Jesús Millán Muñoz.- 0. ¿Cuándo una persona, después se sabe que en enferma mental realiza un acto que diríamos es un delito o un crimen, entonces la sociedad se da cuenta, que existen personas enfermas mentales y que la sociedad tiene que cuidar de ellas, de forma adecuada, moral acertada, sanitaria acertada y médicamente eficiente o al menos lo más posible…?
1. En enfermo o enferma mental es una persona. Esto es lo primero que todo individuo debe saber, sea persona, sea entidad jurídica, sea colectivo o sea ideología.
2. Debe aumentar el respeto que la sociedad debe a las personas que tratan y cuidan, en los distintos oficios a las personas con desarmonías psicológicas, sean graves o leves…, por parte de las entidades y colectivos que forman y conforman la sociedad, por parte de las administraciones públicas y de la empresa privada…
3. Someter las prácticas y teorías sobre la salud en general, y sobre la salud mental en particular, a los análisis científicos y metodológicos actuales. Para de ese modo, buscar nuevas soluciones a problemas viejos o antiguos o nuevos o actuales…
4. No seguir normas morales y éticas correctas, por parte de la sociedad y de los individuos agrava los trastornos psicológicos. Porque la moralidad y la salud moral está en correlación, al menos en parte, con la salud física y la salud psicológica de las personas, familias, colectivos, sociedades, Estados.
5. ¿Hay que pensar si una sociedad, con una moral más incorrecta, a nivel teórico y a nivel práctico, hay más propensión, más tanto por ciento, no solo de mayor sufrimiento, sino también de mayores grados de enfermedad física y psicológica, e incluso psiquiátrica…?
¿Hay que estudiar y analizar, si a mayor nivel de ética y moral incorrecta, por parte de la sociedad, individuos, familias, colectivos diversos aumenta el nivel de infelicidad, de sufrimiento, de angustia, y por tanto, de enfermedad física, psíquica, de trastornos diversos en esas múltiples realidades…?
¿Una moral y ética incorrecta, hace aumentar la angustia-sufrimiento y por tanto, trastornos físicos-biológicos y psicológicos psiquiátricos, en mayor o menor grado…?
6. ¿Hay que estudiar que una religiosidad-espiritualidad mínima, racional y prudente, es un arma más para la lucha contra la enfermedad, incluso contra las patologías biológicas y psicológicas e incluso psiquiátricas…?
¿O dicho de otro modo y de otra forma, una religiosidad-espiritualidad mínima, racional y prudente, acompañada de una moralidad-ética religiosa o filosófica mínima racional y moderada y prudente, aumenta las posibilidades de curación en trastornos psicológicos y ralentización o disminución de problemas psiquiátricos…?
¿Es decir, dicho de otro modo, una religiosidad mínima correcta, es una terapia más, que a las demás existentes, pueden ser un elemento a tener en cuenta, para la curación de enfermos o de determinados trastornos psicológicos o psiquiátricos, o al menos disminuir, los niveles de sufrimiento, angustia…?
¿Aumentar los actos buenos y positivos, y por tanto, no enredarse en actos malos y negativos y perniciosos, sea desde un nivel o tipo o sea desde otro…?
7. ¿Hay que plantearse si un sistema filosófico correcto, o más correcto, a nivel teórico y a nivel práctico, aleja de sufrimientos y penas y angustias, aleja de trastornos físicos y biológicos y fisiológicos, y aleja de trastornos psicológicos, sociales, culturales, etc.? ¿Y por tanto, son un elemento esencial de la vida humana, tanto a nivel individual, colectivo, empresarial, económico, social, cultural, e incluso estatal…?
¿No es que aleje totalmente de esos males y sufrimientos, pero al menos los reduce o disminuye o ralentiza…, igual que una buena conducta de salud disminuyen multitud de otros parámetros…?
8. Nadie está libre de caer en una patología-disfunción-enfermedad mental, él o ella o su hijo o hija o su nieto o nieta, si es que no lo ha pasado su abuelo o abuela o bisabuelo o bisabuela. Por consecuencia, deberíamos ser más misericordiosos y prudentes con todo este tipo de enfermedades, y escuchar lo que dicen e indican los expertos o especialistas, tantos médicos, psicólogos, psiquiatras, y personal especializado. Al menos contrastar la opinión o diagnóstico o pronóstico de varios de ellos, no digo quedarse solo con un parecer.
9. Antes a muchas enfermedades y trastornos psicológicos-psiquiátricos, se les denominaba vicios, hoy los denominamos trastornos-disfunciones-patologías-enfermedades psicológicos-psiquiátricas o biopsicológicas. Quizás, combinar ambos puntos de vista, más otras perspectivas sería bueno y conveniente para orientar bien este problema, dicho de otro modo, una correcta salud física y biológica influye en una correcta salud psicológica y mental, y una correcta salud moral y ética, afecta a una buena salud física-biológica y psicológica-mental. Es decir, que estos tres planos, más otros, estas tres áreas se interrelacionan. Deberíamos pensar que malas costumbres sociales, pueden incidir en un mayor número de trastornos psicológicos, malas prácticas morales y éticas también.
10. Hay millones de personas enfermas de patologías más graves o menos graves a nivel psicológico-mental en el mundo. Por tanto, la sociedad, la ciencia, las entidades sociales privadas y públicas deben buscar las maneras más eficientes, de que dichas personas puedan soportar mejor dichas patologías, puedan curarse mejor, puedan llevar mejor vida y más digna. Todo lo que ayude a ayudarles, debe ser incentivado. Para eso debemos más investigación, más y mejor buena voluntad, entre otros parámetros.
Creo que lo primero es saber diferenciar entre psicología, psiquiatría y salud mental.
La salud mental es el estado de equilibrio de una persona y su estado socio-cultural.
Por otro lado, la psicología es parte de una disciplina académica que requiere de un título de psicología.
Mientras que la psiquiatría es una parte de la Medicina que se ocupa del estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades mentales.
Es decir, el psiquiatra ponen más atención a los posibles problemas fisiológicos y el psicólogo se centra en la conducta humana y en los acontecimientos que llevan a comportamientos específicos.
Dicho esto, es obvio que las personas con enfermedad mental empujan cuesta arriba una pesada piedra, la del estigma y la discriminación que padecen estas personas desde buena parte de la sociedad.
La evidencia científica nos dice que las personas con trastornos mentales graves no son más violentas que las demás. Al contrario, suelen ser víctimas y no agresoras. Su enfermedad les convierte en objeto de desprecio, burla y violencia.
No debemos acercarnos a la enfermedad mental con las ideas preconcebidas que han estigmatizado durante siglos a las personas con esas patologías y a sus familias.
La pesada piedra del estigma de la enfermedad mental puede aplastarnos de forma individual, pero si la manejamos entre todos, puede hacerse tan llevadera hasta que ni la percibamos y desaparezca.
Al fin y al cabo, casi el 50% de los adultos padece un trastorno mental en algún momento de su vida….
El enfermo mental en la mayoría de los casos es declarado incapacitado civil y político.
Personas que por ello son especialmente proclives a estar desprotegidas, no votan y en muchos casos son abandonadas por las familias.
Un Psiquiátrico es una radiografía mental de nuestra sociedad. Y alarma observar que las patologías mentales afectan cada vez a más personas y a más jóvenes. Es muy inquietante.