Ciudad Real: ¿Habrá paz para las palomas?

Asociación Corazón de Paloma Ciudad Real.- Son fechas en las que se desea amor, felicidad y sobre todo mucha paz. Tanto en ceremonias religiosas como en tarjetas de Navidad la paloma simboliza este bonito deseo. En las redes del número 5 y del número 6 de Plaza de Cervantes de Ciudad Real, sin embargo, no hay paz para las palomas ni en Navidad ni el resto del año.

Desde mayo del 2017 se lleva denunciando la muerte de aves en estas redes sin que haya habido ningún cambio significativo excepto la retirada de los cadáveres más visibles al público, quedando el resto en el mismo sitio.

La última paloma de más de veinte que ya han muerto atrapadas en estas redes lo hizo hace escasos días, al lado de las terrazas de los bares Come y Calla y de El Callejón y enfrente de una feria navideña de artesanía. Mientras ciudarrealeños y turistas disfrutan de tomar algo juntos o comprar regalos, los animales pasan desapercibidos mientras agonizan y se descomponen a escasos metros. Las palomas vivas conviven con las palomas muertas y los cadáveres se empiezan a acumular como en meses pasados, sin dar propietarios, vecinos, ni la Concejalía de Medio Ambiente una solución definitiva, a pesar de sus buenas palabras y buenas intenciones.

Tanto la red que cubre un tejadillo y muro del solar del número 5, como la red que cubre balcones y tejado del número 6, suponen un peligro para las aves. Es comprensible que el bienestar de los vecinos y propietarios y el mantenimiento de las propiedades sean importantes. Sin embargo, la misión de mantener las aves alejadas y la propiedad limpia que en teoría deberían cumplir las redes de exclusión, ni siquiera se cumple: los animales se posan y crían igualmente en la propiedad pero quedan atrapados y mueren, con la consecuente insalubridad que esto causa, el sufrimiento que supone para los animales, y la mala imagen que da a la ciudad en pleno centro, zona de paso, de compras y de ocio.

Recordamos que los argumentos que muchos esgrimen para el exterminio de palomas se basan es estereotipos y en exageraciones que se pasan de boca o en boca, más que en datos científicos reales. Las palomas no aparecen como vector urbano peligroso en las campañas mundiales de salud pública de la OMS ni ningún organismo oficial europeo las califica de “plaga.” El famoso dicho “ratas con alas,” que los ciudadanos repiten como hecho científico, es en realidad la opinión personal del comisionado de parques de Nueva York en los 60 y más tarde director del MET, Thomas Hoving, ni médico ni investigador. Hoving, amante del orden y la limpieza, comenzó una batalla personal contra aves y personas que él consideraba indeseables en sus parques como palomas, afroamericanos e indigentes, a los que calificaba de ratas y maleantes.

El Informe Basilea afirma que la zoonosis o contagio de enfermedades de palomas hacia humanos, aunque no imposible, es extremadamente raro, al contrario de lo que afirman los técnicos de los ayuntamientos, normalmente asesorados por empresas de exterminio. Estas empresas difunden información alarmista para fomentar su negocio y crean paranoia en la población que lleva a que la paloma sea uno de los animales más despreciados y maltratados. Sin embargo, muchos no saben que la Directiva de Aves de la Unión Europea protege a todas las columbidae, incluída columba livia o paloma urbana, y afirma que “queda prohibido dar muerte, dañar o molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea de la especie que sea el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Está prohibido su retención y su captura en vivo, la destrucción, daño, recolección de sus nidos, de sus crías y sus huevos, estos últimos estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de animales vivos o muertos, o de sus restos, incluyendo el comercio exterior.”

En el último pleno del Ayuntamiento de Ciudad Real se aprobó la moción que estudiará el empleo de métodos éticos y más eficaces de control de la población de palomas que la actual captura y muerte, como el uso de maíz con nicarbacina. Se trata de un antiparasitario inocuo para las palomas y otros pájaros que se usa en granjas de aves para consumo humano, y que evita que pongan huevos. Esto supone un paso adelante a la hora de tratar los problemas que causa la fauna urbana de forma efectiva pero respetuosa, algo que se hace con éxito con pienso anticonceptivo y palomares municipales en ciudades como Barcelona, Valencia, Hamburgo, Burdeos, Florencia, Nuremberg y Génova.

El uso de OVISTOP, para aquellos que argumentan que estos temas no son prioritarios y que lo primero son las personas, supone un ahorro a largo plazo para el ciudadano ya que disminuye los daños a propiedades, la suciedad y se da una buena imagen a la ciudad no sólo por la limpieza, sino por el trato más digno a nuestra fauna urbana. La captura y muerte con jaulas-trampa que el ayuntamiento ha llevado a cabo desde el 2014 (captura y muerte de 5117 palomas para ser exactos) no ha reducido las quejas de los vecinos sobre estas aves. El motivo es que se matan algunos individuos y el resto queda libre para criar de nuevo, con lo que se tiene que volver a matar periódicamente. Aparte de la crueldad que implican estos métodos, suponen un gasto inútil que se repite una y otra vez sin nunca alcanzar los resultados deseados.

Esperemos que el año nuevo traiga por fin la paz a las palomas de Plaza de Cervantes y que sea una realidad el que se controle la población de palomas de Ciudad Real de forma ética, mostrando respeto por unos animales que han sido apreciados desde siempre, y que han convivido en asentamientos con los humanos desde hace 10.000 años.

Paz para todos y felices fiestas.