Javier Alberola Rojas, el árbitro de fútbol ciudadrealeño recién ascendido a la Primera División, ha visitado este mediodía acompañado de su hermano y también colegiado Antonio y de Mohamed Massot, a los componentes del Campus de Verano de Fútbol de Ciudad Real.
Alberola Rojas, que ha cumplido recientemente 26 años, ha ocupado la tercera posición en la clasificación de colegiados de Segunda División, con una puntuación de 9’56. Admitía que es “todo un placer compartir estos momentos con estos niños a los que se les ve ilusionados por hacer deporte”.
Preguntado sobre si da vértigo el ser el árbitro más joven en haber conseguido un ascenso a la máxima categoría del fútbol español, reconocía que “vértigo no, es tranquilidad. Es algo que has conseguido por unos méritos propios, el ser digno de estar ahí, con humildad y trabajo, y esos valores del deporte no hay que perderlos, y hay que seguir trabajando porque un día estas arriba, pero cualquier día estas abajo y ya nadie se acuerda”.
El colegiado reconocía que “desde hace muchos años mi familia ha sido muy futbolera, muy deportista: mis padres, mis tíos, mi hermanos y yo he heredado esta parte deportiva y hay que seguir con ello”.
Y sobre la visión que tienen los niños del arbitraje, el trencilla afirmaba que “cada vez más el árbitro se ve como algo más natural, es una forma de hacer deporte, de tener muchos valores, es otra forma de ver el futbol. Ya no solo pegar a la pelota, sino que entra un factor psicológico y mental de conocer la mente de las personas y creo que al niño que le guste poco a poco se irá involucrando en ello, no sólo en la parte física sino en la mental”.
Tras dos temporadas en Segunda, en la que ha dirigido 46 partidos, ha conseguido el ascenso a la Primera División. Ahora Alberola Rojas reconoce que no tiene predilección por arbitrar algún partido en concreto “Cualquier partido de Primera es digno de respetar y cualquiera será importante, y hay que seguir aprendiendo de los que más saben. Mi objetivo es seguir trabajando como hasta ahora, asentarnos en la categoría que va a ser duro, pero creo que estamos preparados. Trabajar, trabajar y trabajar para estar los máximos años posibles”.
Su hermano, el también ascendido de categoría a Segunda División B, Antonio Alberola, agradecía al director del Campus, Rafa Dina, la invitación realizada ya que “es una forma de acercar a los árbitros a estos niños que en el futuro serán los que jueguen en categorías más altas y nos tendrán que respetar. Así que trasmitirles que respeten la figura del árbitro como un deportista más, que es lo que somos.
Antonio Alberola reconocía que “cuesta mucho trabajo, esfuerzo y entrenamiento el ascender y el arbitrar en categorías desde la más baja a la más alta, así que respeten a los árbitros que somos de carne y hueso, somos personas como ellos”.
También Mohamed Massot defendía los valores del deporte y que este tipo de actos nos ayudan a conocer a los niños y que aprenden los valores como el juego limpio, y conocer nuestra figura, para que desde chiquillos se les vayan inculcando estos valores. Massot admitía que “en el deporte base los niños quieren dedicarse a jugar, y muchas veces se ven influidos por la presión de los padres, y eso no ayuda a llevar a cabo el juego limpio”.