Hace menos de un año apareció un libro de indudable interés en estos momentos históricos: “El marxismo y la cuestión nacional española”. Su autor, Santiago Armesilla, es una persona fuera de lo común en el panorama de la izquierda española. Miembro del PCE, que fue expedientado y suspendido cautelarmente de militancia por denunciar junto a otros afiliados las prácticas autoritarias del PCE/PCM, acusando a sus dirigentes de asaltar y desvalijar la Fundación Francisco Malagón y tratar de imponer un patronato contra su voluntad.
En el libro, Armesilla trata de explicar por qué la izquierda española a partir de mediados del siglo pasado abrazó la opción federalista; el daño que le ha hecho aceptar las identidades étnicas, y el pensamiento infantil que se esconde detrás de quienes se empeñan en relacionar la idea de España con el franquismo.
Excusa en parte el caos doctrinal entre quienes se han definido como marxistas a que las obras de Marx y Engels dedicadas a España no se terminaron de publicar en español hasta 1.998. Lo mismo sucedió con la “Cuestión nacional” de Rosa Luxemburgo. Por ello, los partidos marxistas españoles participantes en la redacción de la actual Constitución asumieron postulados totalmente ajenos al marxismo.
La inexistencia de una construcción teórica del marxismo adaptada a la realidad española, hizo que los entonces marxistas, PCE y PSOE, dieran como buenos planteamientos territoriales ajenos al marxismo, lo que ha derivado en que la izquierda acabara defendiendo interpretaciones extravagantes; y en esas estamos.
La aceptación del término “nacionalidades” en el Art. 2, junto al de “nación española” sólo puede entenderse por esa ignorancia.
Ni Marx, ni Engels, ni Lenin, ni Stalin, ni Rosa Luxemburgo, defendieron la organización federal.
En su Estado y la Revolución, Lenin dijo: “El federalismo es una derivación de principio de las concepciones pequeñoburguesas del anarquismo”. Armesilla recuerda que Marx es centralista: “¡Sólo quienes se hallen poseídos de la fe supersticiosa del filisteo en el Estado pueden confundir la destrucción de la máquina del Estado burgués con la destrucción del centralismo!” –apostilla.
Armesilla distingue entre el bolchevismo oriental y occidental: El primero sería el modelo a implantar en los Imperios Austrohúngaro, Ruso y Otomano. El segundo, a las naciones políticas de la Europa occidental que previamente habían sido monarquías absolutas, monarquías autoritarias y cuya construcción nacional se había efectuado entre 1.789 y 1.871, entre las cuales está España sin lugar a dudas.
Marx define para España cuatro procesos revolucionarios: 1.- La Guerra de la Independencia, ya que no sólo fue un levantamiento contra el invasor. 2.- El Trienio Liberal. 3.- La primera Guerra Carlista. 4.- La Vicalvarada.
Quién no comprenda que en el período citado la nación española ya estaba consolidada es que no comprende el ABC del marxismo en relación a la cuestión nacional –recalca Armesilla.
PSOE y PCE hicieron un flaco favor a la clase trabajadora cuando aceptaron el término “nacionalidad” en la CE, y la revisión posmoderna que se pretende sería una profundización de los errores de origen –incide el autor.
Aparte del desconocimiento de la doctrina marxista en lo referente a la cuestión nacional por los partidos declarados como tales en 1.978, considera que en su desorientación incidieron también las razones siguientes:
En primer lugar nombra –con gran acierto según mi entender- a la Leyenda Negra antiespañola, asumida acríticamente por la izquierda –y gran parte de la derecha, añade-. La segunda gran razón es la influencia del krausismo, que penetró antes que Hegel en las élites españolas, dando por bueno su planteamiento de “confederación universal”. Por eso, recientemente, Armesilla comentó que no es de extrañar que una de las primeras manifestaciones de Pedro Sánchez después de la moción de censura haya sido que “Europa es nuestra nueva patria”; declaración disolvente en línea con el proyecto alemán, la ideología socialdemócrata, y su benefactora, la Fundación Ebert, que financió ilegalmente al PSOE en la Transición.
