«Cuando la báscula es un precipicio»: Dedicado a las personas con trastornos de la conducta alimentaria

María González.- Los trastornos de conducta alimentaria se caracterizan, principalmente, por el miedo a ganar peso, desencadenando graves alteraciones en los hábitos de alimentación. Este tipo de alteraciones pueden llegar a provocar importantes daños en la salud de la persona, e incluso su muerte.
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Existen distintos tipos de trastornos alimenticios, aunque los más comunes entre la población son la bulimia, la anorexia, vigorexia, ortorexia… Son muchos los jóvenes (principal grupo de población afectado, especialmente mujeres) que sufren en la actualidad algún tipo de trastorno de alimentación, bien por presión social, baja autoestima, malas influencias… Para todas aquellas personas que piensan que nadie las entiende, que se están olvidando de vivir una de las épocas más bonitas de su vida por querer conseguir un prototipo físico irreal, por querer ser un maniquí de escaparate. Para ti, he escrito estas líneas:

«Tiene miedo. Miedo de mirar debajo de la cama y comprobar que su monstruo no desapareció con toda la inocencia que guardaba debajo de la almohada.

Tiene miedo de mirarse un día en el espejo y ver que su reflejo no es lo que imaginaba. Que ahora los huesos superan hasta a los besos que ella misma se negaba.

La báscula es su precipicio, sus complejos la excusa, y los prejuicios de la sociedad su vía de entrada a las ganas de ser una chica artificial de revista más.

Recurre al miedo para sobrellevar esta montaña rusa que por ahí llamamos vida, y guarda en el cajón del desastre los retazos de lo que un día fue. Dice que no puede abrirlo, que la montaña rusa va cuesta arriba y solo le sale gritar. Y aún así siente que nadie la escucha.

Esconde los esquemas de su vida para evitar que se los rompan, que los tiren a la basura, que la inviten al olvido y después le pasen la factura.

Usa la ropa como un niño una sábana para esconderse de todo aquello que le hace temblar. Como si fuera una tela antibalas, como si no fuésemos nosotros mismos quiénes agarramos la pistola y nos apuntamos justo donde más nos duele.

Como si un trozo de tela pudiera esconder lo que en realidad llevamos incrustado dentro…

Yo me siento a su lado, le digo que la escucho, que le tiro la cuerda para que salga del pozo, pero todo es poco sino es capaz de cerrar los ojos y ver la poesía que cada día podría enamorar a más personas que ideales le meten en la cabeza.

Y otras más le rogarían comer del plato que esconde en sus bolsillos…

Yo no puedo dar lecciones, y menos de la vida, pero si sé que cada vez que sientas que ese vestido no te queda bien, habrá alguien que piense que estás preciosa, y no pueda dejar de mirarte.

Cada vez que te entren ganas de tirar a la basura todo lo que tienes en el plato, recuerda que en ese momento habrá alguien suplicando algo que llevarse a la boca.

Cuando sientas que ya no puedes más, mira a tu alrededor, a todos los que te regalarían sus fuerzas para que nunca te rindas, guerrera.

Cuando leas esto, recuerda que yo te sigo ofreciendo mi cuerda, y la vida otro día más con una oportunidad nueva para ser una chica de verdad, y no un maniquí de escaparate que ni ríe, ni siente, ni vive…».

Ojalá este día se borre del calendario, y tu risa permanezca intacta el resto del año.

Vive, siente y ríe. Siempre.opinion

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1 COMENTARIO

  1. Realmente, es difícil la salida de un trastorno alimentario, pero se puede superar si se trata a tiempo y si recordamos que hay mucha gente que puede ayudarnos…..

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