192 millones de desempleados en el mundo

Jesús Millán Muñoz.- Según la OIT en el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2018, calcula que en el año 2017 hubo al menos 192 millones de desempleados, con una tasa del 5.6 por ciento. Además se cree que cerca de mil cuatrocientos millones de trabajadores ocupan puestos de empleos vulnerables.
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* Ante este panorama, cabe algunas preguntas, qué hacer y qué pensar, o qué pensar y qué hacer. Desde un punto de reflexión más allá de la pura economía o de la pura política, quizás desde la “filosofía del horizonte”, por denominarlo de alguna manera o forma, qué podríamos pensar:

– Según muchos juicios predictivos, en los próximos lustros y décadas, entraremos en una fase de la historia, que la cibernética, los robots, la inteligencia artificial, darán un salto cualitativo en la realidad social, por lo cual, una parte del trabajo realizado hoy mismo, pero aún más en el futuro será realizado por sistemas informáticos en mayor o menor grado.

Ciertamente, también se indica, que las personas que ahora están naciendo en estos últimos años, todavía los empleos que ocuparán, en una proporción importante, los empleos todavía no están inventados o descubiertos o diseñados.

– Por otro lado, en una competitividad mundial, diríamos una competitividad económica mundial, además de política y con otros parámetros, la producción y por tanto el empleo, se va hacia geografías que sus productos, son elaborados de forma más económica, lo que por un lado tiene los efectos, diríamos que zonas industrializadas del mundo se están desindustrializando, como segunda consecuencia, los empleos migran de unos territorios a otros, y desde luego, con unos parámetros de descendimiento de salarios en la totalidad del mundo, porque lo “mismo que antes se producía hace unos años, ahora se realiza con costes más reducidos”.

– La presión demográfica en el mundo, se dice que en los años 1800 era de mil millones de habitantes, hacia el año 1960 de tres mil millones, ahora mismo de más de siete mil millones de personas.

No voy a entrar si como algunos indican hay que intentar estabilizarla, otras ideologías desean reducirla incluso, y otras, dejarla que siga creciendo. Pero es obvio y evidente, que este factor o conjunto de factores como es la población, incide directamente sobre todos los parámetros de la realidad social, ambiental, humana, y tiene enormes connotaciones sociales, económicas, políticas, antropológicas, religiosas, éticas, etc.

* El segundo apartado de esta cuestión es qué hacer y qué pensar de alguna manera, tenemos algún horizonte de esperanza, podemos hoy percibir y entrever horizontes de posibilidades positivas, de la que tanto estamos necesitados.

– La historia ha demostrado que los pronósticos del pasado hacia el futuro, es decir, del pasado hacia el presente, casi nunca se han cumplido, o al menos totalmente, que siempre, no sabemos muy bien, horizontes que parecían catastróficos y muy negativos, después se convertían en positivos, la era industrial clásica, que parecía iba a ser tan negativa, después ha resultado un enorme y buen florecimiento, aunque con subetapas diríamos, ciertamente trágicas.

Por lo cual debemos inducir y deducir, que en estos panoramas actuales, puede suceder lo mismo, al menos en algunos aspectos.

– Si caminamos, aunque sea una utopía actual, si nos dirigimos hacia Estados Federados Mayores, es decir, que el mundo, en paz y en tolerancia, de mutuo acuerdo, en un mundo que es planetario y globalizado somos conscientes, que tenemos que reducir los doscientos Estados, y caminar, hacia cuatro o cinc en el mundo, o hacia un Único Estado Mundial, y que los Organismos Internacionales tengan más peso en todos los Estados, sociedades, culturas, podríamos diríamos reducir muchas variables que producen diríamos competitividades extremas, y por consecuencia reducir los tangibles e intangibles que producen incertidumbre y vulnerabilidades en muchos sentidos y formas y maneras.

O dicho de otro modo, un mundo globalizado regido y gestionado de forma más eficiente y más racional, y por consecuencia reducir multitud de factores de incertidumbre y vulnerabilidad.

– ¿Reducción de horas de trabajo de cada persona o de cada trabajador, sin reducir salarios, podría ser una solución a largo plazo de tiempo, al mismo tiempo incrementándose con la incentivación de la producción debida a los sistemas informáticos?

Por supuesto el panorama está abierto, este artículo no es un cóctel de recetas económicas o políticas ante este problema, sino más bien, un toque de atención a un problema que está en la realidad, y en el horizonte, para que toda la humanidad, empiece a buscar soluciones y preguntas desde todas las perspectivas y desde todos los saberes y desde todas las culturas.

 

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