Emiliano García-Page. Presidente de Castilla-La Mancha.- La Organización de Naciones Unidas dedica el 1 de octubre a conmemorar el Día Internacional de las Personas de Edad y lo hace con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre la necesidad de reconocer la aportación de las personas mayores de 65 años al conjunto de la sociedad, concienciar sobre el respeto de sus derechos y orientar a las Administraciones públicas en sus decisiones sobre políticas dirigidas a este colectivo.
Siguiendo la tendencia de los últimos veinte años en España, el porcentaje de población mayor de 65 años pasará del 18 % en 2015 al 33 % en 2050. La esperanza de vida está aumentando y ya alcanza los 83,30 años, muy alta comparada con la del resto de países de nuestro entorno.
En Castilla-La Mancha tenemos actualmente una población mayor de 65 años de 375.000 personas, que sabemos se incrementará en los próximos decenios hasta alcanzar las 680.000 personas de edad en 2050. Distintos estudios nos alertan sobre este fenómeno del envejecimiento de la población y su posible pérdida de calidad de vida.
Corresponde a las Administraciones públicas poner en marcha los mecanismos necesarios para atender a una población cada vez más envejecida, que va a vivir activamente muchos más años después de llegar a la edad de jubilación.
Atendiendo a las recomendaciones del Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, aprobado durante la 2ª Asamblea Mundial de las Naciones Unidas sobre Envejecimiento, celebrada en Madrid, vemos que son necesarios cambios en las actitudes, en las políticas y en las prácticas a todos los niveles, para garantizar que las personas de edad envejecen con seguridad y dignidad y, al mismo tiempo, potenciar su propia capacidad para participar en el marco de sus familias y comunidades como ciudadanos con plenos derechos.
Para ello, desde el inicio de la Legislatura, en Castilla-La Mancha hemos activado el diálogo con el movimiento asociativo de personas de edad, a través del Consejo Regional de Mayores, desarrollando el Marco de Envejecimiento Activo con tres ejes de actuación: el primero engloba las actividades que favorecen el acceso a las nuevas tecnologías, el desarrollo personal, los hábitos de vida saludables y la participación social. El segundo promueve la autonomía personal, con actividades que inciden tanto en la persona mayor como en su entorno. En tanto que el tercero promueve los derechos y la calidad de la atención que reciben las personas, como por ejemplo a través del buen trato.
En estos ejes se inscriben actividades impulsadas expresamente para las personas mayores, como el Programa de Termalismo, social y terapéutico, con más de 3.500 plazas adjudicadas en 2017; las iniciativas en la red de centros de mayores que han ofertado más de 120.000 plazas, como las aulas de informática, que cuentan con 25.000 usuarios; o las nuevas Rutas Senderistas y talleres del bienestar, que han tenido en 2016 más de 2.200 participantes.
A través del Sistema de Atención a la Dependencia, en nuestra región ofrecemos a las personas mayores que lo necesitan los servicios y prestaciones necesarios, como la Ayuda a Domicilio, para que continúen viviendo en sus casas y en sus pueblos por el tiempo que sea preciso. Para atenderles debidamente están los servicios públicos gratuitos, como el de Teleasistencia o el de Ayudas Técnicas. Además, el servicio ‘MejoraT’ realiza una importante tarea de prevención del deterioro cognitivo y físico de las personas en situación de dependencia moderada.
Si finalmente la persona mayor tiene que acceder a recursos especializados, como los Centros de Día o las Residencias, recibirá una atención “centrada en la persona”, en la que los equipos profesionales orientan su trabajo de manera individualizada, con las 14.000 plazas residenciales con financiación pública que conforman la segunda mayor red residencial de España, por ratio de población mayor.
Porque en Castilla-La Mancha construimos y mejoramos el Sistema de Dependencia, que tras diez años de funcionamiento ha consolidado la atención de calidad a las personas mayores como un derecho, pero que al mismo tiempo se ha revelado como un importante yacimiento de empleo especializado y profesional, sobre todo en el ámbito rural. Gracias al Sistema de Dependencia, las personas mayores envejecen en su entorno con seguridad en sus derechos.