Ecologistas en Acción-Ciudad Real presentó la semana pasada un pliego de alegaciones contra la mina de Fontanarejo ante los directores provinciales de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y de Economía, Empresas y Empleo, María del Prado Amores González-Gallego y Agustín Espinosa Romero, como titulares del órgano ambiental y del órgano sustantivo del proyecto minero que afectará al municipio de Fontanarejo.
Los ecologistas denuncian en su escrito las «graves afecciones a la salud humana y a la economía local, los graves impactos que provocará en las aguas superficiales y subterráneas, en el paisaje y a numerosas especies amenazadas y denuncian numerosas irregularidades procedimentales y la pésima calidad del estudio de impacto ambiental que tendría que haber sido inadmitido por el órgano ambiental».
El método de explotación de la mina a cielo abierto mediante maquinaria pesada y uso de explosivos se desarrollará a menos de 2.000 metros de distancia del núcleo urbano de Fontanarejo, «por lo que sus habitantes se verán afectados por contaminación por ruido y vibraciones incumpliendo la norma de que industrias consideradas como peligrosas, insalubres o molestas deben emplazarse a una distancia superior», asegura el colectivo.
Los ecologistas recuerdan la obligación de identificar y evaluar todas las fuentes de ruido y vibraciones del proyecto que deben quedar reflejadas en un mapa de contaminación acústica que tiene que tener en cuenta el régimen de vientos local. «Nada de esto se ha hecho», aseguran, recordando que la contaminación por ruido cuenta con una legislación específica y «la vulneración de la salud humana por este tipo de contaminación es considerada como una vulneración al derecho fundamental de integridad física con recientes sentencias que conllevan penas de cárcel y clausura de las actividades generadoras de ruidos y vibraciones». Así mismo, Ecologistas en Acción considera que la escasa distancia al núcleo de Fontanatejo «provocará una importante afección a la salud humana por dispersión de partículas en la atmósfera como consecuencia de las actividades extractivas resultando especialmente grave la dispersión de partículas inferiores a 10 micrómetros». «La inexistencia de un estudio de vientos presentado por los promotores ha conllevado que no se haya realizado una modelización de las emisiones producidas por la mina al objeto de poder evaluar adecuadamente sus efectos en la salud humana», remacha.
Los ecologistas han alegado también el «grave impacto a las masas de agua superficiales y subterráneas que provocará la mina a cielo abierto que proyecta Alcudia Mining, S.L., pues la misma se pretende realizar en la cabecera del río San Marcos, afluente del río Guadiana, afectando a numerosos arroyos». «El deterioro se producirá por las graves alteraciones hidromorfológicas que provocará la corta y la escombrera y a la contaminación por vertidos de aguas ácidas, de lixiviado y residuales procedentes del proceso de tratamiento para obtener los fosfatos». Los ecologistas advierten de que cualquier vertido accidental podría afectar críticamente al río Guadiana y al embalse del Cíjara. En cuanto a las aguas subterráneas, «la corta minera modificará y destruirá las vías preferentes de circulación de las aguas subterráneas siendo el riesgo tan elevado que el propio promotor contempla el sellado de las mismas de producirrse. A ello se suma el riesgo de contaminación de estas aguas como consecuencia de la existencia de tres focos principales con alto contenido de metales pesados: los lixiviados de la escombrera, la infiltración de aguas contaminadas desde las balsas y por el relleno de la corta con los estériles generados», aseveran.
Ecologistas en Acción-Ciudad Real también ha denunciado en sus alegaciones que no se ha tenido en cuenta el impacto acumulativo y sinérgico que tendrá en la comarca natural y su fauna amenazada las minas de Fontanarejo, Arroba y Abenójar, «todas ellas incluidas en un radio de 15 km a contar desde la mina de Arroba, afectando a uno de los corredores ecológicos más importantes de la península ibérica recientemente identificado por WWF, el corredor nº 10 Montes de Toledo-Sierra Morena». Este corredor es utilizado por especies en peligro de extinción como el milano real, el águila imperial ibérica, el águila-azor perdicera y la cigüeña negra y recientemente ha sido colonizado por el lince ibérico en el marco del programa Life+ Iberlince.
Por último, Ecologistas en Acción-Ciudad Real ha calificado de «lamentable» el estudio de impacto ambiental presentado por el promotor «debido a su baja calidad y profesionalidad incumpliendo con las exigencias mínimas contempladas por la legislación de evaluación ambiental al ocultar datos claves del proyecto y del territorio y manipular el método de evaluación para minimizar los efectos del proyecto en el medio ambiente».
«Tal es así, que el órgano ambiental tendría que haber rechazado el mismo atendiendo a la ley vigente», por lo que denuncia un «probable trato de favor y abuso de derecho en la tramitación, ligado a la intervención de personas que han tenido y pueden tener capacidad de decidir o influir en las decisiones como es uno de los promotores, Pedro Aránguez Ruiz, que fue Delegado Provincial de Industria y Comercio, Director General de Industria y Eenergía y Viceconsejero de Industria y Turismo del gobierno regional».