En el Centro Verde, sede de la Concejalía de Acción Social, Isabel García atiende el teléfono, recibe a personas que buscan información, recepciona solicitudes, envía correspondencia o introduce datos en el ordenador. Es una de las 25 personas que están trabajando desde el pasado 1 de julio gracias al Plan de Trabajo Garantizado.
Se siente feliz, valorada y arropada por sus compañeras. Es una más. Su situación era delicada antes de ser seleccionada para participar en este plan, sin un trabajo fijo desde 2015 y solo con algunos empleos muy puntuales para una empresa de limpieza.
Con dos hijas adolescentes y separada, Isabel no era capaz de hacer frente a los gastos familiares con la prestación de 400 euros. Su perfil era uno de los que valoraron desde los Servicios Sociales que necesitaba un “empujón”, una ayuda que fuese más allá de la asistencia, algo que, como explica la concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Ciudad Real, Matilde Hinojosa, “mejorase sus competencias básicas y profesionales además de que normalizase su situación”. Precisamente con este objetivo nació del Plan de Trabajo Garantizado: normalizar la situación de personas en riesgo de exclusión a través de un empleo.
“Una de las necesidades que detectábamos en la Concejalía era la de contar con herramientas que mejorasen las competencias de personas que llevaban en situación de vulnerabilidad ya mucho tiempo. Vimos que las había para los jóvenes, también para los mayores de 55 años, pero teníamos un perfil de personas de entre 45 y 55 años con muchas dificultades para la inserción en el mercado de trabajo. En este marco se pensó y se generó el PTG, partiendo de una iniciativa de Ganemos”, explica Hinojosa.
Prado Galán, concejala de Ganemos asegura que el objetivo de su grupo era “dar una vuelta de tuerca, un cambio” a la línea y al sentido del acceso al mercado laboral de personas con unas circunstancias muy concretas: “Esos perfiles que habían estado normalizados pero que se habían enrocado en una situación de desempleo de larga duración derivada directamente de la crisis y que se encontraban en condiciones de especial vulnerabilidad. Para ellos era necesario un Plan de Trabajo Garantizado”.
Reunidos los equipos de todos los centros sociales de la ciudad, se especificó ese perfil que tenían que tener los beneficiarios y se trabajó para seleccionar a 25 personas que desempeñarían su labor en distintas áreas del Ayuntamiento de Ciudad Real en puestos de ordenanza y personal operario en la concejalía de Medio Ambiente, tanto en jardines como en limpieza.
Según afirma la edil de Acción Social, Matilde Hinojosa, los trabajadores sociales de la concejalía, que están haciendo un seguimiento de cada persona participante del plan junto al IMPEFE, están valorando muy positivamente la experiencia. “Vemos cómo se han adaptado muy bien a sus puestos y que esta iniciativa va a permitir a la mayoría normalizar su situación, aunque también es cierto que hay otras personas, aunque es una mínima parte, que necesitan algo más, por ejemplo, trabajar los ritmos y rutinas o mejorar su compromiso de asistencia a un empleo”.
Las consecuencias del paro
Y es que el desempleo, más si es de larga duración, puede repercutir de muy diferentes maneras en la vida de las personas. No solo es la ausencia de ingresos, que puede llegar a ser muy angustiosa para las familias, sino que puede afectar enormemente al ánimo, la autoestima, el autoconcepto o la capacidad de toma de decisiones o de resolución de problemas. “En el inicio del desempleo, asumes la pérdida pero conservas la esperanza de encontrar otro trabajo pronto. Cuando ves pasar el tiempo y la oportunidad no llega es frecuente perder la esperanza, tirar la toalla y pensar que la vida que tenías nunca va a volver. El Plan de Trabajo Garantizado es el chute de optimismo necesario para activarse de nuevo”, continúa la concejala de Acción Social.
Siete años ha estado en el paro Manuel Pacheco, gaditano de la Línea de la Concepción que llegó hace más de 20 años a Ciudad Real. En su pueblo nunca le faltó el trabajo: en la agricultura, en la construcción, en carpintería metálica, en un centro de geriatría con el Padre Patera… Pero quería vivir en un lugar más tranquilo y así llegó a tierras manchegas. Estudió Electromecánica en los Hermanos Gárate y enseguida encontró trabajo. Cuando se quedó parado nunca pensó que sería para tanto tiempo, pero los meses pasaban y al final se convirtieron en años: “El paro ha sido horrible, criminal, he estado muy desesperado y me ha acarreado multitud de problemas personales y psicológicos, como perder mi casa, una separación o pensar que soy un inútil y que estoy en la cuneta. Se me acumularon deudas, derramas, la pensión para mi hijo, la comida, el alquiler…”, cuenta Manuel.
Dice que cuando recibió la llamada que le comunicaba que formaría parte del Plan de Trabajo Garantizado el alivio fue total, porque ya no aguantaba más. Ahora Manuel barre cada día las calles de la zona del Hospital hasta la rotonda del helicóptero. “Me encanta. Estoy muy bien. Yo me adapto a lo que sea y me gusta hacer mi trabajo bien… Eso sí, cuando pienso que se me han pasado ya tres meses, tiemblo… No podría volver a vivir una racha como la que he pasado. Estoy dispuesto a trabajar donde sea”, añade con determinación.
