Ardillas, búhos y otros animales de madera, y unas flores de plástico es toda la escenografía que Tania necesita para su espectáculo de callejero. El protagonista es un bohemio títere violinista que, al igual que ella, lleva un adorno de flores en su sombrero. El artista de trapo y madera, subido a un tocón que hace las veces de escenario y al ritmo de los hilos que maneja la titiritera, simula que toca una melodía que suena de fondo.
“Soy Tania de Alemania”, decía con voz grave, inconfundible acento teutón y una amplia sonrisa, la artista callejera que esta mañana se apostaba en uno de los costados de calle General Aguilera. Aunque se expresa con amabilidad, es parca en palabras. Comenta que “hace su vida así”, con este espectáculo de títeres, recorriendo Europa de arriba abajo (pero “el invierno mejor en España”). Recuerda que hace dos años visitó Ciudad Real, donde solamente pasará este fin de semana antes de poner rumbo a León.
Hay que regular por el bienestar de estos trabajadores de la Cultura. Al fin y al cabo, es Cultura en la calle.
Buen viaje, Tania….