Una cuarentena de profesionales de Atención Primaria y Especializada del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha han participado en el curso “Alimentación inteligente” organizado por la Unidad de Nutrición del Hospital General Universitario de Ciudad Real.
El propósito de esta actividad formativa es dotar a los alumnos, médicos, enfermeros y farmacéuticos y auxiliares, de los conocimientos para promocionar hábitos saludables de alimentación y hacer frente a los argumentos de una industria alimentaria que utiliza todo tipo de estrategias para fomentar la venta de sus productos.
Una de estas herramientas es el neuromarketing. Como explicó Marta Retamosa, profesora asociada de la Universidad de Castilla-La Mancha y docente del curso, hasta hace poco el marketing intentaba influir sobre el consumidor para que adquiriera un producto determinado o para crearle una necesidad; ahora, en cambio, el neuromarketing aprovecha los avances en la investigación científica sobre el cerebro para desarrollar aquello que se sabe fehacientemente que gusta al consumidor.
A este respecto, Alicia Flores, también profesora e investigadora de la UCLM, señaló que el ser humano pone en marcha distintos procesos psicobiológicos frente a determinados estímulos alimentarios y que estos procesos se pueden alterar. Así, explicó cómo nuestros sentidos han ido cambiando a lo largo de la historia adaptándose a nuevos sabores y olores y recordó que antiguamente se comían más frutas y verduras y que de unas décadas a esta parte consumimos mucha más carne y pescado y, por ejemplo, rehuimos alimentos que tienen sabor amargo, como las endibias o el brócoli, pero que son muy beneficiosos para nuestra salud.
Por su parte, Carmen Ferreiro, nutricionista del Hospital General Universitario de Ciudad Real, aludió a los problemas de seguridad alimentaria que ponen en peligro el derecho del individuo a disfrutar de una alimentación sana, saludable y accesible económicamente. Entre estos riesgos se encuentran las intoxicaciones, el uso de pesticidas en el cultivo de frutas y verduras, la administración de antibióticos a animales destinados a la alimentación humana o los plásticos contaminantes que envuelven muchos de los productos que consumimos.