Irenea del Olmo Agudo.- Mi mundo ha cambiado radicalmente desde que una enfermedad rara, me dejara en una silla de ruedas. Tras haber superado un sinfín de problemas, he decidido escribir estas palabras con el fin de concienciar a quien las lea y así poder obtener apoyo tanto público como privado para que las personas que estén en mi misma condición, podamos desarrollarnos personal y profesionalmente.
Quiero dejar claro, que una persona parapléjica puede llevar una vida familiar casi plena (cuidado de hijos, trabajar por cuenta ajena o propia, actividades con amigos….) siempre y cuando nuestro entorno este adaptado.
El gobierno local de Almodóvar del Campo, localidad en la que resido, ha realizado múltiples actuaciones que han hecho posible que podamos acceder a la mayoría de los lugares públicos. Desde la Alcaldía nos han ofrecido ayuda continuamente, lo que tanto yo como AIDAC-COCEMFE, asociación a la que pertenezco agradecemos con total sinceridad. Es por ello, que nuestro municipio ha recibido el Premio Reina Leticia a la Accesibilidad el pasado año. Aun así, queda mucho trabajo por hacer y mejorar. Hay calles en las que se han realizado los rebajes correspondientes en las aceras, pero sus bordillos no están lo suficientemente enterrados para bajarlos con la silla cómodamente. También nos encontramos barreras en algunos resaltos de calzadas en las que han dejado un hueco amplio entre la acera y el reborde por el que tampoco podemos pasar. Hay vías en las que se deberían tapar grietas de una considerable dimensión (Ejemplo: Calle Castellanos). A pesar de haberlo solicitado en reiteradas ocasiones, no contamos aun con puertas automáticas en el Centro de Salud, etc.
Solicito también la creación de una bolsa de empleo específica para trabajadores discapacitados (Conserje/Recepcionista), puestos que hasta la fecha han sido ocupados con personal que puede realizar otras tareas (limpieza viaria, ayuda a domicilio…) y horarios que nos ayuden a compatibilizar la vida laboral con la familiar.
Hago estas reivindicaciones no solo por mí o por los que están en mi misma situación, sino por generaciones futuras. La vida da muchas vueltas y lo que hoy vivo yo, mañana puedes sufrirlo tú. El depender de una silla de ruedas, implica que continuamente tengamos estar superando barreras, pero somos personas como cualquier otra y tenemos los mismos derechos.
Espero que este periódico tenga una gran divulgación y no sea un simple papel que ponemos en un banco para no mancharnos y estos párrafos obtengan los efectos oportunos.
Almudena
Comparto tus preocupaciones, Irenea. Mi mujer también padece un problema parecido, y te animo a que expreses en este y en otros medios de difusión una problemática que, con frecuencia, es objeto de olvido por parte de quienes a la pregunta ¿cómo andas? responden con cualquier cosa menos «con las dos piernas». Ya es bastante que te recorten las piernas como para que, encima, recorten las ayudas a la discapacidad y, sin embargo, eso es lo que se ha hecho en muchos casos.
Ánimo, y a seguir…