) que atribuye a San Juan de la Cruz, y todo el mundo se “rasga las vestiduras”. Estoy de acuerdo con Marcelino Lastra cuando lo califica de error imperdonable, porque ilustra el escaso nivel cultural de las élites que nos dirigen o representan. Quien no entienda la trascendencia de fondo, sobre las consecuencias de infravalorar la cultura nacional,es que no tiene “amplitud de miras”. Aquí debo hacer un largo inciso, porque hay “tela que cortar”:
En el fondo del citado artículo de Marcelino, subyacen dos ideas. Una, que la banalización de la cultura del pueblo, o la sociedad española, alcanza hasta a las élites ¡Qué mejor forma de representar a la ciudadanía! (sarcasmo). Dos, que lo mismo que en la sanidad, hay una cultura para las clases populares, y otra para las élites – y no vengo a referirme a las élites culturales, aquellas con conocimiento en materia de artes o letras. Durante muchos años se ha invertido mucho dinero público en actividades culturales, para que el acceso a la cultura no dependiera del poder adquisitivo de la gente; y en efecto, las subvenciones culturales han permitido cubrir costes de producción, para que no recaiga todo sobre el bolsillo del público, o se puedan emprender propuestas con ciertas garantías iniciales. Sin embargo, se ha producidoun efecto perverso y paradójico, como es la total y absoluta banalización de la cultura, por la que la mayoría de lasclases populares, ni tienen interés, ni les interesa pagar por ella: gratis. La cultura, entendida como actividad de entretenimiento y ocio, no como formación espiritual del individuo. Por el contrario, las clases más pudientes, que siempre han estimado el valor de la cultura, son las que mantienen principalmente la cultura de élite.
Personalmente, yo atribuía aquella cita a Unamuno, tampoco sabía que era original de Fray Luis de León. Mea culpa. Estudié a Fray Luis de León de pasada. Sí puedo decir que he leído varios libros de Unamuno, pero ninguno de Fray Luis de León, ni de San Juan de la Cruz. Aunque puedo decir que he escuchado mucha música española de otros eclesiásticos de la época, como Francisco Guerrero, y no puedo decir que la gente sepa que el siglo de Oro español fue el siglo XVI… en música. Pero para muchos, la cultura consiste en poder encuadrar los distintos momentos a través de anécdotas. Hasta se editan libros que se llaman ”Manual para enterados”, o “Manual para dummies”¿Para qué usar una palabra en español, si la moda es usar el idioma de “Shexpir”?¿Para qué leer a los griegos, si el más grande de ellos dijo “Yo solo sé que no sé nada”? ¿Para qué leer a los racionalistas, si un francés lo resumió en un solo palabro, “pienso-luego-existo”? ¿Para qué leer filosofía? ¿Para qué leer el Quijote, si conocemos toda su iconografía? ¿Para qué la literatura, el teatro, el arte clásico o la música culta? ¿Para qué leer historia, o al menos leer la prensa, si ya tenemos Facebook y las noticias falsas? ¿Y cómo fiarse del nivel cultural de unos políticos, que sean revisionistas, negacionistas, o abiertamente mentirosos compulsivos – o que lleguen a decir “yo soy de los que pienso…”?Entonces ¿Dónde ha de comenzar la formación? La respuesta no es tan evidente: en la escuela, … pero también en casa.
Está “archidemostrado” que la preocupación por la formación de los niños y jóvenes, es mayor en familias donde el nivel adquisitivo es alto, y en donde los progenitores tienen formación académica superior: el acceso al refuerzo académico ha de buscarse y pagarse. Los niños, que antes aprendían la vida jugando en la calle con otros niños, ahora están saturados de actividades, sin que en muchos casos puedan dedicar su tiempo de ocio individual a profundizar lo que se aprende en escuelas de música, de deporte, de idioma… La formación, entendida como la sustitución de la búsqueda de la personalidad propia en beneficio de la alienación; la falsa conversión del tiempo bruto, ampliado a tiempo neto. Y cuando no, el ocio en un mundo virtual.
Continuamente se pide que se implementen en el sistema educativo muchas cosas. Por desgracia, la interesada falta de consenso para conciliar posiciones ideológicas en nuestro sistema educativo, es el “talón de Aquiles” de nuestro sistema democrático, porque es desde aquí desde surgirá todo lo que se materialice en el futuro. Prueba de que la falta de consenso se debe a “espurios” intereses políticos, es el boicot del P.P. al pacto educativo en 2010 propuesto por el ministro Ángel Gabilondo.Tal vez no fuese la mejor solución, pero el boicot a un pacto de Estado en esta materia (aunque fuese de mínimos) es un gesto que no puede pasarse por alto, ni es justo repartir responsabilidades equitativamente.
El problema no está en la enseñanza privada – que concilia su autonomía con el respeto a la normativa – sino en la enseñanza pública: recursos económicos, formación pedagógica del profesorado, estabilidad laboral, ratios, uso de la autoridad, apoyo a la labor docente o al alumnado, … La L.O.M.C.E. entiende la Mejora de la Calidad Educativa en términos de productividad económica. Inmersos en un mundo, como estamos, donde el valor de las cosas se cuantifica o se traduce por su valor mercantil, es preciso insistir e insistir en el valor de cosas intangibles que aparentemente son inútiles: hay otros modelos de vida, no solo el “sueño americano”. Aburre insistir una y otra vez en la necesidad de implementar la cultura en la vida corriente de la gente, como crecimiento del espíritu individual, y como motor imprescindible de progreso de la sociedad española.Dicho de otro modo, la L.O.M.C.E. no viene a corregir los problemas de fondo de las leyes educativas que la precedieron en el periodo democrático que siguió a la transición: L.O.E., L.O.C.E., L.O.G.S.E.
