Vox no es fascista, nuestro Estado del bienestar es débil

Antonio Domínguez.- De un tiempo a esta parte las derechas europea y norteamericana se deslizan hacia posiciones cada vez más extremas. España, probablemente por lo excesivamente escorado a la derecha del partido que ocupaba su centroderecha y por la vacuna que representaba el recuerdo del franquismo, parecía hasta hace poco la excepción a la triste regla europea. opinionSin embargo, la irrupción del independentismo catalán, de cuya responsabilidad, por cierto, noeximiría el propio Partido Popular, ha radicalizado los ánimos. Los nacionalistas españoles, otrora avergonzados, lucen hoy en sus balcones, orgullosos, la bandera de España.

Se diría, no obstante, que España podía seguir al margen de esta tendencia; incluso un partido surgido a la izquierda del PP, Ciudadanos, llegó a las instituciones. Pero la carrera por la hegemonía de la derecha ha llevado a Rivera a intentar un sorpasso al PP que pasaba por un doble adelantamiento al partido de Rajoy-Casado. Un adelantamiento ya innegable por la izquierda, y un adelantamiento que, merced a la percepción del partido de Rivera como un partido más centralista que el propio PP, podía al mismo tiempo superara los populares por la derecha en lo que sería, de producirse, una sentencia de muerte para la vieja Alianza Popular. Que se lo cuenten a la UCD. Este peligro ya se percibía desde la Génova de Rajoy (recuerden a los 4 ministros que se fueron a Málaga a entonar el Soy un novio de la muerte ).Por eso, tanto el triunfante Casado, como una hipotética Soraya, tenían que emprender una escalada derechista para alejar la posibilidad de verse rodeados por la estrategia envolvente de Ciudadanos. Pero la derechización de Casado tiene otra una justificación electoral por su derecha. En mayo del año que viene habrá elecciones europeas y en el Europarlamento no operan las mismas limitaciones que en los procesos electorales españoles. No hay mínimo de 5%, la circunscripción nacional no machaca a las minoríaspolíticas si están presentes en todo el país y con el Brexit habrá más escaños que repartir. Resultado: Vox, el partido mejor situado de la extrema derecha española, podría entrar en el Parlamento europeo. Pero la naturaleza de Vox, pese a sus claras conexiones con grupos verdaderamente ultras o neonazis, no es la de un partido propiamente fascista.

Aunque su líder afirme ir por ahí armado con pistola, con lo que esto significa en España, Vox es más parecido a Donald Trump que a muchas de las formaciones fascistizantes europeas.

Si una de las razones del triunfo de los fascismos europeos en los años veinte y treinta fue su discurso obrerista, podríamos asumir que el intervencionismo en economía y el obrerismo son características esenciales de los viejos fascismos.Sin embargo, el obrerismo fascista es, sobre todo, fachada, o, en el mejor de los casos, una concesión “estatista” para atraer a parte del proletariado y ganar apoyo popular. Digo bien una concesión como si se tratase, en efecto, de un gaje ajeno al fascismo que la burguesía paga para evitar un mal mayor: La revolución comunista. Así, aunque el apoyo de parte de la clase obrera a las organizaciones pseudo o prefascistas no sea desdeñable, lo cierto es que sin el de la burguesía asustada, ni Hitler ni Mussolini hubiesen llegado al poder. Al menos no en el momento en que lo hicieron. Me permito citar, a este respecto y por lo que tiene de reflexión histórica reciente, El orden del día (L’ordre du jour, de Eric Vuillard, premio Goncourt 2017), sobre la responsabilidad de la patronal alemana en el ascenso de Hitler al poder.

Insisto en que no hemos de caer en la trampa de otorgar a los fascismos una verdadera preocupación por el movimiento o la clase obrera, bastante se ha lucido la izquierda estos días en sus interpretaciones sobre el neo o prefascismoya en el poder*. Recuerdo, a propósito y por si no ha quedado claro, cómo acabaron los tontos útiles que se creyeron el anticapitalismo “socializante” fascista: Noche de los cuchillos largos, Ernst Röhm, Manuel Hedilla y una eterna revolución pendiente que no podía hacer otra cosa que quedar así, pendiente, en suspenso, porque el fascismo se ha comportado, ante todo, como una estrategia de la oligarquía para alejar el peligro comunista y no como una alternativa revolucionaria.

