La diputada del GPP, Carmen Quintanilla, ha pedido este martes al Gobierno que ampare a agricultores, ganaderos y cazadores frente a la plaga de conejos que asola el campo, destinando para ello una línea de ayudas dirigida a solventar los problemas derivados de esta cuestión.
A través de una iniciativa de su Grupo Parlamentario debatida en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación, la dirigente popular ha hecho hincapié en un grave problema que nace “del desconocimiento y del capricho político”.
“Estamos viendo cómo unos conejos híbridos están asolando las plantaciones, acabando con los recursos y hundiendo en la precariedad a nuestros campos y cultivos, pero también a decenas de familias que ven cómo sus campos están siendo arrasados mientras las medidas siguen sin aplicarse en tiempo y en forma”, ha añadido.
Con ocasión del debate de esta iniciativa del GPP, la plataforma de agricultores de Castilla-La Mancha afectados por la plaga de los conejos ha acudido al Congreso de los Diputados acompañados por el secretario provincial del PP de Ciudad Real, Antonio Lucas, y por el presidente autonómico del PP, Francisco Núñez, que ha destacado lo oportuno de la iniciativa defendida por Quintanilla y ha reclamado al Gobierno de Page que tome medidas para terminar con “una plaga que destruye la vida de nuestros agricultores que viven en el campo”, en la línea de lo defendido por Quintanilla en su intervención.
Ante esta plaga, que se agrava por la facilidad reproductiva de estos conejos híbridos -tienen camadas de hasta 10-12 crías al mes, cuando lo habitual son 6 ó 7-, Quintanilla ha reclamado “la adopción de medidas de carácter urgente que no pueden esperar al milagro divino, porque éste no va a llegar”.
“La introducción en nuestros campos de los conejos surgió para repoblar las zonas cinegéticas, con la idea de preservar el desarrollo de los ecosistemas y la cadena alimentaria de otras especies en peligro de extinción como el lince ibérico, pero no se midieron las consecuencias de trabajar con una especie desconocida, que poco se parece al conejo de monte común y cuyo comportamiento y crecimiento es totalmente diferente”, ha explicado.
“Se trata de una auténtica especie invasora, catalogada como una de las cien más dañinas de todo el mundo, que está acabando con cultivos y ganado”, ha dicho.
“Es tal el desbordamiento que se ha producido que resulta casi imposible contabilizar el número de conejos que tenemos en España, por la velocidad con la que se reproduce y su movilidad constante, así como por la falta de informes cinegéticos que contabilicen la población de estos conejos mutados genéticamente que duplican el tamaño del conejo de monte”, ha añadido.
En el caso concreto de Castilla-La Mancha, “más de 300 pueblos de cuatro provincias están sufriendo las consecuencias de este crecimiento exponencial, acumulando pérdidas que ascienden a 600 millones por culpa de esta catástrofe natural”. “En Castilla y León, un total de 210 municipios están sufriendo, del mismo modo, estas mismas demoledoras consecuencias, llegando a contabilizarse 162 ejemplares por kilómetro cuadrado, siendo las líneas de alta velocidad y las autovías sus lugares de residencia favoritos, que se teme pueda provocar el derrumbe de puentes, por donde cada día pasan miles de personas”, ha señalado. “Navarra, La Rioja, la Comunidad Valenciana, Aragón, municipios de Madrid o lugares como como el muelle de Bouzas o el paseo de Lagares en Vigo, también están viviendo este problema”, ha recalcado.
“Según las cifras que manejan los agricultores, sembrar una hectárea de cultivo leñoso supone un gasto que oscila entre los 6.000 y los 12.000 euros y todo esto desaparece tras el paso de los conejos”, ha destacado, poniendo de relieve que “en el último año se han tenido que dar de baja más de 6.000 cepas, que hubiesen producido alrededor de 6 kilogramos de uva y que tardarán más de 50 años en regenerarse”.
Igualmente, “la producción de cereal ha mermado por esta causa en algunas fincas hasta un 80%; y la de olivas el 70%”. “El único remedio permitido hasta el momento ha sido la brillante idea de llenar nuestros campos de plásticos con el fin de espantar a los conejos, pero olvidando nuevamente algo fundamental, que es lo altamente contaminante que resulta este material, además de ser inventos inútiles a los que se han adaptado los invasores”, ha asegurado.
“Como ya le ocurrió en 1859 en Australia al colono inglés Thomas Austin, la situación se ha desbordado”, ha alertado, preguntándose por “¿cuánto tiempo vamos a tardar en España en ponernos manos a la obra?, ¿cuántas familias hundidas van a tener que reclamar la atención con lo que está sucediendo?
Por todo ello, Quintanilla ha pedido al Gobierno que se reconozcan los daños que está provocando la plaga, habilitando una línea de ayuda a los agricultores, ganaderos y cazadores afectados y declarando el estado de plaga, y que se derogue temporalmente la figura del conejo como especie cinegética de interés preferente contemplada, entre otras, por la Ley de Caza de Castilla-La Mancha”.
“Por último y tendiendo la mano al diálogo, consideramos necesaria la constitución de una estrategia nacional que compatibilice el fomento de la especie y su control en zonas agrícolas con mayor impacto de desarrollo de la
especie”, ha finalizado.