El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha adelantado una inversión superior a los 100 millones de euros que, durante la próxima legislatura, se destinará a nuevos regadíos y a la mejora de las infraestructuras y explotaciones regables de la comunidad autónoma.
Así lo ha adelantado este miércoles desde Hellín (Albacete) tras la presentación de los decretos por los que se declara de interés regional la zona de regadío de las pedanías hellineras de Agramón y Cancarix; un acto que se ha celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Hellín y en el que el presidente del Ejecutivo autonómico ha estado acompañado por el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; el presidente de la Sociedad Agrícola de Transformación (SAT) del Mayorazgo de Agramón, José Manzaredo; el presidente de la SAT del Sur de Hellín y Cancarix, Ignacio Valcárcel; y el alcalde de la localidad, Ramón García.
El presidente regional ha asegurado que, desde Castila-La Mancha “sabemos que el valor añadido de cada gota de agua que somos capaces de utilizar es diez veces más importante que aquella que se nos escapa” y por ello se ha comprometido a “dejarnos la piel” para que en la región “haya todos los regadíos que queremos”.
En esta línea, García-Page ha lamentado las dificultades que la región encuentra a la hora de poner en marcha zonas regables, “miles” que han estado paralizadas durante años por el Gobierno de España, mientras que en las regiones de Levante llevan décadas haciendo “negocio” y desarrollando “miles y miles de hectáreas de regadío ilegales”.
Del mismo modo, a quienes defienden que por el agua que se trasvasa desde los embalses de la cabecera del Tajo se pagan compensaciones a Castilla-La Mancha, ha manifestado: “Que hagan con las compensaciones lo que quieran; les devolvemos las cuatro perras gordas que nos han dado durante años, porque el agua que se ha ido vale mil quinientos millones de veces más” que el dinero con el que “han querido callar las bocas” en la región.
“Las desalinizadoras son el futuro”
En este contexto, el presidente de Castilla-La Mancha ha reclamado un debate sobre el futuro de los recursos hídricos de todo el país; debate que, según ha explicado, “nunca” se ha mantenido en este país, ya que sólo se ha discutido durante décadas sobre los problemas generados entre una región seca como la nuestra y otras más secas aún, en referencia a las comunidades del Levante.
“El agua es vida, materia prima, materia de transacción y fundamental para la sociedad”, ha defendido el presidente regional, razón por la que ha abogado por trazar una estrategia nacional en torno al agua y abordar el “problema estructural” del conjunto del país.
“Es lamentable que tenga que haber una pelea entre el Levante y Castilla-La Mancha, regiones de España que necesitan agua” mientras “el resto vea este problema desentendiéndose”, ha subrayado García-Page, quien, al mismo tiempo, ha vuelto a defender la optimización de las desalinizadoras construidas en el Mediterráneo como “el futuro” para paliar el actual déficit hídrico de Murcia, Valencia y Almería.
En este sentido, ha valorado que representantes del Gobierno de España, como la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, o ex responsables políticos de Valencia y Murcia, hayan reconocido el poder de las desalinizadoras construidas años atrás en las regiones de Levante, aunque ha lamentado que durante 15 años hayan estado “torpedeándolas”. García-Page ha asegurado que sólo, por ejemplo, con la puesta en marcha del 100% de la desalinizadora de Carboneras (Almería), sería innecesario recurrir al trasvase Tajo-Segura.
Pacto Social por el Agua en Castilla-La Mancha
El presidente García-Page ha adelantado que el Gobierno regional va a convocar a todos los sectores que tengan relación con los recursos hídricos, con la finalidad de llegar a un Pacto Social por el Agua en Castilla-La Mancha.
“Además de permitirnos trabajar con fuerza”, ha hecho hincapié el presidente regional, esta postura servirá para trasladar un mensaje claro “a los políticos de esta tierra”, que no es otro que “dejar los intereses de partido aparte y ponerse de acuerdo en un tema tan elemental como el agua”.
Del mismo modo, el presidente regional ha insistido en forjar una estrategia en torno a la defensa del agua en la región basada en la unidad política, algo que, ha reconocido, existe en regiones como Murcia, para que “no se vea al agua con color o con tinte”.
Una unidad que, ha recordado el presidente, ya existió años atrás cuando las Cortes de Castilla-La Mancha fijaron una serie de objetivos sobre los que, ha lamentado, luego algunos “votaron lo contrario en Madrid”, lo que supuso la aprobación del posterior Memorando del Trasvase Tajo-Segura “que tiraba por tierra nuestros anhelos”.
Con todo, se ha mostrado esperanzado en que la “batalla” por alcanzar un acuerdo tanto a nivel regional como nacional llegue a buen puerto, vistos los avances cosechados durante las últimas décadas, el consenso social existente y el respaldo dado por las autoridades competentes de la Unión Europea.