Cuando se habla de que la izquierda es internacionalista hay que entender cuál es el proceso que debe seguirse, pues no todo camino es válido.
La Revolución debe hacerse previamente en cada Estado-nación burgués de manera individual, a fin de conseguir que la clase trabajadora se convierta en la clase nacional de cada Estado, tal y como se establece en el Manifiesto Comunista.
Potenciar la internacionalización sin ese presupuesto es dejar a los más desfavorecidos a los pies de los caballos del capitalismo depredador que se pretende combatir; y favorecer la fragmentación identitaria es incompatible con el objetivo revolucionario marxista,
¿Qué defensa de los trabajadores se puede hacer dividiendo su unidad de acción o cuando el eje al que hay que enfrentarse lo configuran Bruselas y Berlín?
La idea de una España federal en una Europa federal es alemana e ideada por la Cía y promulgada por la misma después de la II Guerra Mundial en el Congreso a Favor de la Libertad Cultural.
Independientemente de la inclinación ideológica de cada uno, es difícil no reconocer en Santiago Armesilla una claridad y lucidez innegables al tratar la cuestión nacional.
Armesilla es partidario de crear una izquierda patriótica e hispánica. Su erudición sorprende en un panorama político desolador donde la ignorancia prevalece a izquierda y derecha.
Armesilla es duramente criticado por la izquierda indefinida española precisamente porque es un patriota de izquierda y no le duelen prendas en airearlo.
Su pensamiento amplio, profundo, y sin complejos para defender a la nación española, en España y frente a Europa, así como impulsar la articulación geopolítica con las naciones hispanas, se entiende perfectamente con sólo decir que es discípulo de Gustavo Bueno.
Esa claridad y convicción le permite hacer causa común con personas de ideologías muy diferentes a la suya cuando se trata de enfrentar las tendencias disgregadoras presentes.
Suerte en su deseo de promover una izquierda patriótica e hispánica que abrace las dos orillas atlánticas.
Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
Marcelino, quizá hay que hablar también de la definición de patriota. Porque ahí también hay tela que cortar.
Hablas del infantilismo de la izquierda con el tema patriota, pero qué tipo de patriota debemos ser, el que dice la fundación Fracisco Franco? El que dice el PP, el que dice la Jerarquía Católica?
Ahí te dejo la pregunta. Y, ya puestos, para mi ser patriota es amar a tu país, a tu gente, corresponder con tus impuestos para que los servicios que demandes sean de calidad, ser cívico y cosas por el estilo. Como ya he dicho en el segunda párrafo, habrá que definir qué es ser patriota y, lo mismo te llevas la sorpresa y todos los de izquierdas son patriotas.
Si, por el contrario, ser patriota es poner por encima de la educación, de la sanidad o las políticas sociales públicas (por poner los tres ejes fundamentales) el amor a una grande y libre, que le den, y mucho, a lo de ser patriota. Si ser patriota es seguir los pasos de Cospedal, que le vayan dando. Si ser patriota es creer a Aznar a pies juntillas, que le den. Así de simple.
No hay que irse a las teorías (que está muy bien leerlas y, ojalá y todos las leyéramos) de Armilla, de Marx o de Hengels.
Vanos a ver la nueva asignatura de Educación Cívica que va a quitar a la religión católica de las aulas, a ver qué nos depara.
Pues que venga de una vez Iglesias y compañía y verás como nos arregla los bolsillos. Ese es la patria pura.
Abajo la patria, viva la gente!
Anda y no bebas tanto!!!
Un artículo muy ilustrador Marcelino. Desconocía a Santiago Armesilla, pero si dices que es discípulo del ateo Gustavo Bueno, su solvencia intelectual está demostrada, y lo está por lo que dices.
El caso de la izquierda y el nacionalismo en España es singular.