Pero, vaciado de contenido real el obrerismo fascista, arrestados siempre los líderes que creían en un pretendido fascismo socialista y condenada la insistencia en el “socialismo” de Mussolini o en el nacionalsocialismo a los borrachos de bar y tertulia televisiva ¿cabe entonces que la extrema derecha se siga reclamando anticapitalista o partidaria de un Estado del bienestar vigoroso, ahora que el peligro comunista no acecha a la vuelta de la esquina? ¿Cómo se explica entonces que este discurso obrerista siga existiendo?

El miedo a la Revolución arrancó reformas obreristas al fascismo primero (o a la burguesía que lo apoyaba) y facilitó,después, el surgimiento del Estado del bienestar como medio para que el socialismo real no pareciese, a los ojos occidentales, una alternativa atractiva.

Hoy en día nuestra gran burguesía no puede tener miedo al socialismo real, sencillamente, porque ha desaparecido.O casi. Entonces, repito ¿por qué la derecha fascistizante conserva, en algunos casos, este discurso obrerista y estatista? Pareciera que la población europea, sobre todo los trabajadores, se ha encariñado con esta reliquia de la Guerra Fría y consecuencia del socialismo real que son los respectivos estados del bienestar, y allí donde estos son eficaces y fuertes, la gente no termina de ver con buenos ojos su desmantelamiento. Por eso el Frente Nacional sube en detrimento de la derecha neoliberal. Por eso la dinastía Le Pen se declara anticapitalista en las antípodas de Trump. Quedan rescoldos de comunismo en los estados de bienestar de media Europa.

Esto no impide, por supuesto, que todos se quieran apuntar al caballo ganador y Trump no guste a Le Pen. Necesitan estrategias diferentes, pero comparten el racismo institucional, el autoritarismo, política antiinmigración, machismo, LGTBfobia, y un largo etcétera.

Mientras tanto, en España está Vox. La pregunta que cabe hacerse es si nuestra extrema derecha sigue la senda de Trump o la de Le Pen, si nuestra extrema derecha es obrerista o radicalmente neoliberal. En este caso,me temo que lo segundo. Para Vox, el programa del PP es poco menos que comunista, estatista, “liberticida”. Los últimos tramos del IRPF propuesto por Montoro son, para Vox, confiscatorios. Casualmente, los tramos medios les parecen correctos. Alguien podría argüir que es bueno que Vox se conforme con el nacionalismo, el racismo y las políticas antiinmigración para aumentar su apoyo popular aunque,o porque, en esto no se pueda distinguir mucho del nuevo-viejo PP y Ciudadanos.Pero decía me temo porque que Vox se conforme con el distrito de Salamanca, como vienen haciendo las derechas neoliberales, también podría significar que en España no nos hemos encariñado demasiado con nuestro estado de bienestar y que nuestra extrema derecha no necesita recurrir a ese cariño para ganar. ¿Sería esto porque a los españoles no nos gustan ni la sanidad ni la educación públicas? No lo creo, lo que le ocurre a nuestro estado de bienestar es que es tan precario que “nuestras” derechas creen posible ganar sin garantizar su pervivencia. O peor, creen que se puede ganar propugnando su desmantelamiento.Sólo queda un consuelo, si las derechas insisten en acabar con el Estado de bienestar es probable que se alejen del poder.

*Véase la polémica surgida en torno al artículo firmado por Manolo Monereo, Héctor Illueca y Julio Anguita sobre el italiano “Decreto dignidad” https://www.cuartopoder.es/ideas/2018/09/05/fascismo-en-italia-decreto-dignidad/

https://www.lavanguardia.com/politica/20180916/451833243953/manuel-monereo-matteo-salvini-unidos-podemos.html

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16 COMENTARIOS

  1. Es un buen artículo.

    Hay que desmantelar el Estado de las Autonomías para garantizar el Estado de Bienestar.

    Hay que reducir el número de póliticos y la financiación de partidos políticos y sindicatos a cargo del presupuesto.

