Estoy convencido de que muchos ciudadanos – tanto de España como de Europa – desconocen las competencias, el funcionamiento y la coordinación de los tres estamentos de la Unión Europea: el Parlamento (renovado por sufragio universal cada 5 años), el Consejo de Ministros y la Comisión. La Comisión Europea es el órgano ejecutivo, políticamente independiente, de la Unión Europea y vela por su interés general. Amén.
El régimen político de la España actual es la Monarquía Parlamentaria. Son los españoles quienes cada 4 años eligen a sus representantes políticos, y éstos quienes eligen a los alcaldes, y presidentes. Además, la acción de éstos,se somete al control de los representantes, los medios de comunicación y los tribunales. Efectivamente, el pueblo también tiene derecho a participar en la vida pública y en dicho control: la gente puede presentar iniciativas parlamentarias, opinar en prensa, consultar información oficial (la consabida transparencia) o demandar a cualquier persona física o jurídica; pero a nadie se le escapa lo complicado o inútil que llega a ser todo esto para el pueblo llano. En resumen, si cada 4 años votamos, el sistema español es la Democracia – así, con mayúsculas (con minúsculas es otra cosa, la democracia de verdad) – igual que en la Unión Europea.
En España hay tres tipos de administraciones públicas: nacional, regional y local. Todas ellas tienen delimitadas sus competencias, y gestionan fondos públicos. Y tienen que revalidar la confianza de los votantes cada cuatro años… ¿todas? No. Una administración resiste a esa competencia de control del pueblo: las diputaciones. El poder dellibre albedrío a través de las urnas, por escaso que sea – pero por ser a la vez el único – es un poderoso medio para que los gobernantes modulen su acción en el mercado electoral. Y a pesar del enorme presupuesto que manejan y del poder real que tienen, tanto la presidencia como la propia composición de los miembros de las diputaciones provinciales, no son elegidos por sufragio universal. Es precisamente la ausencia de este mecanismo lo que propicia que hayan existido y existan múltiples casos de arbitrariedad en las diputaciones de toda España. Sería interesante profundizar en las consecuencias de eficiencia económica y de eliminar duplicidades que supondría la supresión de las diputaciones mediante reforma constitucional, aunque este tema hace tiempo que dejó de estar de moda. Sin embargo, el relato oficial es simplista, directo, y siempre hay un altavoz dispuesto para transmitirlo: las diputaciones son muy útiles a la sociedad porque hacen muchas cosas.Ea.
Si me he extendido hablando sobre las diputaciones es porque creo que es un buen ejemplo para entender lo que puede suponer esa falta de control directo del ciudadano sobre una administración con poder real. Ahora, vuelvan a leerlo, y sustituyan “Diputación” por “Comisión Europea”, órgano ejecutivo independiente.O sea, ejecutivo independiente… de la gente a quien gobierna.
El relato oficial es que todo son ventajas en esta Unión Europea, sin el menor atisbo de autocrítica. Más que relato, lo que hay es un adoctrinamiento ortodoxo permanente: simplista, directo, y con un altavoz dispuesto a transmitirlo.La autocrítica en profundidad brilla por su ausencia. Pero cuando el mensaje es crítico, se califica como “populismo antieuropeo” – da igual que sea igual de simplista o con profusión de argumentos. Y cabrían muchas preguntas, muchísimas preguntas, demasiadas preguntas, con demasiadas respuestas oficiales confusas. Pero “Europa” nos pilla muy lejos ¿verdad?
Por ejemplo: nuestra entrada en la Unión Europea fue un “éxito, sin discusión. Contrapartida de nuestra entrada previa en la Alianza Atlántica – con lo fácil que es decir “OTAN”, y lo que le costaba decir ese “bisílabo” a Felipe – se tradujo en la reducción del peso económico en los sectores económicos primario y secundario, en los que España fuese una amenaza para el poder de nuestros socios: la agricultura, la ganadería, la pesca y la industria ¡Qué casualidad, fue entrar en le U.E. y los agricultores franceses dejaron de abordar como piratas a los camiones españoles que llevaban productos agrícolas! Como contrapartida, íbamos a recibir Fondos de cohesión, que permitirían la modernización del país. A este respecto, no recuerdo que nunca se haya hablado del balance entre lo que perdimos y lo que nos dieron; solo del “beneficio”. Del “país de oportunidades” que pregonaba el ministro de Economía y Hacienda de entonces(Carlos Solchaga), de la primera burbuja inmobiliaria de la democracia que surgió entonces, del dinero que corría fácil en las administraciones, del desigual reparto de dichos fondos entre quienes más lo necesitaban… de aquello, sí sabemos. Como sabemos que los controles exigidos a los productos agrarios españoles – que se exportan – no se exigen a los de otros países como Marruecos – que se importan; o las dificultades de nuestro sector pesquero – potencia industrial – relegado vergonzosamente a faenar en aguas del Sahara. Etc. Así, hasta hoy, en que los comercios son sustituidos por bares y por bazares de “todo a cien”.La Marca España es sinónimo de turismo y tapas, ni de ciencia, ni de cultura, ni de productividad.