Comparten el mismo espíritu destructor del Estado Nación, uno por internacionalista y otro por nacionalista excluyente.
La vis atractiva existente entre ambos no creo que se de en toda Europa. Comparten además su arrogada superioridad moral, aunque en el nacionalismo además es étnica y económica.
El problema del siglo XX y actual en España es el rechazo que provoca el Estado Nación españoles, fundamentados históricamente. Creo que debido también a lo que apuntas en el artículo, al rechazo que provoca la Hispanidad, el único fenómeno occidental de globalización incluyente. España no tuvo colonias, tuvo virreinatos y provincias. Y los súbditos fueron con la Constitución de 1812 convertidos en ciudadanos de ambos hemisferios. Algo inaudito en un imperio europeo, algo que sólopuede explicarse por la catolicidad bajo la que se inspiró la formación del imperio español, digno heredero del imperio romano, con el que coincide en romanización, en nuestro caso hispanizacion.
La derecha española no es patriota es nacionalista, de pulsera en la mano y el dineros en Suiza.
Y a los hechos me remito, todos o casi todos los corruptos llevan su pulsera de la banderita.
El PSOE y EL PCE si llevan en nombre de España en sus siglas.
Yo creo en la patria de la buena sanidad, educación, justicia y solidaridad.
Yo llevo mi pulsera de España y no soy un corrupto.
Estoy muy orgulloso de llevarla. Yo no sufro esquizofrenia identitaria.
Pasé ya la adolescencia.
Los grandes corruptos de este país si la llevaban.
Se creen que España es un cortijo.
Y es suyo y la pueden robar.
Uno en su cortijo hace lo que le da la gana.
Otros no llevan la pulserita y se creen en un cortijo.
El Ayuntamiento de Madrid por ejemplo. Más de veinte millones de euros ya repartidos entre contratas y subvenciones a amigos y próximos a Podemos.
Pues nada, denúncialo.
Buenos días Don Marcelino
No conocía al Sr Armesilla. Sin duda es sincero en sus planteamientos. Pero francamente me parece un poco ingenuo para ser marxista.. y es incompatible en mi opinión ser ingenuo y marxista.
No se si se tradujo todo el corpus doctrinal marxista al español antes o después de 1.998, pero achacar a ello que nuestros próceres de la izquierda hayan hecho lo que mas les convenía, tirando por una calle de en medio, cuesta abajo y sin frenos (cómo todos los demás, para que vamos a hacer diferencias) me parece mas que ingenuo.
Supongo que estaría traducido al francés, italiano, inglés, alemán… y nuestros próceres de izquierdas, los que mas lecturas tenían, ya en los 60 y 70 (de los posteriores no se puede esperar nada) si querían podrían haberlo leído en esos idiomas y haberlo aplicado. Probablemente lo hicieron, pero no les convenía tirar por ahí, muchos de ellos estaban siendo ya financiados (y no me refiero a los soviéticos, si no a esa CIA + SPD/IGMetall)
por quienes propugnaban nuestro descuartizamiento y no procedía molestarlos.
Existe una tesis de FJL, que conviene tener en cuenta, aunque FJL no sea a veces muy muy de fiar; y es la de la influencia de Vázquez Montalbán en toda esa diarrea doctrinal que mezcla separatismo, raza superior calanovasca, charnego agradecido, y antifranquismo; de la que él (V.M.) fue el principal impulsor.
En este caso me parece que FJL tiene razón. Y si hay que poner nombres y apellidos al error, que tan buenos resultados le dio, de fomentar esa confusión son los de Vázquez Montalbán.
Pero lo peor ha sido el apoyo de nuestra derecha mas casposa a esas tesis antipatriotas. Por ejemplo, y por una vez que nos había salido una izquierda españolista, UPyD, por estrambótica que fuera; resulta que viene el Registrador de Santa Pola y le mete la proa hasta el final (lo de Bankia y lo del CGPJ debió doler). Y por contra se dedica a inflar a la peor izquierda antiespañola de los últimos años; Podemos.
