Cuando el arte religioso del Museo del Prado entra por las aulas

Si hay en España un espacio universal donde se visibiliza la relación del arte y la fe, ése es el Museo del Prado. Y es ahí de donde parte una iniciativa excepcional, que con un carácter marcadamente didáctico, persigue ilustrar las enseñanzas que en el aula recibe el alumnado de ‘Religión’, a través de las obras maestras que reflejan las figuras de sus principales iconos.
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Así lo han podido vivir en primera persona, durante el curso ya finito, en tercero y cuarto cursos del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) ‘Maestro Juan de Ávila’ de Almodóvar del Campo. Escolares y maestras del centro ubicado en la localidad ciudadrealeña donde vinieron al mundo el santo que le da nombre y también san Juan Bautista de la Concepción, han trabajado muy detenidamente el referente artístico del Prado.

De ‘La Anunciación’ a ‘La Crucifixión’, pasando por ‘La incredulidad de Santo Tomás’ y ‘La Inmaculada Concepción’,… Cerca de 70 obras de grandes autores de diferentes épocas, estilos y escuelas pictóricas, como Fra Angélico, Murillo, Roger van der Weyden, el Greco, Tiziano, Velázquez, Rubens, Zurbarán o Claudio Coello, entre otros muchos, han sido la mejor vivificación de las enseñanzas en las aulas.

Primero se trabajó en ellas con volúmenes monográficos que, en torno a la Biblia y las figuras de la Virgen María y Jesucristo como personajes históricos y referentes cristianos en la iconografía religiosa del Museo del Prado, firman Alicia Pérez Tripiana y Mª Ángeles Sobrino López, bajo el marchamo editorial de PPC, sello perteneciente al Grupo SM. Ambas especialistas son profesoras de Arte y miembros del gabinete didáctico de la Fundación de Amigos del Museo del Prado.

“En cada tema de ‘Religión Católica’, desde Infantil hasta Primaria, siempre hago trabajar y relacionar el tema estudiado con algunas de las artes, especialmente la pintura. Incluso en algún momento nos convertimos en imitadores de cuadros importantes y otras veces invito a hacer nuestro particular museo en las paredes de la clase, siempre teniendo como referencia el tema estudiado”, apunta Nieves Albuger, titular de la asignatura.

Además, tras verlos en clase con los compañeros, los citados ejemplares fueron llevados a las casas para hacer lo mismo en familia. Ésta es “una forma de motivar también a las familias, dando importancia a lo trabajado en clase, para que cuando vean por ejemplo una paloma en un cuadro, sepan que representa al Espíritu Santo o conozcan el término ‘Sagrada Familia’, por ejemplo”, indica la docente.

Posteriormente, el primer viernes de junio, se viajó hasta Madrid, donde estar ante las principales obras en la pinacoteca nacional fue toda una experiencia. Tras acceder al Museo del Prado y recibir como regalo de la editorial SM un cuaderno y bolígrafo, “nos dividimos en dos grupos, para que Mª Ángeles y Alicia nos explicaran. Además, cada niño llevaba su audio-guía. Sus caritas lo decían todo ante cada cuadro. También les gustó mucho ver tantas personas en el Museo, de países extranjeros y niños incluso más pequeños que ellos con sus profesores”.

Albuger Madrona, que contó con la colaboración de otras compañeras del centro, agradece la cercanía con que ambas especialistas guiaron a los pequeños, “de forma muy amena y motivadora y también les hacían muchas preguntas que, tengo que reconocer, los alumnos respondían fenomenal. En ningún momento se mostraron cansados ni distraídos gracias a ellas que supieron conquistar a los niños”.

Fue una jornada en la capital de España de gran provecho, que tuvo como preámbulo la visita a la iglesia de los Jerónimos y ver de cerca el edificio de la Real Academia Español y como colofón el Museo de Ciencias Naturales, donde de la mano de monitores, tocaron fósiles descubriendo el hábitat de animales y flores. Antes de iniciar el regreso, hubo merienda en el Parque del Retiro, en el que allí no faltó el paseo en barca y paseo hasta la puerta de Alcalá.

Esta singular y valiosa iniciativa tenía su origen en un encuentro diocesano de profesores de religión de la Diócesis de Ciudad Real, en el que el delegado Jesús Abad, “consideró muy importante instruirnos obre la iconografía religiosa”. Ya en aquella ocasión María Ángeles Sobrino López y Alicia Pérez Tripiana “nos ilustraron, nos dieron unas pinceladas, sobre María y Jesús en el Museo del Prado”, señala Nieves.

A ello seguiría para la maestra una experiencia en primera persona en el Museo del Prado, organizadas por PPC. Allí, de nuevo ambas “fueron encantadoras y ante un cuadro de Murillo me hicieron sentir cosas que no me podía creer, descubriendo algo tan maravilloso como casi poder ver el Evangelio y los valores y enseñanzas religiosas, de la mano de un cuadro único y con unas guías de excepción. Al comienzo de curso yo quería que mis alumnos descubrieran ‘in situ’ estas mismas sensaciones”. Y así fue.

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