Nuestro ingreso en la Unión Europea ha supuesto una pérdida de soberanía en temas trascendentales.Vale, es el precio que hay que pagar para una unión política y monetaria ¿Pero qué pasos se han dado para esa unión, en contraposición con los pasos que no se han dado – política migratoria y de fronteras, armonización fiscal y eliminación de paraísos fiscales dentro de la UE, armonización penal…? ¿Qué nos ha aportado y qué nos ha dejado de aportar como país? Se nos adoctrina con la idea de necesidad de un fuerte eje Franco/Alemán. Y todos tan panchos ¿Quién gana y quien pierde con este eje, qué pinta España, en qué nos repercuten o nos benefician como país las acciones de este fuerte eje? ¿Acaso sus intereses son los nuestros, o sus beneficios son los nuestros?¿Cómo repercute en el pueblo, no solo en los capitalistas españoles? España está intervenida económicamente: nuestro presupuesto debe ser aprobado por la Comisión ¿Cuál es nuestro aval? ¿Qué significaría desviarse de los compromisos, si con eso se corrigen problemas sociales estructurales, como la pobreza o el paro? ¿Todos los países de la Unión han sido igualmente tratados en relación al déficit o a la solvencia de las entidades financieras? No ¿verdad? El Festival de la Canción de Eurovisión nació con el propósito de poner en valor la canción autóctona moderna de los países participantes, cantadas en su propio idioma. Hoy en día, la uniformidad de la puesta en escena, del estilo, la prevalencia del inglés, los participantes extraeuropeos y hasta la tendencia de los votos, no son sino síntomas de cuál es el actual modelo cultural dominante.
Lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho, nos da cuenta de lo que significa la pregonada independencia de la Comisión: depende de satisfacer al Eje Franco/Alemán y a poderes fácticos como el Foro Económico Mundial (asociación “sin ánimo de lucro” que se reúne en Davos – cuyo coste por “ser invitado a participar”, como hizo nuestro Rey, es de 20.000 dólares), el club Bildelberg (al que acuden a recibir sus parabienes Albert Rivera o Soraya Sanez de Santamaría), etc.
“Contra el populismo, más Europa”. Pues eso.
Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde
Es un tema muy importante el que tocas. Las instituciones europeas se han creado de tal manera, que cada vez están más lejos de la ciudadanía y su control soberano.
Los caminos de la sociedad y las instituciones son cada vez más divergentes. La Europa institucional es cada vez más xenófoba pero los europeos cada vez donan más dinero a causas sociales.
En España las donaciones de particulares a ONG para el Desarrollo aumentaron un 30% de 2013 a 2015, mientras que los fondos públicos que han recibido cayeron un 15% en ese período.
En materias económicas, la UE sigue siendo una institución protectora de cambalaches económicos, corruptos, ingenierías financieras, trasnacionales etc etc pero todo eso queda en Bruselas, y Bruselas está taaaaannnn lejos.
Y no olvidemos que la UE para los políticos españoles ha sido siempre un exilio dorado donde desaparecer cuando de defenestraban o cuando la corrupción era tan brutal, que mejor estar lejos.
Con esos mimbres se ha tejido una estructura que solo importa a los que viven de las subvenciones de la PAC, los investigadores que tienen programas europeos y no sé qué más poner, pero al resto de los mortales ni le va ni le viene, cuando deberíamos estar ya todos integrados en una Europa federal que acabase de verdad con las fronteras, con las diferencias de nivel de vida etc etc.
Pero no. La Europa de Junker y cía no es para nosotros, aunque la paguemos con el IVA.
Es evidente que la Unión Europea no superaría un examen de funcionamiento democrático a que somete a los Estados candidatos a integrarse en ella.
El talón de Aquiles de la democracia en la Unión Europea es que falta un ‘pueblo europeo’.
Por eso, antes que elegir rendirse ante Europa o irse, deberíamos relanzar la Unión con un control ciudadano….
Quienes pueden hacerlo, no quieren (y no es que no se hayan dado cuenta… tontos no son)