Y eso créame no ha sido casualidad.
A los que mandan de verdad les incomodaría mucho mas una UPyD con 50 escaños que un Podemos con 80.
Curioso además de grotesco que los dos grandes sindicatos subvencionados (además de la Patronal, también subvencionada) UGT y CCOO tengan secretarios generales tan afines a la causa separatista.
Curioso también que en el único ámbito donde Podemos no ha metido la patita sea en el sindical. No ha propiciado, no había gónadas en el macho alfalfa de la chiza de Torrelodones, de crear un sindicato a imagen y semejanza de Podemos.
Un cordial saludo
Totalmente de acuerdo, aunque desconocía la versión de FJ Losantos, buen conocedor de la izquierda en la Transición (él mismo fue maoísta).
Por supuesto que UPyD (y su homólogo en la derecha VOX pero extraparlamentario) son radicalmente odiados por el establishment, precisamente porque cuestionan directamente el establishment…esencialmente el Estado autonómico, verdadera causa de la corrupción de este país y mantenimiento de infinidad de cargos y relaciones clientelares.
Para mí, la vis atractiva de la izquierda hacia el nacionalismo se debe a la atracción que le causa que antes ETA y ahora JxSí y Bildu-PNV, sean capaces de poner en jaque al Estado español. Comparten la misma raíz golpista y revolucionaria.
En primer lugar ,mi enhorabuena a Marcelino. Por tantos y tantos amigos, pasmao, sincopado, David y unos cuantos más que aparecen y desaparecen como humo, que le profesan una adhesión sin fisuras. Uno, que tiene amigos esparcidos por todo el espectro electoral, no entiende tanto sectarismo.
En segundo lugar, don pasmao, una recomendación: lávese la boca con jabón para denostar a Vázquez MOntalbán. La envidia es muy mala. Y supongo que en esto también estará de acuerdo con Marcelino, aunque éste preferirá a su amigo para decir lo que no se atreve sin que le lluevan palos verbales.
Yo estoy acostumbrado a los palos verbales…
Puedes incluirme entre los que atribuyen verosimilitud a las afirmaciones sobre Vázquez Montalbán, cuya biografía es muy interesante.
Fue encarcelado por Franco e indultado con ocasión de la muerte de Juan XXIII. Participa bajo pseudónimo en la revista Triunfo, revista antifranquista tolerada por el régimen gracias a la Ley de Prensa de Fraga de 1966.
Entonces el franquismo qué fue…dictadura o régimen autoritario?? Pues según la época, dirán los historiadores o los testigos históricos. El otro día un histórico líder de la UGT en Madrid me reconoció que el régimen era más propiamente autoritario que dictatorial en los últimos diez años (y él estuvo en la cárcel). Me encanjan las versiones.
Un personaje interesante, posiblemente marcado por Mayo del 68 y ese desencanto con el comunismo soviético. Resignado en su condición de burgués (la clase media triunfó en la Cataluña franquista) pero simultáneamente manteninendo su rebeldía juvenil (la ideología convertida en pseudoreligión).
Es decir, un progre de libro y condición que vivía con total placidez su doble condición contradictoria de burgués y revolucionario, la cual sólo puede encajarse bajo el paraguas de la ilusión de la superioridad moral de la izquierda a modo de impermeable espacio de tan palpable y esquizofrénica contradicción (Lenin la concilió con semejante placidez).
FJLosantos vivió en Cataluña esa época y conoce a todos los actores del génesis del nacionalismo catalán posfranquista, y entre ellos a Vázquez Montalbán, al que parece achacar la genialidad (por su éxito) de crear desde el PSUC el discurso separatista o catalanista.
Y puede ser verdad, porque de intelectuales el separatismo catalán la verdad nunca ha estado sobrado. Siempre han priorizado la billetera no los libros.
Verborrea Diarrea.
Algún argumento?
En tu caso imposible, sólo verborrea diarrea.
