El Carnaval ciudadrealeño ha ido menguando con los años hasta quedar reducido a un puñado de eventos organizados por el Ayuntamiento, incluido maratoniano desfile del Domingo de Piñata. Tan poco fuste tienen ya las carnestolendas capitalinas que no queda quien reclame una carpa, evoque las máscaras callejeras o avive cualquier polémica sobre la fiesta de Momo.
No ocurría así hace cien años, en 1918, cuando entre los días 10 y 17 de febrero se sucedían los bailes de máscaras celebrados en el Casino, en el Teatro Circo y en el salón de la Sociedad Obrera; incluso varios en un mismo día, organizados por el Círculo Artístico, la Sociedad Casino, el Círculo de la Unión o la sociedad La Juventud. Cuenta de ello daba El Pueblo Manchego aquellos días. De la primera noche en el Casino, destacaba el diario que sobresalieron dos comparsas de originales disfraces de «La buena muerte» y «dominó». Además del Carnaval de salón, debía de alborotar la ciudad entonces otro más prosaico, que no era del gusto de los redactores. Así, el periódico recogía en sus páginas que en la calle Morería “hubo bastante concurrencia -no tanta como en años anteriores”, dominando las grotescas mascaradas de siempre, sin gusto ni arte”.
La crónica de otra jornada, con “regular animación” por la mañana en las calles de la Feria, Plaza de la Constitución, Alarcos y Mercado, destacaba las estudiantinas, de Puertollano una, vestidos sus músicos de trovadores; y otra de la capital, cuyos integrantes iban ataviados de moros. Ambas llamaron la atención mientras postulaban por todas las calles de Ciudad Real.
Uno de los columnistas habituales del diario, apodado Lindoro, como el Conde de Almaviva, animaba a trasladar el bullicio de la calle Morería al Paseo Gasset, alegando que, “en días tan espléndidos de luz y sol como los de ahora, hubiera resultado más lucido y hasta es posible que las máscaras hubieran dado prueba de buen gusto, ya que el parque pueden lucir más sus disfraces”. Ciertas personas, decía, “se abstienen” de ir a la Morería porque es calle incapaz de contener a tanta gente, “un incentivo al tropezón intencionado y al parcheo disimulado”. La estrechez de la vía, añade, es “un motivo para que la grosería y el salvajismo se manifieste en todo su esplendor”.
El debate sobre los carnavales de hace cien años no giraba en torno a cómo resucitarlos, tal que ahora, sino a la necesidad de insuflarle “algo de arte, de vistosidad”. De lo contrario, adviertía Lindoro, la fiesta decae. “Decae en estas poblaciones donde se da licencia al vicio y al descoco, en el que parece tienen libertad las demimonde de lanzarse a la calle luciendo su impudor y su despreocupación”, arguye enardecido y en términos difícilmente digeribles una centuria después. En los bailes, asevera, es “donde se refugia el último aleteo” del Carnaval. Allí, concluye, “el buen gusto y alegría de unas muchachitas ponen una nota de color, de encanto, mientras la orquesta desgrana un bailable”.
Las imágenes que acompañan a esta pieza son del Carnaval de Manzanares, extraídas del número 201 de Vida Manchega. En ellas puede verse (a la izquierda) a un grupo de “distinguidas señoritas” junto al niño Pedrito Maeso y Ochoa, que tomaron parte en una mascarada; y (a la derecha) a la comparsa “España”, dirigida por Bartolomé Verdut.
En un artículo de esta publicación, firmado por Roque Roqueño, referido al Carnaval de la capital, se rememoran con nostalgia “aquellas reuniones íntimas celebradas en los elegantes salones de los domicilios de los señores Loeches y Pujul, secundados muy eficazmente por sus distinguidas esposas y bellas hijas, que hacían los honores a sus invitados, con su proverbial galantería”. Y es que había más bailes que los del Casino, en los que aquel año pudieron admirarse comparsas “tan ingeniosas y elegantes» como la de la «Buena Sombra”.
Ya dijo, hace unos días, el papa Francisco que ‘el Reino de Dios no es un carnaval’. Y eso, por estos lares, se sigue a pie juntillas…..
El PSOE, sí lo es. Todo un carnaval.
¿QUÉ COÑO TENDRÁ QUE VER EL PSOE CON ESTE ARTÍCULO? HAY QUE TENER POCA VIDA Y MENOS INTELIGENCIA PARA MOLESTARSE EN COMENTAR ESO AQUÍ.
Un idiota como tú sabrá relacionar al Papa Francisco y el Carnaval y sin mala intención.
A que sí!!
A quien se relacionar es a tu madre y a las rotondas imbécil, a ver si te despeñas y del golpe se te arregla la cabeza esa de gilipollas. Y si él, a que si, es una pregunta pon interrogaciones, analfabeto.