Luis Mario Sobrino Simal.- Lo que estáis a punto de leer es el producto con algunas modificaciones impuestas por el transcurrir del tiempo de los pensamientos de una noche de verano de hace muchos años en la que, por una serie de circunstancias que ahora no voy a relatar, me encontraba sumido en una profunda depresión.
En mi habitación, en casa de mis padres, solo, escuchando música de los 60, tumbado en mi cama, rodeado de posters de aquellos años, musicales y algunos políticos, ecologistas…
Empezaron a invadirme una serie de imágenes que no me dejaban dormir. Entonces fue cuando decidí coger apuntes de las mismas. Mi “problema” era que, según iba escribiéndolas me surgían nuevas imágenes y más y más…
Luego todas ellas fueron adquiriendo forma en un borrador. A los pocos días cuando empecé a pasarlas a limpio me preguntaba si exagerarlas un poco más o dejarlas tal como se me habían ocurrido pero pensé que la realidad era aún más penosa y desagradable que mis imágenes con lo cual, las dejé tal cual.
¿Qué reflejan estas páginas? Una jornada cualquiera de un día cualquiera en la vida de un HOMBRE cualquiera, de nuestros días, bueno, este “de nuestros días”, es un decir pues desde la primera edición allá por los ochenta hasta esta última en 2015 (de momento como decía antes…) con las sucesivas modificaciones, avances, retrocesos, etc., etc., etc., “ha llovido bastante”.
El argumento es el de un HOMBRE que vive sólo, con pocas aspiraciones y sin posibilidades reales de cambio.
Un día típico en la vida de un típico trabajador del montón. Un HOMBRE – «EL HOMBRE» – que comparte paradójicamente su solitaria existencia con las solitarias y frías máquinas de todo tipo que le rodean desde que se levanta hasta que se acuesta a la vez que pertenece a la anónima sociedad en la que vive inmerso.
Es la vida de un “ESCUCHA PEQUEÑO HOMBRECITO”, Wilhelm Reich,un HOMBRE que sólo piensa en los efectos de los problemas cuando le afectan directamente a él, en un mundo dominado por diversos fascismos cotidianos: el consumismo desmedido, el mal uso de la informática, la «telebasura», la incomunicación, la desinformación, la represión sistemática institucional y la auto represión, los diversos tipos de terrorismo y, un sinfín de historias en la FERIA DEL TODO VALE…
¿Lugar? Una gran ciudad industrializada versus deshumanizada. Le he puesto de nombre – Newyorkia -. ¿Por qué este nombre que suena a comic? Bueno simplemente porque creo que a Nueva York se le pueden aplicar varios adjetivos para definirla como: deshumanizada, industrial, informatizada, dormitorio, artística, con toques verdes, una ciudad en la que a la vez uno se siente solo, anónimo, ignorado y a la vez te puedes sentir parte del colectivo más cosmopolita del mundo.
¿Tiempo? En la primera introducción dije: “No hace falta hablar del año 2000 como algo lejano pues ya casi estamos en él». Hoy, en 2015, hemos avanzado unos años y casi todo, sigue… peor. Por lo tanto esta historia es atemporal…
¿Ciencia ficción o realidad? Dejo a vuestra fantasía la capacidad de poder decidir libremente sobre la temática y el contenido.
¿Mensaje? Lo siento, es pesimista porque es el reflejo de cómo veo las cosas unas décadas después de haber empezado a escribir las primeras líneas. Pesimista, porque la humanidad ha avanzado muy poco y el HOMBRE sigue siendo “el peor enemigo del HOMBRE” por su voracidad y su afán destructivo. Pesimista porque los avances sociales son tan pocos y a veces son restringidos hasta límites insospechados. Pesimista porque veo que la Naturaleza hace tiempo está pasando “factura” por todo el mal que el capitalismo en sus diversas formas le está causando.
En cualquier caso que cada cual reflexione y saque sus propias conclusiones. La libertad de pensamiento – al menos teóricamente – aún la tenemos…
Los dibujos de mi amigo Jesús Mora López-Almodóvar se mezclan con imágenes tomadas de por ahí y ya tienen “pátina”…
Decir que este cuento se lo “pasé a varias personas que por diversos motivos conocí en estos últimos años: Cayo Lara, Nieves Concostrina, Rosa Montero,… Les pareció bien, me recomendaron algunos cambios que acepté y me dijeron… ¡-adelante-!
Y como anécdota decir que la primera “edición” del mismo, es decir, cuando pasé los apuntes del cuaderno a bolígrafo a un ordenador, fue en un viejo ”386” que me regaló mi hermano Julián, y que iba con ¡discos de esos cuadrados…!
Tengo que decir también que es una historia “bucle” ya que empieza y termina con el mismo comienzo y se repite hasta que uno se cansa de leer…
Y como colofón una pequeña cita del gran Groucho Marx, aunque hay quien dice que no es suya, pero ¡me vale!: “Surgiendo de la nada hemos alcanzado las mas altas cimas de la miseria”.
Interesante reflexión.
Lo que está claro es que la prosperidad capitalista y el Estado del bienestar son incompatibles.
Hoy en día, el ‘hombre corriente’ está perdido en la cultura ‘de lo fácil’ y ‘del más’.
El resultado de todo esto es que el ‘hombre corriente’ está atrapado en esa ansiedad y avidez de tener que le conducen, al final, hacia la anorexia y vacío psíquico y corporal.
Es verdad que es muy difícil mirarnos a nosotros mismos en forma objetiva con la perspectiva del futuro. Es el tiempo el que fragua la vivencia.
Aunque, en estos tiempos, lo que está de moda es el ‘hombre ubersexual’ (mezcla entre Cristiano Ronaldo y Paco Martínez Soria). ¡Casi nada!….
Gracias por tu seguimiento y opinión.
Cada semana una nueva entrega de este minirelato…