Hay quienes no se resisten a ser los primeros en probar el guiso del Santo Voto de Puertollano. Tanto, que las disputas por ver quién ata su bolsa a la valla como testigo de su turno son ya toda una tradición. 24 horas antes del comienzo del reparto, las bolsas se aprietan en su vigilia fantasma, como avatares plásticos de sus dueños, que a buen seguro apenas podrán dormir pensando en el exquisito y gratuito condumio que les aguarda…
Hay que ser ridículo y muerto de hambre…. pero como es el nido de votos de los que mandan le damos un toque romántico.
Soy yo el de festejos y tiro toda esas bolsas de mierda a tomar por culo, turno por llegada y quien se ponga tonto «expulsado» de la fila
Hasta en los hoteles «caros» no consienten que dejes toallas en piscinas para guardar el sitio.
Me parece fatal que se consie tan estas cochinadas. Qué falta de respeto para el madrugador….así nos va, se premia la vagancia, la picaresca y que se impongan por encima de la educación.
Lo de las bolsas atadas a las vallas, nos pone sin duda a la altura de países tercermundistas menuda imagen. Eso no debería de consentirse.