La historia de los supermercados comenzó en la provincia de Ciudad Real durante 1959. El Ayuntamiento de la capital convocó subasta pública en enero para el arrendamiento de un local del Mercado Municipal destinado a la instalación de un supermercado, con un precio al alza de 24.000 pesetas anuales. A los pocos meses estaba en funcionamiento, como Autoservicios de La Mancha, aunque sólo permaneció en activo aproximadamente un año.
El 22 de abril de 1960 se informaba de la reapertura del supermercado, pero bajo la dirección de Conauta (Cooperativa Nacional de Autoservicios), que al mes siguiente anunciaba convenio con Unaco (Unión Nacional de Cooperativas del Campo). Constituía, según rezaba la propaganda, el mayor programa cooperativista español. Meses más tarde, el día 17 de diciembre de 1964, el obispo prior, Juan Hervás Benet, inauguraba oficialmente la ampliación del supermercado de Conauta, con la presencia de los “Gobernadores civil y militar, Presidentes de la Audiencia y Diputación, Delegado de Hacienda, Alcalde de la Capital y numerosas autoridades y personalidades, muchos de ellos acompañados de sus señoras” (Boletín de Información Municipal, 12.1964).
Meses después, el 22 de octubre de 1965 y en Ciudad Real, se producía la inauguración del Supermercado Atalaya, en la barriada de Pío XII, con la bendición del vicario de la Diócesis, asistido por el párroco de santo Tomás de Villanueva. Sus socios fundadores, –Mora Sierra, Merino Moraga y Herrera García–, habían previsto incluso una sala de exposiciones en el local (Lanza, 25.10.1965). Lo hacían unos meses antes de que el dictador inaugurase la residencia sanitaria Nuestra Señora de Alarcos, enclavada en el mismo barrio, entonces una zona de ensanche en la capital.
En el año 1966, además del Autoservicio de La Mancha, con las secciones de almacén de comestibles, artículos de limpieza y ultramarinos, funcionan en la provincia, según el Anuario comercial manchego 1965-66 (Ciudad Real, 1966), el Autoservicio Juanito en Manzanares, el Supermercado Criptana, S. A. en Campo de Criptana y el Supermercado SERCO en Pedro Muñoz.
Pero en 1966 se abría un supermercado de una cadena nacional. En junio se anunciaba en la prensa la necesidad de cubrir una serie de puestos para el nuevo establecimiento y el 1 de diciembre se ponía en marcha el Simago de Puertollano, que llegó a patrocinar entre otras actividades un equipo de fútbol de aficionados. Se trataba de un estupendo montaje, según se escribía en Lanza (1.12.1966), para la venta seria y garantizada de artículos de gama completa en alimentación, bazar, bisutería fina, calzado, joyería perfumería, textil y otros artículos de variado tipo. Dos días después el diario informaba que la sucursal ocupaba 1.200 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas, y estaba atendida por 80 personas, “de ellas más de 60 señoritas”, que vendía hasta un total de 2.500 artículos.
Por supuesto, la bendición fue del arcipreste de Puertollano, José María Gómez y García Muñoz, asistido por el reverendo Antonio Martín, que pastoreaban a todo un conjunto de diversas autoridades del Régimen. Puertollano se ponía, según las grandilocuentes palabras del presidente del Consejo de Administración de Simago, a la altura de Madrid, París o Londres. Por supuesto, hubo “peladilla”, es decir, invitación. Sólo que entonces todavía no se servía un vino español, era mucho más chic el “espléndido lunch” ofrecido a todos los asistentes, según se decía. La gente, por otra parte, empezó a utilizar la palabra simaguear, con cierta censura a los ratos de ocio, bureo y fisgoneo, sobre todo por parte de aquellas personas que no podían disponer de esos ratos.
Diez años después llegaba a la capital de la provincia otro supermercado de una cadena nacional, en este caso Galeprix. Se inauguraba el 29 de diciembre de 1976, con las bendiciones de párroco de san Pedro, Venancio Sanabria un local con dos mil metros cuadrados de autoservicio. Por su parte, José Ruiz Lorente, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, hacía referencia a los cien puestos de trabajo creados. Todavía no era época de vino español y el lunch ya estaba un poco pasado de moda. Castillos Hotel sirvió un coctail, que fue la delicia de los invitados.
Su instalación se hizo en un edificio, el Galeprix, con fachada a Montesa y Alfonso X El Sabio (hoy Ciruela), construido por Gasset, S. A., y durante los días siguientes se habló en Ciudad Real de hacer un boicot al establecimiento por su apertura los sábados por la tarde, que parece no llegó a concretarse. Era un paso más en la fase expansiva promovida por Pepín Fernández, fundador de Galerías Preciados y Sederías Carretas. En octubre de 1981 Galeprix se convertía en Hiper La Mancha, aunque por poco tiempo. Pronto el establecimiento entró a formar parte de la cadena de Simago.
