El Gobierno de Castilla-La Mancha invita a las empresas a solicitar las ayudas para contratar a personas con algún grado de discapacidad

El Gobierno de Castilla-La Mancha invita a las empresas de la región a pedir las ayudas habilitadas por el Ejecutivo autonómico para la contratación de personas con algún grado de discapacidad. Así lo ha indicado hoy en Toledo, la directora general de Programas de Empleo, Elena Carrasco, en el I Encuentro del Club RSE de Empresas Socialmente Responsables de la Fundación Soliss y el Grupo de Entidades Sociales CECAP, que se ha celebrado en el cigarral Santo Ángel Custodio.

Carrasco, que ha agradeciendo a la Fundación Soliss y la Fundación Ciees la invitación a participar en el primer encuentro del Club de Empresas Socialmente Responsables, ha asegurado que el Gobierno regional trabaja bajo las siglas responsabilidad social, competencia y futuro.” El Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja para ayudar a las empresas a incorporar en su capital humano a personas con discapacidad” ha apuntado.

Según los datos que ha ofrecido la directora general, la demanda de las ayudas por parte de las empresas ha ido creciendo y se puede comprobar como desde 2015 va subiendo paulatinamente el número de solicitudes y por lo tanto las ayudas: en 2015 hubo 153 solicitudes; 172 en 2016 y 235 el año pasado. De momento, en lo que llevamos de años ya hay registradas 97 peticiones: Ciudad Real con 38 solicitudes, seguida de Toledo con 21, Albacete con 18 y Guadalajara y Cuenca y 10 respectivamente.

Además, existe otra normativa que exige a las empresas el compromiso de contratar un 2 por ciento de personal con discapacidad si la empresa cuenta con 50 o más trabajadores.

“La contratación de personas con discapacidad es una lanzadera para la normalización de la vida laboral de estas personas que pone en valor las políticas de responsabilidad social de las empresas al contribuir a la creación de una sociedad social integradora”, ha dicho Elena Carrasco, que también ha sugerido que las empresas deben empezar a poner en valor las muchas ventajas que supone la incorporación de prácticas de responsabilidad social corporativa ya que se obtiene mejor percepción por parte del cliente y proveedores; mejora la motivación y la productividad en el trabajo, así como la imagen y la reputación.

La directora general no ha querido finalizar su intervención sin advertir que “ser una empresa socialmente responsable no es cumplir con las obligaciones jurídicas, es ir más allá, invirtiendo en capital humano, en el entorno y en las relaciones con sus interlocutores. Para entendernos, hablamos de buenas prácticas empresariales en el terreno medioambiental, social y de derechos humanos”.

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