Vaya con la troupe del multinick! Eso sí que es generar debate. No entremos en desmontar argumentos y dediquémonos al ad hominen …. mejor, al ad nickmen …..
Desde Andalucía, sin conocer los entresijos de la sociedad de Ciudad Real, sorprende esta marcaje férreo a todo lo que escribe Marcelino Lastra. No sé si es algo local contra él o se trata de «rusos manchegos» ….. sería interesante conocer la difusión de las columnas de Sin Tapujos para hacernos una idea.
Saludos desde Andalucía.
P.S. Aquí dejo una prueba de mi origen imposible de escribir por nadie que no sea de esta tierra: no zeai tan jartible y dehá de buscá guoshisnai repetío.
Patriota:persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.
La izquierda, lato sensu, lo que quiere es mandar. Y no es un deseo, es un imperativo moral: tienen la misión de salvarnos. Por eso, no permiten la disidencia; sólo ellos tienen derecho a mandar. Cuando otra idea sobre la realidad se abre paso, la eliminan. Y no importa que sea apoyada por la mayoría. Si tienen que cargarse a millones de individuos, sea física o civilmente, quebrando todo el conjunto de derechos que conforma la dignidad de la persona, lo harán. Copan todas las instancias de la sociedad, sea la educación, las asociaciones vecinales, sindicatos o iglesias. Y pobre del que se les oponga.
Para conseguir su objetivo, el Poder, utilizarán cualquier estrategia útil. El nacionalismo es una de ellas. Stalin fue Comisario para las Nacionalidades. Iba a liberar a las nacionalidades del yugo del imperialismo zarista ruso. No dijo que para someterlos después al terror comunista.
En la guerra civil se produjo la misma asociación de intereses. El problema es que en España, a diferencia de Rusia en el 17, el golpe de estado comunista no triunfó. A la vista de que el franquismo se alargaba, que no conseguían el apoyo del proletariado español (que vivía infinitamente mejor que en la República y la guerra) y al socaire de las nuevas tendencias totalitarias, optaron por la estrategia de la reconciliación. Hay que leer lo que decía el PCE ya en los cincuenta. Pero, insisto, era estrategia.
Ahora, copando como dije antes todas las instancias de la sociedad, incluyendo medios de comunicación (lo ocurrido con la selección del mandamás de TVE es un ejemplo), vuelven a sus afanes, a su estado natural: al asalto al Poder.
Bien es cierto que el artículo 2 de la Constitución Española no fue producto del consenso entre los diferentes miembros de la ponencia que redactó la Constitución; muy al contrario, se debió a una imposición extraparlamentaria, casi con toda seguridad de origen militar.
El término ‘nación de naciones’ no amenaza al concepto de ‘nación’ española, siendo solo utilizado cuando se refiere a las partes de un país en su vertiente cultural e histórica.
Por cierto, quizás no goce del mayor rigor alguien que usa ‘socialdemócrata’ como insulto….
En España no ha habido más nación que la que se construye con un Estado, y el Estado surge en el siglo XVI, los antiguos reinos itinerantes no eran un Estado, les faltaba la homogeneidad administrativa y la única autoridad con esa capacidad era la Iglesia.
Los reyes eran primus Inter pares entre los nobles y su poder era limitado. Las monarquías se hacen fuertes a partir del siglo XVI, y con ello la homogeneidad de jurisdicción. Se crean los primeros Consejos del Reino, con especialización administrativa, el antecedente a los ministerios.
No hay nación consolidada sin Estado. Y las Comunidades Autónomas no lo son. Lo intentan pero constitucional y administrativamente no pueden serlo. Ni tienen competencias de defensa ni de política internacional porque no son sujetos de derecho internacional.
Lo único que abrís peligrosamente los socialistas es la puerta del pretexto para que eso sea posible SIN QUE ESO SEA REFRENDADO POR EL SOBERANO PUEBLO ESPAÑOL. Las regiones no tienen soberanía.