El papel de los sindicatos
Los sindicatos CCOO y UGT constituyen otra de las “patas” fundamentales de este Plan de Trabajo Garantizado. Su conocimiento del mundo del trabajo y sus aportaciones han contribuido al diseño del plan desde su concepción. También son los encargados de la buena parte de formación que se está impartiendo a los participantes y de velar porque todo el proceso sea transparente.
Pedro Muñoz, secretario provincial de Empleo, Formación y Comunicación de CCOO, recuerda que una de sus misiones como sindicato, quizá menos conocida por la sociedad, es participar en la definición de las políticas generales que afectan a todas las personas y, por supuesto, también a las que están en desempleo. Actuaciones como el Plan de Trabajo Garantizado forman parte de esa faceta del trabajo sindical. “Para CCOO era importante que los participantes tuvieran los mismos derechos que las personas seleccionadas para los Planes Extraordinarios de Empleo, porque si queremos defender la igualdad entre las personas ha de hacerse desde todos los puntos de vista. No podemos integrar a unas personas en el mercado de trabajo en unas condiciones distintas a otras. Esta propuesta fue muy bien acogida por todos los firmantes del plan”, explica Pedro. Por esa razón, entre otras, se decidió que los contratos del Plan de Trabajo Garantizado tuvieran una duración de 6 meses, lo que permite a los participantes poder optar después a una prestación.
Esta última cuestión no es menor para CCOO. “Además de que estas personas, cuando finalice el plan, van a haber ganado unas habilidades para poder buscar empleo de una forma más eficaz y de que seguro se habrá roto ese acobardamiento que muchas veces se sufre consecuencia de pasar mucho tiempo en el desempleo, van a tener una cobertura económica para poder afrontar la vida y la búsqueda de empleo de otra manera”, argumenta Muñoz.
El secretario general de UGT en Ciudad Real, Juan Jiménez, cree que la formación en materia laboral ayuda a que las personas que han estado más alejadas del mercado de trabajo tomen conciencia de su situación y conozcan el entorno en el que están o pueden estar en un futuro. “Estamos intentando que conozcan un poco mejor las dinámicas de trabajo, la legislación laboral, qué es un convenio y los derechos y los deberes que de él se desprenden, conceptos básicos de salud laboral, de prevención de riesgos laborales, de igualdad, de alfabetización digital…”, explica.
Jiménez considera que iniciativas como el Plan de Trabajo Garantizado deberían implementarse por todos los ayuntamientos y administraciones, pues “resultan fundamentales para poder ayudar a colectivos de difícil integración en el mercado de trabajo”. Por eso cree que la experiencia, “aunque al ser la primera vez habrá que evaluar y ver en qué podemos mejorar”, debe repetirse, intentando que pueda llegar a mayor número de personas.
La formación
Un día a la semana la plantilla del Plan de Trabajo Garantizado, dividida en dos grupos para facilitar la organización de las sesiones, recibe formación en las aulas de las oficinas del IMPEFE. Los primeros meses han sido impartidas por orientadores laborales del propio IMPEFE y ahora son docentes de CCOO y UGT los que la están impartiendo.
Félix Mario Tomasi es otra de las personas que forman parte del Plan de Trabajo Garantizado, desempeñando su labor como operario de limpieza en el barrio de Ciudad Jardín. Destaca que la parte dedicada a la formación le está abriendo “nuevas perspectivas” sobre el mundo del trabajo y la búsqueda de empleo. “Todo esto es muy necesario también”, asegura este boliviano llegado a Ciudad Real hace 19 años, directamente de los 40 grados de la Amazonia boliviana a las bajas temperaturas del invierno manchego.
Ha sufrido en el campo el frío de la aceituna y el calor de la vendimia. Además de las labores agrícolas, trabajó varios años en un centro de acopio lechero y también en un Punto Limpio. En las temporadas que ha pasado en el paro, no ha dejado de formarse “de multiservicios en limpieza, de informática, de carretillero, de manipulador de alimentos, de camarero…”. “Sin hacer nada me volvía loco, necesitaba estar activo de alguna manera y lo hacía formándome. Pero para mí lo peor del desempleo ha sido no llegar a fin de mes, las facturas que se acumulan, el no poder ayudar a mis hijos… se junta todo y te desesperas. Los servicios sociales me han tenido que ayudar y gracias a ellos estoy aquí, con este plan, en este trabajo”, dice Félix Mario.
El Plan de Trabajo Garantizado es, por tanto, un esfuerzo conjunto, sinergias destinadas a contribuir a hacer más digna la vida de personas que lo están pasando mal. Conseguir esa dignidad pasa por el trabajo, dimensión fundamental para todas las personas.
Una grata noticia y una iniciativa pionera en el Ayuntamiento de Ciudad Real que combina la formación y el empleo.
En definitiva, el principio de un nuevo futuro laboral…..
Si no hay empresa privada y se depende de unos meses nada mas, esto es pan….
6 meses de trabajo y después, que?
Esto es como destrozar una barra de pan para tirarles migajas. Institucionalizar la miseria y normalizar la precariedad.
Basura de planes de pleno, no forman, no proporcionan un futuro al trabajador, no se realiza un trabajo productivo…
Lo dicho, miserables migajas que suponen tirar el dinero en saco roto.
Tan raro o difícil es poder trabajar en Ciudad real