El maestro y escritor Juan Peralta Juárez pone en marcha en 1987, con el apoyo de diversos miembros de la Comunidad Educativa, el Museo Pedagógico y del Niño de Castilla-La Mancha. Lo crea en Albacete con el objetivo de “rescatar, conservar y difundir el patrimonio histórico de la infancia, la familia y la escuela en nuestra región”. Además, se cumplen también este año veinte de la Asociación Cultural Museo del Niño (Amigos del Museo Pedagógico y del Niño de Castilla-La Mancha). También funciona, por otra parte, el Centro de Estudios y Documentación Histórica de la Infancia, la Familia y la Escuela.
Comienza su andadura en el sótano del colegio Benjamín Palencia y cumple los cinco lustros de vida en 2012. Ese año se oyen diferentes voces con la petición de una ubicación digna para el Museo y, finalmente, se instala en un espacio propio del Colegio Público Virgen de Los Llanos, con el apoyo de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, aunque dificultades de todo tipo impiden a fecha de hoy su reapertura.
Su inicio está ligado al proyecto de innovación Crusoe, por el que se trata de crear nuevos espacios escolares y culturales. La labor desarrollada ha sido muy importante pues, aparte de la edición de diversas publicaciones periódicas y la exposición permanente, se ha acumulado y ordenado documentación muy diversa, se han rescatado materiales pedagógicos y escolares, se han celebrado exposiciones temporales, jornadas, conferencias, cursos o congresos…
Pero, ya sabemos, la cultura con mayúsculas importa poco en Castilla-La Mancha, sólo los grandes fastos y actos de relumbrón parecen encandilar a los sucesivos gobiernos que hemos tenido. Se puede gastar millón y medio de euros en una exposición en la catedral de Cuenca, pero nuestros museos o archivos tienen carencias de todo tipo.
Las bibliotecas de gestión directa de la Junta disponen desde hace años de escasa asignación para la adquisición de fondos bibliográficos y las bibliotecas municipales llevan más de un lustro sin recibir ayudas económicas del Gobierno regional para la adquisición de libros, recorte que empezó el PP pero que todavía sigue con el PSOE. Y nuestros parques arqueológicos continúan en deplorable situación (una vueltecita por el de Alarcos, por ejemplo, puede ser deprimente), tras el cierre demagógico de Cospedal, campeona en recortes sociales.
Y luego están las promesas, muchas veces incumplidas, en período electoral. Por eso, Juan Peralta escribe en el editorial de un número de El Catón lo siguiente sobre colecciones similares en otras Comunidades: “Otras empresas de este tipo ‒más jóvenes que la nuestra‒ han tenido la inmensa suerte de haber sido apoyadas desde sus comienzos por la Administración competente en la materia, algo que hasta ahora no ha ocurrido de una manera clara con el Museo del Niño” (El Catón, nº 20, 2014).
El Centro de Estudios y Documentación Histórica de la Infancia, la Familia y la Escuela conserva más de 35.000 unidades de material muy diverso (carteles, diapositivas, dibujos, documentos históricos, filminas, fotografías, historias de vida, láminas didácticas, libros, mapas murales, películas, publicaciones periódicas, etcétera), catalogadas e informatizadas en quince bases de datos.
Desde 1994 se edita El Catón, revista de Investigación y difusión cultural del Museo del Niño, con veintiún números publicados hasta el momento. A partir de 2006 se publican los Cuadernos del Museo Pedagógico y de la Infancia de Castilla-La Mancha, con veintiún números aparecidos hasta hoy, dedicados a temas muy diversos del mundo de la educación y del niño. Y desde 2013 sale Amuni, boletín informativo de la Asociación Cultural Amigos del Museo del Niño, con trece números, el último en marzo de este año.
Iniciativas como esta son importantes, aunque no se les preste la atención debida, para visitas de alumnos, familias o estudiosos. El poder formativo y evocador de los diversos materiales recopilados, además de su conservación, facilita la visualización y comprensión de la evolución de la Escuela y la Educación en nuestro país. Es de desear que se salven todas las dificultades existentes y se produzca en breve plazo la reapertura del Museo. Pero, además de volver a abrir las instalaciones, es preciso ponerlas en valor mediante un proceso de información para que la Comunidad Educativa y toda la sociedad conozca su existencia y disfrute de sus contenidos.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Ya se ve en el número de comentarios lo que inspira este tipo de iniciativas y otras muchas culturales y educativas.
Todo lo contrario que coros y danzas, charanga y pandereta, migas y fútbol, Virgen y procesiones, pan y toros.
Don Ángel, la investigación no ha de ocupar a todo el mundo, y si encima esa investigación se hace con sesgo ideológico, pues menos considerada será por casi todo el mundo.
La cultura popular siempre ha sido incorrecta para los investigadores de sesgo ideológico.
Aquí comemos, bebemos, meamos y cagamos ideología.
Así que refrendo la famosa frase de que todo lo popular es incorrecto.
El pueblo no puede ser artífice de la cultura si ésta no es plural. La pluralidad es y será siempre incorrecta. Y no habrá pluralidad mientras comamos, bebamos, meemos y defequemos ideologías.
Así que los toros, el fútbol, los coros y danzas, migas, Virgen y procesiones, el encaje de bolillos…me parecen deliciosas expresiones de cultura popular libre e incorrecta por no dejarse manejar por las ideologías.
Fijese que Alberti y Lorca podían hasta disfrutar de los toros. Y los pobres hasta soñar e intentar con ser futbolistas o toreros, y no necesariamente ser el Che Guevara.
Las ideologías no han sido históricamente ni plurales ni acogedoras.
Mi apoyo al Museo del Niño sin sesgos ideológicos, y al artículo de Isidro si es lo que pretendía.
Los niños injustamente no han sido tratados como sujeto histórico, salvando aquella extraña y fatal cruzada de niños en el medievo.
La alta tasa de analfabetismo, mortalidad y escaso protagonismo que les ha dado la historiografía, bien merecen un Museo, más que para descubrir cómo se les educaba, para saber cómo vivían, con qué jugaban, en qué trabajaban y en qué tipo de familias y ambientes se desarrollaba su cotidianeidad.
Nada que ver con las ideologías, y algo que puede suscitar la curiosidad popular, cuando el cómo tratar y educar a los niños es un grave problema social en esta sociedad autosatisfecha y opulenta que les da de todo.
La Educación es, sin lugar a dudas, pilar básico de toda sociedad progresista que persiga un desarrollo social, económico y cultural.
La Educación es la eterna asignatura pendiente de nuestro país. Un problema que no queremos resolver.
A la gente le interesa la Educación y, particularmente a los medios, hasta que los chicos están dentro de las aulas.
Si somos tan listos, ¿cómo podemos equivocarnos tanto?….
Porque mezclamos política con Educación.
Y lo sufren nuestros hijos.
Parece mentira que aún no lo entiendas.