Podemos decir que entre 1960 y 1990 la provincia vivió la fase de los supermercados, es decir, autoservicios situados generalmente en el centro de las poblaciones. Cerró esta etapa la llegada de Mercadona en 1988 a Ciudad Real y Puertollano. Efectivamente, el 27 de julio abría el establecimiento en la capital, con accesos por las calles Olivo y Diego de Almagro, y el 2 de diciembre en Puertollano, con acceso al local por el Paseo de san Gregorio y la calle del Muelle. La cadena estaba extendida por el litoral, desde Castellón a Cartagena, y el super de Ciudad Real era el primero en instalarse en el centro de España.
Lo que no se puede poner en duda es que el éxito acompañó a estos establecimientos. Es verdad que se trataba de una comercio deshumanizado, donde había desaparecido prácticamente el calor humano, entre técnicas de marketing, elementos diversos de mercadotecnia, ofertas sin fin, precarización e inseguridad laboral. Pero lo cierto es que la afluencia de clientes desbordó todas las previsiones, para desesperación de los pequeños comerciantes.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Me acuerdo perfectamente del «super» del Mercado y recuerdo como anécdota que el hombre que despachaba las patatas – con bigote, creo recordar – las cogía de una gran caja, las echaba en una contenedor metálico – creo que de color rojo – y de ahí pasaban a una malla – también roja – en donde después de pesarlas, la cortaba poniéndole un remache como los zapateros.
Yo tenía buen rollo con los trabajadores, e incluso me llegué a «enamorar» de una de las trabajadoras…
Ahora todo es distinto, super por todas partes y con varios locales cada uno, ofertas de todo tipo que no dejan de ser una forma de hacer comprar más de lo que se necesita y los grandes hiper.
Las tiendas de barrio están desapareciendo ante los precios los grandes que son «imbatibles» debido a que compran grandes cantidades.
Y es una pena porque en las tiendas de barrio hablábamos con el carnicero, pescadero, verdulero, etc y cada vez como digo hay menos.
Desde el Ayuntamiento se alegran cada vez que una superficie comercial se abre pues son puestos de trabajo, pero no se dice nada de sus condiciones laborales…y por otro lado como ahora en estos día se «apuesta por el pequeño comercio». ¿No es una contradicción?.
Para terminar, mi apuesta por el Comercio Justo, las tiendas solidarias y los colectivos de agroecología como C.O.L. que tienen sus terrenos para hacer y practicar una agricultura más sana y ecológica.
Estupendo análisis. Un solo matiz: los precios de los hiper son imbatibles para los pequeños no solo por las grandes cantidades que compran a los proveedores sino, mucho más importante, por los aplazamientos de pago que, unilateral y mafiosamente , imponen a aquellos.
¿Estupendo análisis? No sé dónde vive don Luis. Yo compro al frutero de mi barrio, y al carnicero y al panadero. De fruterías tengo varias próximas para elegir. De panaderías, mil.
¿Le han dicho alguna vez que es un entrometido? Pues, ea, es usted un entrometido.
Probablemente sus prédicas sean mucho más sesudas e instructivas. Puede que sí, pero es que… cuánto lo siento, yo no leo nada que proceda de usted.
Hasta ahora, el guión es el típico comunista. Las grandes compañías aplastan al pequeño comerciante. Desaparecidas las grandes compañías, el enemigo será el pequeño comerciante por buscar el beneficio económico en lugar del beneficio común.
«Los pequeños propietarios han estado con nosotros, los proletarios, cuando se trataba de acabar con los propietarios de fincas y los capitalistas; pero ahora nuestras vías divergen (…) Ha llegado la hora de una lucha despiadada, sin perdón, contra esos pequeños propietarios».
Tras una aparente bondad se esconde el mal. El rechazo al progreso. La excusa para tapar el evidente bienestar es la cuota de injusticia que existe. Bien utilizada sirve para la creación de un nutrido grupo de resentidos que hagan de altavoz.
No sé. Creo que si acabamos con los Mercadona, acabaremos con algunos trabajos precarios y con otros muchos bien remunerados. Quizá sea yo el equivocado. La precariedad existe.
Afortunadamente, en los últimos tiempos, la expansión del comercio de cercanía se acentúa en detrimento de los hipermercados.
Entre el año 2001 y el año 2017, los hipermercados han pasado de controlar casi el 20% de todo el consumo del país a un pobre 13%.
Aunque ambas fórmulas son compatibles…..
Magnífico artículo. Un lujo leer a Isidro cada semana. Gracias.
Como historiador de prensa que es usted, Isidro, estos documentos hacen rememorar un pasado que yo no he vivido. Y , en lo que a mi respecta, soy un tipo que se las apaña muy bien en las tiendas de barrio y que raramente frecuenta las grandes superficies.
Da gusto leerte, Isidro a pesar de que Censor sea un entrometido como bien dice Diego
Aún no hemos llegado a dividir España como se dividió Alemania después de la guerra mundial, entre la República Federal Alemana, democrática y libre, y la República Democrática Alemana, socialista y dictatorial. O igual caso, Corea del Norte y del Sur.
Compartimos las mismas calles, plazas y foros.
Dr Sánchez, este artículo no te lo perdono, en alguna inauguración de esas he estado. Me has dejado viejuno, viejuno. JAJAJAJA.
MUY INTERSANTE EL ARTICULO. No tanto como las filípicas de Censito, pero qué le vamos a hacer. Si no mete el cuezo, revienta.
Gracias por compartir con nosotros tus textos.