Día Mundial contra la pena de muerte

Comisión Ejecutiva Local del PSOE de Ciudad Real. Agonizaba el año 1975 y al dictador le quedaban pocas semanas de vida cuando fueron fusiladas en España, aquel veintisiete de septiembre, las últimas cinco personas en las ciudades de Burgos, Madrid y Barcelona. Tres años más tarde, la Constitución de 1978, en su artículo 15, prohibió la pena de muerte, salvo “lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. Finalmente, su abolición definitiva en España, incluso en ese supuesto, se lograba con la Ley Orgánica 11/95.

opinionEstuvimos entre los países más tardíos de Europa. La vecina Portugal tuvo su última ejecución, por ahorcamiento, en 1846; Francia, por guillotina, en 1977; Reino Unido, por ahorcamiento, en 1964; Italia, por fusilamiento, en 1945; Alemania, por guillotina, en 1949, por citar solo algunos países de nuestro entorno. En el conjunto de la Unión Europea está prohibida la pena de muerte y no puede llegar a ser miembro ningún nuevo país que mantenga la pena capital en su ordenamiento jurídico. Es más, tanto el Consejo de Europa como la propia Unión Europea apoyan la resolución de la Asamblea General de la ONU, del 18 de diciembre de 2014, sobre una moratoria en el uso de la pena de muerte en el mundo.

En el continente americano, Estados Unidos es el único país con ejecuciones (en este momento se producen en ocho de sus Estados); China, por su parte, continúa siendo el país con mayor número de muertes por esta vía, pero no hay datos. Del resto, el 84% de las ejecuciones se llevan a cabo en cuatro países: Irak (con un 60%), Arabia Saudí, Irán y Pakistán. Amnistía Internacional informa de serias dudas sobre los procedimientos judiciales de las condenas en esos países, con confesiones mediante torturas y malos tratos, sin cumplir con las normas internacionales sobre juicios justos.

Este tipo de condena no ha demostrado solucionar ni disminuir los delitos en donde se aplica, sino que supone una venganza contra el reo, sin posibilidad alguna de rectificación en caso de error judicial o de procedimiento. Es, en definitiva, un castigo inhumano y anacrónico que no tiene cabida en el mundo en que vivimos. En la mayoría de los países, se está siguiendo el camino de su eliminación o, al menos, su moratoria y así esperamos que siga sucediendo. Desde la Agrupación Local del PSOE de Ciudad Real nos unimos al Consejo de Europa, a la ONU y a las Organizaciones que se suman al rechazo de la pena de muerte. Somos conscientes de que aún queda mucho por recorrer, pero ese es el camino.

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