Eusebio Gª del Castillo Jerez.- Los que pinten canas recordarán, a buen seguro con nostalgia, el rodar del mítico Zapatones, un coche de bomberos que prestó servicio en Ciudad Real durante el segundo tercio del siglo XX, apodado así por su ruedas traseras compactas, de una pieza, que todavía conserva originales. También lo reconocerán los taurinos, pues, después de ser restaurado en la década de los ochenta, volvió a la faena como tanque de riego y pocas han sido las ferias de agosto que no ha deleitado al respetable con una vuelta al ruedo.
En uno de los laterales del tanque puede leerse “1927, servicio de incendios”. Según explican Marcelino Lozano, encargado del parque móvil, y Mónico Casero, oficial mecánico del Ayuntamiento de Ciudad Real, en esta fecha se adjudicó al Consistorio manchego y, según consta en la documentación del vehículo, atravesó ese año la frontera con Francia por Irún. Se cree que este coche de De Dion-Bouton, que fabricó automóviles desde finales del siglo XIX hasta la década de los treinta del siglo pasado, con sede en Puteaux (Francia), no era nuevo cuando llegó a Ciudad Real.
Después vinieron los motores diésel y los Pegaso Comet al servicio contraincendios, y Zapatones pasó a un segundo plano. En 1965 pasó su última revisión y poco después dejó de funcionar, aquejado de una avería en el motor. Estuvo un tiempo arrinconado en el parque de bomberos de Ciudad Real hasta que, por falta de espacio, acabó en calle, languideciendo por el desgaste de la intemperie.
En década de los ochenta, el concejal Antonio Vich “se empeñó” en que el coche se restaurara, y así se hizo; poco, a poco, por personal del Ayuntamiento. Todos los servicios municipales de Mantenimiento, incluidos carpinteros, fontaneros, pintores, electricistas y, por supuesto, mecánicos, pusieron su granito de arena para resucitar a Zapatones.
El motor hubo que repararlo y casi reconstruirlo entero, recuerda Mónico Casero. Se hicieron pistones a medida y se fabricaron otras piezas que le faltaban, como una tapa de bronce de una regadera, la tapa del radiador o la de la toma de fuerza.
Desde entonces Zapatones funciona “perfectamente”, aunque, eso sí, todavía hay que arrancarlo a manivela. Sale a la calle cada Feria de Agosto, casi siempre en dirección a la Plaza de Toros, donde da la vuelta al ruedo para regar el albero entre el tercer y cuarto astado. La plaza tiene un aspersor, “pero a la gente le gusta ver a Zapatones haciendo la faena”, comenta el oficial mecánico. Lleva haciéndolo toda la vida, a excepción de tres años en los que a una empresa adjudicataria de la feria taurina «no le pareció bien».
Mónico Casero confiesa tener el “grato recuerdo” de niñez de ver regar a Zapatones por la calle Estrella. Como coche de bomberos, señala, también era competente: lleva una bomba de agua “muy buena, con bastante presión y caudal”. Pudo verlo «en acción” en el sonado incendio en un inmueble de la esquina de la calle Calatrava con Toledo y el agua llegaba hasta la tercera planta.
Cuentan quienes lo conducían que llevaban un bote de chapa lleno de bujías de repuesto para cambiarlas, porque el aceite las perlaba, y había que parar para quitarlas, limpiarlas, ponerlas, arrancar y “tirar para adelante”.
Tanta vida da para muchas anécdotas. Se desató un incendio en Piedrabuena y allí que fue el bueno de Zapatones. Pero la velocidad no se encontraba entre sus virtudes, apenas supera los 20 kilómetros hora, y antes de llegar tuvo que darse la vuelta porque ya estaba todo quemado. Y es que, para evitar que se rompa, el coche “tiene unos contrapesos en el cigüeñal que frenan las vueltas del motor cuando alcanza muchas revoluciones, lo ahogan, y aunque desarrolla mucha fuerza, no ocurre lo mismo con la velocidad”. Tanta fuerza, remarca Mónico Casero, que puedes arrancarlo en tercera sin problemas (tiene cuatro velocidades y marcha atrás) y no se cala.
No cabe duda de que el futuro deparará nuevas andanzas al entrañable Zapatones. Es probable que deje la nave de Mantenimiento y que vuelva a compartir aventuras con los bomberos, no para contender contra el fuego, pero sí para avivar la llama del conocimiento entre los más jóvenes.
¡¡ Ooooooooooooolé !!
El Cuerpo de Bomberos de Ciudad Real se creó en 1923….
Un 10 por estos artículos del recuerdo.
¡Me ha resultado muy curioso porque no lo conocía!
Muy lindo…
Si señor, curioso y bonito «zapatones’