El golpe

Mª Luisa Soriano Martín (Viceportavoz PP Cortes de Castilla-La Mancha)

Para muchos, la más célebre partida de póquer en la historia del cine es, sin duda, la magistralmente narrada por George Roy Hill en “El Golpe”.

Son difícilmente olvidables los primeros planos de las miradas enfrentadas de Henry Gondorf, interpretado por un Paúl Newman en la cúspide de su carrera, y la de Lonnegan, al que dio vida un espléndido Robert Shaw; el cinismo de los dos jugadores, la astucia en el rostro del timador y la rabia en el rostro del mafioso Lonnegan, cuando pierde, son memorables para todos los que hemos disfrutado de una de las grandes películas del cine americano.
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Pero, sin duda, lo que convierte al director en un maestro, porque consigue que el espectador juegue esa partida en el vagón del tren, son los primeros planos de las cartas: el póquer de “jotas” ligado por Newman y el póquer de “nueves” ligado por el mafioso. Esas imágenes casi hacen que se pueda oler el humo del tabaco y los vapores del whisky añejo que sobrevuelan el tapete.

De las declaraciones de la Consejera de Agricultura de Castilla La Mancha y del que fuera Consejero del ramo anteriormente, se deduce que en la partida de las negociaciones de la OCM del vino van de farol. Si a estas alturas no han puesto las cartas sobre la mesa, o mucho me equivoco o es que no han ligado una buena mano, por lo que me temo que el póquer de “ases” va a ser para los expertos jugadores franceses, alemanes e italianos.

Como oposición, exigimos que el sector conozca la mano que lleva -porque la Consejería es eso, la mano que juega las cartas- pero quien debe decidir cómo jugar es todo el sector del vino, todas las familias castellano-manchegas que viven del vino y que temen que su forma de vida se pueda perder en una especie de timba europea por culpa de unas negociaciones mal llevadas. Por eso las propuestas que llevemos a las negociaciones deben tener el consenso de todos.

Nuestra exigencia, y esa es nuestra labor como oposición, es que se lleve una postura clara y definida, consensuada y adecuada para los intereses de los vitivinicultores de Castilla-La Mancha.

Una postura que no se deje embaucar porque se prohíba la chaptalización a cambio de dejar de ayudar a la destilación. El problema que les supone a los países del norte de Europa dejar de añadir azúcar al mosto es, social y económicamente, mucho menos traumático que el que nos supondría a nosotros el no poder dar salida mediante la destilación al vino sobrante.

Además, como medida para diversificar la producción y reducir excedentes, que son el fondo de esta reforma, la destilación es una herramienta útil para seguir suministrando al mercado un producto íntimamente ligado a la cultura mediterránea como es el alcohol de boca.

Una postura que no admita, agradecida encima, que Castilla-La Mancha perciba menor cantidad de dinero que en años anteriores, pues a pesar de que dice la consejera que se mantiene el presupuesto, los criterios de reparto van a cambiar en la nueva OCM y, en vez de percibir una cantidad calculada en función de las ayudas históricas que se han venido recibiendo, situación en la que España saldría favorecida porque ha recibido grandes cantidades de ayudas (sobre todo a destilación), ahora vamos a recibir una cantidad que depende de la producción, ámbito en el que los franceses nos ganan sobradamente. Esto supone que a España pueden llegar entre 40 y 60 millones de euros menos que en años anteriores.

¿Es esto una visión catastrofista? Pues sí, lo es, pero es que si el líder de las negociaciones, el presidente Barreda, nos está llevando a esa situación, habrá que denunciarlo, ¿no?

Sigamos. Esa “misma” cantidad de dinero, que no lo es, a la que se refiere la consejera, además va a servir para financiar dos aspectos que repercuten poco en el sector. En primer lugar, ese dinero va a financiar una serie de medidas de desarrollo rural, útiles, sin duda, pero que deberían estar financiadas por otros sobres. Y, en segundo lugar, esa cantidad que llegue en el sobre nacional va a financiar el arranque de las famosas 200.000 has., no todas en España y no todas en Castilla-La Mancha, evidentemente, de manera que es un dinero que no se invierte en el sector del vino, sino todo lo contrario.

Aún hay más aspectos de la nueva OCM que no se deben pasar por alto. ¿Se puede entender una postura que acepta el arranque financiado del viñedo cuando en el año 2013 se va a poder plantar todo el que se quiera? ¿No sería mejor financiar de otro modo a los viticultores que no quieran seguir con su explotación vitícola? ¿Si lo que demanda el mercado es vino de calidad obtenido de cepas viejas, es lógico arrancar unas cepas que pueden dar extraordinarias cosechas?

Tratan de tranquilizarnos diciendo que no nos preocupemos, que vamos a tener el apoyo del Gobierno de Zapatero. Si nuestra postura la va a defender el Gobierno con menos peso en Europa que ha tenido el Reino de España en toda la democracia, y es nuestra Ministra la que se va a jugar con franceses, alemanes e italianos la nueva OCM del vino, me da a mí que quien se va a llevar “El Golpe” es nuestra vitivinicultura.

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