Desde mi punto de vista, el problema es estructural. Educación infantil y 6 cursos de Primaria que se imparte en colegios;el paso de los niños al instituto, a la edad de 12 años, me parece prematuro. Las calificaciones en la E.S.O. – que no tienen valor en el expediente académico de Bachillerato – unido a la ampliación de la edad mínima de escolarización obligatoria a los 16 años, unido a un currículo que repite en la práctica contenidos que debería estar ya superados, traen como consecuencia una Educación Secundaria Obligatoria devaluada. En mis tiempos (los de la Ley General de Educación de 1970), la duración de la enseñanza Secundaria Superior (o B.U.P.), más el curso preuniversitario era de cuatro años. La ampliación de los años de enseñanza obligatoria, reduce la duración de los estudios de Bachillerato de 4 a 2 años. En 2 años, los alumnos de letras han de ver ciencias, y los de ciencias han de estudiar historia y literatura en el curso preuniversitario (lo que no estudiaron en la E.S.O.), contando estas calificaciones para la media. Me parece interesante traer al debate la opinión de Alfredo Pérez Rubalcaba, que llegó a ser Ministro de Educación; aunque he de estar de acuerdo en el modo en que desmonta mitos con respecto al sistema educativo, en muchos otros aspectos no comparto su opinión – porque en el fondo viene a sustituir unos mitos por otros.
En estas condiciones ¿Qué formación cultural cabe esperar de la sociedad española, en todas sus franjas de edad: los jóvenes de ahora, los que lo han sido pero se resisten a abandonarla, o los que no pueden sino añorar ese tiempo? No se confundan, no se tratan de que el cambio generacional tenga otras maneras u otras formas de vida, influenciadas por las tecnologías actuales que están a su alcance. No. El nivel cultural de la juventud española es enormemente deficiente: “quien mal anda, mal acaba”, y “luego vendrán las lamentaciones”.
Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde
No estoy nada de acuerdo.
El ambiente y la inquietud cultural de la juventud es tremendo, mas que en ninguna generación.
Depende mucho del ambiente y los círculos en los que te muevas; si esperas preguntarle a un ni-ni que está tomándose una cerveza en una terraza quejándose de todo, sobre cualquier inquietud cultural, tendrás suerte si entiende la pregunta.
Vaya usted a una biblioteca o librería, galería de arte, tienda de comics, clubs de cine…jamás ha habido mas variedad y mas cultura facilmente accesible, además de poder compartirla, debatir, discutir o construir.
Si miramos tan solo 30 años atrás, la mejora del nivel y la inquietud cultural es abismal.
Por poner ejemplos cercanos, en Ciudad Real está La Fábrica, La Madriguera, ciclos de cine en el Living y el el propio cine de las Vias, asociaciones de comics, de juegos de mesa y rol, mas librerías que nunca en su historia, micros abiertos de poesía en el Pachamama, locales de música como los nanas que ofrecen muchos conciertos, el festival de cine de terror…
La verdad dista lo contrario. El 43% de los adultos en España tiene un nivel educativo bajo. Casi la mitad de la población de entre 25 y 65 años tiene el nivel de un chico de 16 años y estamos entre los ultimos de la Unión Europea.
Por que hay que saber diferenciar entre los mundos de yupi de la ultraizquierda y la realidad actual sabiendo el desastroso sistema educativo actual.
Interés tremendo? Pero tú vas a las conferencias, obras de teatro?
El Pacto de Estado por la Educación en 2010 fue la gran oportunidad perdida y la frustración de una demanda histórica de la comunidad educativa, gracias al Partido Popular.
Recordemos que el ‘no’ del Partido Popular lo formalizó su entonces secretaria general, Sra. Cospedal.
Urge remediar los problemas estructurales del sistema educativo nacional para conseguir un modelo educativo para el siglo XXI….
Tenéis un grave problema con la educación en la izquierda, que confundis cultura con propaganda, educación con adoctrinamiento.
Por eso os habéis cargado la educación y se subvenciona tanto la «cultura» de forma estéril.
La única doctrina que la ‘derecha’ sabe aplicar a la Educación es la ‘doctrina de los recortes’…..
El Pacto de Educación se recuperó gracias al gobierno del PP y el PSOE lo mandó hacer gargaras en el verano del año pasado
https://www.vozpopuli.com/politica/Pacto-Educativo-levantarse-PSOE-negociacion_0_1114989050.html
La gente está harta de manipuladores y de vendehumos como ud.
Estoy muy de acuerdo con muchas de las cosas que dices Antonio.
No hay atención a la excelencia y a la exigencia.
Se pretende educar en las escuelas y eso sólo corresponde a las familias.
Y ahora no son pocos los padres que hacen las tareas de los niños, como si tuvieran que sacarse la EGB.
Un caos.
Por cultura dirigida por el poder, puede entenderse como hacía Gustavo Bueno, el opio del pueblo.
Creo que hay una mitificación además de la cultura, porque es difícil definir y categorizar qué es la cultura.