El primer sentido de Manual, deriva de ser alguna tarea que se ejecuta y se realiza enteramente con las manos.
Por ello la referencia de lo que se ejecuta con las manos en la denominación de manual.
O Manuable.
Como los trabajos manuales de las actividades escolares, para contraponerlos a otros trabajos intelectuales, más elaborados.
Que exigen más habilidad de manos que inteligencia.
Más manos que cerebro.
Otro sentido de la voz Manual, da a entender el carácter instrumental de lo que se cobija con ese nombre.
Así se refiere al libro en que se compendia lo más sustancioso de una o más materias.
También entendemos como tal al instrumento administrativo que contiene en forma explícita, ordenada y sistemática información sobre objetivos, políticas, atribuciones, organización y procedimientos de los órganos de una institución
Como el referido libro de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que ha denominado sutilmente como Manual de resistencia.
Que quiere ser un compendio de sus virtudes resistentes, desde que fue descabalgado de la Secretaria General del PSOE.
Y contra todo pronóstico, volvió y ganó las primarias frente a la hoy perdida Susana Díaz.
Incluso, en ese alarde resistencia y de resiliencia, dimitió como diputado por no abstenerse en la investidura de Rajoy en 2016.
Al que luego tumbó en la moción de censura de 2018, sumando otras resistencias al conservadurismo confuso del Partido Popular.
Lo demás es tan reciente que no hace falta recordarlo.
Ya nos lo recuerda el libro magnánimo.
Pero en estos 7-8 meses de gobernación sanchista el personaje ha labrado un perfil.
Incluso ha tenido tiempo entre tanto viaje y consejo de ministros, de escribir su Manual de resistencia.
Aunque las fuentes próximas, siempre hay fuentes próximas, dicen que el memorialismo resistente viene de atrás. ¿Desde cuándo?
Donde lo que llama la atención es el elevado personalismo de Pedro Sánchez, por si no lo sabíamos.
Como ocurre con la portada de libro que nos ocupa.
Donde un retrato personal y en primer plano, ocupa toda la portada.
Como si fuera un poster electoral.
Una portada de un libro se rige por otros principios del diseño y de la comunicación.
Aunque en Península/Planeta han pensado en el efecto reclamo, poniendo su retrato, si no robot sí retrato resistente.
Efecto reclamo que anticipa la secuencia del best seller del Sanchismo.
Como si el asunto de la resistencia y de la escritura fuera él y sólo él.
Cuando hemos sabido después, que el trabajo ha sido formado por mano amiga.
Prolongando las sombras de su trabajo de doctorado.
La mano amiga ha sido la de la ex diputada de UPyD y del PSOE, Irene Lozano, que ha ejercido como algo más que inspiración.
Cuando oí el título, recordé el del último poemario de José Manuel Caballero Bonald, Manual de infractores.
Pero claro, de los infractores a los resistentes, media un abismo.
Entre otros el de la escritura propia y el de la escritura prestada.
Otros hablan del efecto virtual de la resistencia, más aparente que real.
Como otras tantas cosas en el tabardo presidencial.
Casi en clave del Arte de la guerra de Tsun-zu.
Ganar perdiendo.
Porque a lo largo el agua en su repetida gota acaba horadando a la piedra resistente.
Invirtiendo los factores y las resistencias. Lo veremos, aunque no lo leamos.
José Rivero
Divagario
Tras el Nobel.
Una iniciativa literaria cuyo título hace referencia a la intención del Sr. Sànchez a no abandonar La Moncloa ni convocar elecciones anticipadas. ¡Preparaos, ‘trifachito’!……
Podía haberse titulado también Mi Lucha.
Aunque ese sí lo escribió su autor, el perfil de psicopatía lo comparten ambos.
Dejaos de gaitas y comprad El esplendor y la ira. No hay color. Y además lo he es escrito yo. Puedo proterlo y lo prometo