En el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, embriagados por la primavera de los 20 años y la fiebre del blues, conocimos a Alberto Gómez Sánchez. Era uno de los nuestros, amigo de todos, resuelto a asumir sus responsabilidades y a ayudar a ser felices a los demás. El tiempo le depararía alegrías y sinsabores, pero ha sido siempre el caballero de la voz serena, atento y elegante en el trato, que boga con una sonrisa por los golpes que da la vida.
Su carrera profesional ha estado vinculada a la industria de Puertollano, a la que ha aportado mucho como prevencionista de riesgos laborales con una insólita formación humanística. Miembro destacado de la Asociación de Químicos y Profesionales de la Industria (Arquicma), prácticamente no ha habido empresa relevante en la ciudad minera que no sepa de su labor, de su impecable profesionalidad y de su cercanía, cualidades premiadas este año con la Medalla de Oro al Mérito Profesional de las Relaciones Industriales y las Ciencias del Trabajo con Distintivo Rojo.
Alberto ha fallecido este sábado en Puertollano a los 49 años tras luchar contra la enfermedad, pero cumpliendo con creces su misión, aquella con la que soñaba en la noche de un Madrid de 1991, con el futuro por delante. Adiós amigo Alberto. Nos has hecho bien a todos. Descansa en paz.
DEP
Sobrecogido por la noticia. Tuve la enorme suerte de compartir vivencias profesionales con él. DEP.
Gran persona si señor.Un beso muy grande para su familia.