El Ayuntamiento de Daimiel podría cumplir con el límite de endeudamiento antes de finalizar el año

A falta de zanjar el acuerdo con GICAMAN para saldar las cuentas de EMUMASA, y tras firmar el acuerdo con la Consejería de Economía, Empresas y Empleo que establece un calendario de pago con el Instituto de Finanzas a partir de 2022, el Ayuntamiento podría quedar afianzado con las cuentas dentro de los límites que establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria; objetivo primordial desde que Leopoldo Sierra entrase a presidir el consistorio en 2011.

El Ayuntamiento de Daimiel tiene cada vez más cerca el 110% de endeudamiento que establece la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera para entes locales y que le permitiría acceder a crédito en momentos puntuales de “tensión de liquidez”. Lo ha confirmado este miércoles el alcalde, Leopoldo Sierra, quien se mostró esperanzador ante los avances en las negociaciones con Gicaman y el Instituto de Finanzas, con los que existe deuda pendiente.

Instituto de Finanzas

En el último caso, el primer edil reconoció el “esfuerzo” de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo para resolver este adeudo entre administraciones de 7,4 millones de euros (lo que supondrá más de 8 millones con intereses) con el Instituto de Finanzas, que los daimieleños y daimieleñas tendrán que asumir durante 20 años a partir de 2022, y cuyo acuerdo se firmó este miércoles.

El primer edil ha explicado que a partir de esa fecha “tocará asumir” otro pago más que se suma a los que se afrontan hasta a esa fecha. Una “carga” añadida de la que Leopoldo Sierra aclara, es producto de gestiones precedentes a la suya. Una consecuencia que, pese a los momentos de dificultades, Leopoldo Sierra hace público advirtiendo de ello y de cara al futuro gobierno municipal entrante a partir de junio de 2019.

Una fluidez que Sierra ha lamentado no haber disfrutado desde su toma de posesión en junio de 2011, sufriendo así las “deudas heredadas” de decisiones donde “se fue demasiado deprisa”. De esta forma, la deuda con el Instituto de Finanzas pasa a formar parte de la cartera de asuntos económicos encarrilados, aunque pendientes de saldar. Hasta la fecha, el consistorio daimieleño satisface anualmente 2 millones anuales dirigidos a amortizar préstamos e intereses, lo que computa 14 millones de los 38 millones de euros de deuda adquirida que Sierra, informa, encontró hace dos legislaturas.

Una situación de la que se ha servido para pedir al resto de administraciones “sensatez, equilibrio financiero y la sostenibilidad necesaria” en la gestión de cuentas públicas para evitar contextos como los sufridos en Daimiel que han derivado en “multitud de sacrificios” de la ciudadanía y de su Ejecutivo para poner en orden las cuentas.

Gicaman

Una vez sellado el acuerdo con el Instituto de Finanzas, el Ayuntamiento que rige Sierra dirige su mirada a otro foco: Gicaman, con quien mantiene negociaciones para saldar también su deuda. El primer edil confirma que ya queda menos para cerrar los compromisos y mantiene la convicción de alcanzar el concierto necesario que deje al consistorio daimieleño con un nivel de endeudamiento por debajo del 110% (alcanzó el 186% hace siete años), lo cual “dará respiro” ante momentos de “tensión de liquidez” que obliguen a pedir financiación.

De momento, Gicaman ha hecho una tasación de los terrenos ofertados como dación en pago. Un paso que acerca al acuerdo final con el organismo y hace que cada vez sea más inminente, como confirma Sierra. Eso supondría la extinción definitiva de la inactiva empresa municipal EMUMASA, una esperanza que podría resolverse en otoño.

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