    Hay que recuperar el sentido de pertenencia a la Hispanidad y proteger la integridad de España, detrás de la cual está el principio de solidaridad que respalda el Estado de Bienestar.

    Hay que suprimir las desigualdades existentes por el caos autonómico.

    Hay que eliminar el IRPF para rentas inferiores a 22.000 euros, para lo cual hay que reducir hasta la mínima expresión el Estado autonómico, que es fuente de despilfarro y corrupción.

    Hay que proteger las fronteras de España y sus intereses de seguridad y comerciales.

    Te equivocas en tu diagnóstico.

    La extrema derecha que tú citas, VOX, es constitucionalista, monárquica, unionista y no rupturista como la izquierda.

    Es nacional, algo de lo que carecen los demás partidos y no la Constitución.

    La izquierda nacional no existe, ese es su problema. Desprecia el elemento nacional, se cree moralmente superior, y está nutrida de una burguesía muy acomodada.

  2. Creo que en España el PP tiene en buen recaudo a las extrema derecha y no se va a otros sitios.

    La extrema derecha Española es mas que otra cosa antisocialista y porque no gane los socialistas votan todos unidos al PP.

    • Dos grandes damnificados por el sistema electoral que tenemos…
      Que casualidad, que sean 2 partidos de fuertes convicciones y lucha por sus objetivos. Y no son unos vendidos a los mercados y los grandes poderes.

      Está claro, que en esta sociedad, una de las prioridades es que los de siempre que manejan, sigan, y que nada cambie nunca, que no se les acabe el chollo de vivir del pueblo.

  3. En España no hay sitio para un partido como VOX. Debemos quitarles la careta. Son la contradicción de la política.
    Por otro lado, el Estado del Bienestar representa un elemento básico del pacto social que, necesariamente, debe ser consolidado.
    Pero hay que tener en cuenta la perspectiva histórica para no asignar el mérito del desarrollo de la política social al régimen político equivocado…..

    • La contradicción en política???

      Defender el Estado social y aprobar la insolidaridad entre las regiones de España dando un cheque en blanco a los nazionalistas sí que es una contradicción.

      Detrás de la integridad de la Nación española está la solidaridad entre los ciudadanos y regiones españolas.

      Y vosotros habéis dinamitado activamente ese principio irrenunciable y Constitucional.

      ZP: Aprobaré todo lo que salga del Parlament.

      • Por otra parte, el desarrollo económico y la expansión de la clase media se idea en la dictadura de Primo de Rivera (primera protección social del trabajador), no consigue el carácter revolucionario de la República, y sí consigue el régimen franquista.

        Durante el régimen franquista se reducen más las desigualdades sociales que durante el periodo democrático.

        Las políticas comunitarias y la globalización han desmantelado nuestra industria y han dañado mucho nuestra producción agrícola y ganadera. Nos han querido desmantelar por ser directos y eficientes competidores.

        Y con ello se han acentuado las desigualdades sociales, además incrementadas por unas estructuras de Estado (autonómicas) sobredimensionadas que requieren de una fuerte presión fiscal que malogran los ahorros eminentemente de las clases medias.

        Y NO ES UN ERROR LO QUE DIGO, ES UNA EVIDENCIA HISTÓRICA.

        • Como dice D. Jaime Mayor Oreja, «la extraordinaria placidez del franquismo». Otra evidencia reciente. Queda claro…..

        • Para muchos millones de españoles que vivieron el franquismo, queda claro.

          Se hicieron con su piso y coche, que pagaban en un plazo razonable porque los sueldos daban para eso y había trabajo, empezaron a irse de vacaciones, había política de natalidad…

          Después todo se hizo cada vez más difícil…uno empezó a endeudarse para esta esta vida y la próxima.

          La economía durante el franquismo desde fines de los cincuenta funcionaba.

          Antes, durísimo, con un bloqueo económico exterior y una posguerra.

  4. Excelente artículo, se echaba en falta textos de esta calidad en este diario, tomado últimamente por megalómanos y narcisistas, de los que parecen decir en todo momento que les duele España… porque nadie está a su altura, aunque sean unos mindundis. Millón de gracias y espero tus reflexiones más a menudo.

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