Desde muy pequeña supe que quería ser veterinaria, en mi familia fue una sorpresa ya que nadie se dedicaba a la sanidad, pero continué con mi empeño, tanto que mis padres entendieron que era eso o nada.
Primer escalón: llegar a la nota para acceder a la universidad, y lo superé.
Segundo escalón, marcharme de casa y vivir en piso dealquiler: mensualidades, agua, luz, calefacción… pagar la matrícula, pagar mi manutención -porque tenía que comer, lógico ¿no?-; y también lo superé, pero no por mí sino por el esfuerzo de mis padres.
Tercer escalón: debo vivir de mi trabajo, y aquí empiezan los problemas (los de antes no eran nada comparado con lo que venía después), monto una clínica ( no es barato equiparla), pago alquiler (no me regalan el local), pago luz (no trabajo con velas), pago teléfono, pago mi cuota de autónomos mensualmente, pago religiosamente a las personas que trabajan conmigo (cobran por su trabajo, lógico), pago a mis proveedores (lógico), y así con bastantes cosas… pago. Pero cuando después de haber realizado mi trabajo tengo que cobrar no parece tan lógico, ¿por qué? Porque mi trabajo es vocacional y debería primar mi amor hacia los animales por encima del dinero. Veamos, la definición de vocación es “inclinación o interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o un determinado trabajo”. Pues sí, entonces soy veterinaria por vocación, y esa vocación puede conducirme a hacer muchas cosas por ellos desinteresadamente, pero nunca por obligación. Confundimos la vocación, o empleamos el término a conveniencia para inculpar al colectivo veterinario en aspectos que no hemos provocado y son fruto de la tenencia irresponsable. Los veterinarios ayudamos y colaboramos mucho más de lo que se cree, pero no damos difusión a cada animal, a cada noche sin dormir, a cada cirugía no cobrada porque lo hacemos por ellos, y sí, lo hacemos; sin embargo se nos tacha de careros, sacacuartos y que sólo nos mueve el interés y el dinero; no, lo que nos mueve es poder llegar a fin de mes y tener unas instalaciones donde podamos ejercer nuestro trabajo dignamente, y así, poder ofrecer nuestro trabajo y nuestro dinero (porque cada acto clínico realizado a nosotros nos cuesta dinero), libre y desinteresadamente cuando lo creamos conveniente, pero nadie nos obliga, y no se puede criticar a quien no lo haga, ya que no es responsabilidad suya tu animal, es así de simple, así de duro, así de difícil ejercer una profesión vocacional con insultos, amenazas y lo que ahora está tan de moda: con críticas en redes sociales de personas que amparadas en el anonimato se permiten todo tipo de licencias.
Todos estamos en el mismo barco, ¿no es hora de remar en la misma dirección?
Rosa Tejada – Clínica Perros y Gatos
veterinaria colegiada en Ciudad Real
Veterinarios por vocación
Bienvenida – y de paso hago propaganda de la Protectora – esta nueva colaboradora!!
La vocación profesional se vive con alegría, pero hay que sacrificarse demasiado….
Yo creo que llamar a la vocación «sacrificarse» es un poco duro. Simplemente exige responsabilidad y si de paso trabajas en algo que te llena como persona pues mucho mejor…creo yo.
Grandes palabras compañera, mejor explicado imposible!
Muy bien expresado, has descrito perfectamente el periplo para intentar vivir de nuestro trabajo. Se me ocurre añadir que al ser autonoma y propietaria de clinica, no tienes horario, programas encuentros con amigos y OHHh una urgencia y la atiendes, practicamente no vives la niñez de tus hijos, en la mayoria de los casos no te permite tener un hobby con el que desconectar. Si señores los veterinarios necesitamos comer, dormir, desconectar… precisamente para poder seguir haciendo bien su trabajo.
Me da risa (por no llorar) cuando le dices a alguien que se ha encontrado un animal en la calle que no te puedes hacer cargo de él porque no tienes ni las condiciones ni el tiempo para cuidarlo como debe. Respuesta: Ahhhhh!!!!!!!! pero es que eres veterinaria!!!!!!!. Si claro que soy veterinaria pero no se me ocurre llevar y QUEDAR ALLI POR TIEMPO ILIMITADO a una clinica oftalmologica a todas las personas que vea por la calle con defectos de vision y por esa regla de 3 son médicos y le gustan las personas y ademas al ser oftalmologos le encantaran todas las personas que no ven. OHHHHHH!!!!! eso no; Estas loca……
Cuando le exiges a alguien que te pague por una urgencia, cirugia….(En definitiva nuestro trabajo) te dicen que sólo pienso en el dinero, que lo mas importante en este mundo no es el dinero. Pues señores eso le voy a decir a hacienda, a la compañia de la luz, al del super cuando vaya a comprar comida para mi hijo. Porque fijense que raro MI HIJO COMEEEEEE, ESTUDIA, (necesita libros) CRECE Y VA VESTIDO A LA CALLE (Cuando vaya a la tienda a comprarle ropa le voy a decir al de la tienda que el dinero no es lo mas importante)…..
Por si fuera poco, ahora tenemos a los cobardes que escondidos en el anonimato, se permiten insultar, mentir, tergiversar la verdad en las redes sociales; como la mayoria de ellos/as son unas parasitos sociales (tienen todo el dia) tienes que soportar que digan lo que les de la gana.
Deberiamos tener un espiritu colectivo y entre todos tomar conciencia de nuestra cruda realidad y hacerle ver a la sociedad que no comemos ni pagamos por la vocación.Sinceramente me gustaría que así fuese,
Un saaludo y Feliz Año 2019 donde cada cual se haga responsable de sus obligaciones