David Alcázar, secretario político local del Partido Comunista de España en Ciudad Real.- 4. Por una República Democrática española.- Actualmente, las fuerzas de izquierda están profundamente desorientadas y no son capaces de analizar las condiciones objetivas por las que atraviesa España y mucho menos de articular una alternativa convincente a las masas populares y trabajadoras. Esto debe cambiar.
Solo se han articulado ciertas respuestas espontáneas que luchan contra la represión del Estado y de la patronal, algo positivo pero profundamente insuficiente como ha demostrado la experiencia histórica: la mejor forma de combatir al enemigo de clase y al fascismo es con una respuesta unitaria y organizada.
La articulación de un bloque anti-oligárquico que aglutine a todas las fuerzas populares y trabajadoras que busquen democratizar España será fundamental para conquistar la victoria. Pero cabe señalar que estamos muy lejos de conseguirlo y la autocrítica tiene que ser importante pues dicho proceso no puede articularse con miras electoralistas, sino buscando la unidad de las luchas y diferentes reivindicaciones populares vinculándolas con un Programa Mínimo Democrático que sume a todas las fuerzas democráticas enfrentadas a la oligarquía. Dicha unidad debe ser verdaderamente popular (una realidad en los centros de trabajo y en las calles) y no solo entre fuerzas políticas presentes en el parlamento burgués.
Además, estamos asistiendo a un recrudecimiento del chovinismo español que está siendo aprovechado por los elementos fascistas y ultraderechistas. Esto es peligroso y debemos combatirlo, pero, ¿qué podemos hacer los y las demócratas antifascistas españoles ante esta situación actual tan desalentadora? Solo articulando un programa que combine la lucha por la emancipación nacional junto con la necesidad de una democratización de España podremos combatir al discurso chovinista y fascista que enfrenta a la clase obrera y al pueblo entre sí rompiendo su unidad, sin la cual no podremos alcanzar la victoria: derrocar a la oligarquía vendepatrias y al estado cárcel de pueblos, el principal enemigo del pueblo español.
Por un lado, el programa democrático gozará de un profundo contenido social. Esto significa que debe denunciar el carácter de clase represivo del estado burgués y apostar por la recuperación de la democracia popular, secuestrada por la oligarquía española (representada por las empresas del IBEX 35) y transnacional (constituida por organizaciones imperialistas como la Unión Europea, el Banco Mundial…). Para ello, será fundamental la nacionalización de los monopolios económicos y los sectores estratégicos (gran industria, empresas de comunicación y trasportes, almacenamiento y distribución de alimentos, etc.), que pasarán a ser gestionados por los trabajadores; la expropiación de los latifundios y la nacionalización de la tierra (y su distribución entre los campesinos sin tierras); la depuración de los sectores reaccionarios del Ejército y de los cuerpos policiales con el objetivo de fundar unos nuevos cuerpos republicanos leales a la causa popular; la radical separación de la Iglesia y el Estado… Cabe señalar que la nacionalización de los monopolios, sectores estratégicos y demás medios de producción se plantea con el objetivo de democratizar la economía, porque si no se hace será imposible la existencia de una democracia política, de este modo, toda la riqueza generada por la mayoría social trabajadora ya no será enajenada por una minoría social, que despoja a la inmensa masa del pueblo de la misma, y se pondrá toda ésta al servicio de los intereses de las masas populares y no de los intereses particulares de un grupo de capitalistas. De este modo, los derechos democráticos (vivienda, pensiones, sanidad, educación, etc.) y laborales (empleo y unas condiciones laborales dignas) quedarán garantizados, no solo existirán sobre el papel como sucede actualmente; la instauración de un Nuevo Estatuto de los Trabajadores será indispensable para garantizar los derechos de todos los y las trabajadoras.
Por otro, este programa democrático, además de gozar de un profundo contenido social, tendrá un carácter nacional-revolucionario. Es decir, la salida de la Unión Europea, del Euro y de la OTAN (y de sus bases en España) será elemental al tratarse éstas de instituciones imperialistas que imponen su voluntad al pueblo español y saquean las diversas naciones del mundo. España no puede ser una cárcel de pueblos y tampoco puede ser una potencia imperialista agresora (como es a día de hoy). También, en este ámbito, el programa tendrá como piedra angular el reconocimiento de la España plurinacional y la defensa absoluta del derecho de autodeterminación de los pueblos de España (Cataluña, País Vasco, Galicia, etc.); con esto, se trata de plantear una alternativa basada en la unión voluntaria de los pueblos que conforman la Península Ibérica (no fundamentada en la represión como actualmente sucede, solo hay que analizar la problemática catalana).
Por último, será indispensable recuperar la memoria histórica en relación a la lucha democrática y antifascista española, además de poner fin a la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura franquista dominante hasta ahora. Para ello, será indispensable derogar la Ley de Amnistía para proceder así a juzgar a los criminales fascistas, y por supuesto, desarrollar una Ley de la Memoria Histórica que ponga en el centro la heroica resistencia republicana antifascista y democrática hasta borrar todo resquicio fascista en España.
Joder como están las cabezas.
Es una tarea difícil eso de ‘borrar todo resquicio fascista en España’.
Muchos de los que han dedicado su existencia a luchar para que los ciudadanos carezcan de derechos fundamentales, han pasado a la historia como impulsores de la democracia y de la Constitución que la regula.
Y es que, el baño de Palomares, definitivamente, dotaba de superpoderes….
«Un sistema político construido sobre la base de la subordinación del principio representativo-electivo al principio monárquico-hereditario únicamente puede operar mediante la corrupción.»
Por eso necesitan a los fascistas y los corruptos. Para conseguir mediante la violencia física y verbal el mantenimiento del poder.
El autor habla de fascismo en España. Así no hay manera de establecer un diálogo válido, sin falacias, sin trampas en el lenguaje. En España habrá problemas pero ¿fascismo? Este artículo es un ejemplo más de la pájara intelectual que está atravesando la izquierda, mientras no mejoren su discurso parece claro que hay derecha para rato.
Imposible dialogar.
Afirman ser demócratas pero evitan la dialéctica.
Y por supuesto reclaman a los demás lo que no exigen para ellos. En los comunistas de forma evidente.
Está analizado en la Rebelión de las Masas de Ortega y Gasset.