Joven de Puertollano denuncia que el Sescam «se niega» a proseguir con operaciones de estética ya previstas hasta que no retire una reclamación

La joven puertollanera Alicia Mediavilla, quien reivindica desde marzo de 2015 las operaciones necesarias para paliar los efectos de una desastrosa intervención de dermolipectomía en el Hospital General de Ciudad Real que le dejó graves secuelas estéticas en el abdomen, prosigue con su calvario sanitario tras denunciar lo que considera una nueva «negligencia médica» en una operación en los brazos, lo que le ha valido, según relata, que el Hospital Virgen de la Salud de Toledo se «haya negado» a proseguir con la secuencia de operaciones que estaba prevista para paliar las secuelas de la primera intervención estética en el abdomen.

«Me han dejado tirada con las intervenciones, creo que no es justo y estoy pasando por una depresión enorme», ha relatado a este digital.

En septiembre de 2012, la joven, que tiene ahora 29 años, se sometió en el Hospital General de Ciudad Real a una operación de reducción de abdomen por obesidad mórbida, y en marzo de 2015 le fue practicada una dermolipectomia para retirar la piel sobrante. El resultado fue un absoluto desastre que le dejó horribles secuelas en la zona abdominal. Además, padece una hernia como resultado de la primera intervención.

Tras la dermolipectomia, Alicia acudió a la Asociación del Paciente, que solicitó a la Fiscalía de Ciudad Real que investigara este caso como supuesto caso de negligencia médica, al tiempo que instaba al Ministerio Público a investigar la tardanza en volver a tratar a la denunciante.

Alicia relata que tras el revuelo mediático provocado por su denuncia, fue derivada al Hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde debía someterse a tres operaciones más, de las que solo se realizó la primera. Allí también fue sometida a otra intervención para mejorar el aspecto de los brazos (para retirar la piel tras la pérdida de peso), tras la cual, a su juicio, «han quedado totalmente destrozados, con unas cicatrices espantosas», por lo que interpuso una reclamación al centro, avalada por otros médicos.

Según la paciente, sus brazos presentan un aspecto deforme e irregular, con el antebrazo más ancho que el brazo, y con unas cicatrices «totalmente torcidas» que no se marcan desde el lado interno hacia el pecho, como debiera haber sido, sino que están situadas en la parte posterior de los brazos, totalmente visibles. «Me da una vergüenza terrible enseñarlos», asevera, pese a lo cual se ha animado a publicar algunas fotografías que ayuden a concienciar sobre su caso.

Ahora asegura que el hospital toledano «se ha negado» a proseguir con la secuencia de intervenciones prevista en el abdomen «hasta que no retire la reclamación». «Se han negado a prestarme esa asistencia, y lo veo injusto», ha lamentado.

A Alicia no se le satisface la respuesta del Sescam, que asegura que la piel nunca mejora del todo en pacientes con obesidad crónica y subraya la dificultad de corregir estéticamente las secuelas, pero ella sigue convencida de que «pueden arreglarlo mucho mejor». «Los cirujanos que he consultado han asegurado que no les entra en la cabeza cómo me han podido hacer esta carnicería», remacha.

Alicia ha entrado de nuevo en depresión, aunque con ayuda de su abogado guarda los ánimos suficientes para pedir al Sescam que su caso se atienda conforme a lo previsto. «Me veo baja de ánimos, siempre llorando, con muchos complejos». La joven puertallanera sigue atrapada en su constante pesadilla, aunque no pierde, ni debe hacerlo jamás, su afán de brega en su particular epopeya para reconocerse a sí misma.