Rosa Prieto.- En los juegos con mis hijos jugando a si fueses un animal ¿Cuál serías? Siempre elijo el águila perdicera
La también llamada aquila de bonelli es esquiva, nerviosa, huidiza, con carácter, no entiende palabrerías ni cosas superfluas. Ella entiende de la vida y de la fuerza de ésta que se muestra en sus poderosas garras
Sus manchas en el pecho, vuelo ágil y preciso, su chillido marcando territorialidad en el monte, en las cárcavas…
En el afán de comercializar y mercantilizar todo en esta tierra, de poner en venta hasta lo más puro, el anterior gobierno regional decidió algo tan insólito como declarar el águila perdicera ave de cetrería en febrero del 2014, conociendo que es un animal en peligro de extinción, con evolución regresiva.
Hace más de un año, en una reunión con el Dtor General de Política Forestal de CLM, obtenía el compromiso de revertir esto. Ayer, por fin, leía en el DOCM que era ley. Hermoso regalo para mis ojos.
Pero no es la única en salir del listado de aves de cetrería. El Tagarote, una subespecie de halcón catalogada en peligro en el Libro Rojo de las Aves de España también sale.
Hay que reconocer que la agilidad e inmediatez no es una de las fortalezas de esta administración, pero al menos, alguien en “las superioridades” de la Junta, entiende que hay seres que son viento, que están hechos para estar en el cielo y nunca en el guante de nadie
Una buena noticia acompañada de un oportuno y galante agradecimiento.
Lamentablemente, el furtivismo es uno de sus peores enemigos, al igual que los tendidos eléctricos.
El águila perdicera es la más ágil entre las grandes águilas y, en la Península Ibérica, hay entre 733 y 768 parejas (65% de la población europea).
Por cierto, recibe también el nombre de ‘águila de Bonelli’ en honor al ornitólogo italiano Franco Andrea Bonelli, quien la documentó por primera vez en 1819 en Sicilia.
El águila representa la libertad y el poder y, en este caso, todo parece indicar que también ha sido la mensajera de ‘las alturas’ de la Junta….