Una parte -demasiado pequeña- de las personas de izquierdas de hoy en día, aún mantiene la lucidez suficiente como para tener claro que, para poder alcanzar ese “Pan, Trabajo, Techo, e Igualdad” al que aspiran, es imperativo erradicar una lacra cuya mera existencia hace inviable la consecución de esos objetivos: el actual sistema económico, esto es, el Capitalismo.
Hoy, el Capitalismo establece las reglas de forma global. Y la consecuencia directa de la aplicación de esas reglas es la tendencia a generar, sostener y aumentar las desigualdades e injusticias.
Por ejemplo, la Pobreza, que es consecuencia directa del sistema económico que la genera. O los déficit en atención sanitaria -tanto en la “Sanidad Pública” como en la privada-, que son consecuencia directa de la priorización de lo económico sobre la vida humana. Etc.
Mientras sigan funcionando las mismas reglas económicas, ninguna lucha por cambiar las cosas tendrá efectos importantes o duraderos. Las trabas que impone el sistema económico impiden los grandes objetivos, mientras que las victorias parciales que se arrancan con tanto sacrificio, con los años, acaban por perderse de nuevo.
Como bien hemos podido comprobar hoy en día en nuestro país.
Cuando las reglas son perversas, cuando condicionan absolutamente el resultado final de lo que hacemos, no queda más remedio que cambiarlas si queremos resultados suficientes y permanentes.
Y por ello, hay personas de izquierdas que tienen claro que el Capitalismo es parte del problema.
Y en consecuencia, trabajan por modelos económicos diferentes variados, desde la clásica abolición de la propiedad privada, hasta la reciente, reformista y moderada propuesta de la “Economía del Bien Común” de Christian Felber, mucho más digerible para el domesticado ciudadano medio europeo de hoy en día.
Pero casi todas esas personas bienintencionadas se dejan el trabajo a medias.
Y es que, la misma lógica que se aplica a la Economía, igual hay que aplicarla a la Política: si el sistema económico es parte del problema, obviamente el sistema político también tiene que serlo. Exactamente por los mismos motivos: el sistema político hegemónico hoy en día, la “Representación” -con sus partidos políticos y sus parlamentos-, también impone las reglas a consecuencia de las cuales llegan la desigualdad y la injusticia.
Si cambiar las cosas requiere del cambio del perverso sistema de reglas en lo económico, por lógica también requerirá del cambio del perverso sistema de reglas en lo político.
De cajón.
Por desgracia, la consciencia de este hecho, pese a ser de sentido común, no está en las mentes de casi nadie. El lavado de cerebro funciona.
Y a consecuencia de ello, ahí tenemos a la gente de izquierdas pretendiendo defender sus objetivos, codo con codo con políticos y demás actores del Régimen, sujetos estos cuya misión es precisamente que esos objetivos se alcancen en el menor grado posible.
Y ahí tenemos a la gente de izquierdas pidiendo a la gente que se una a la “lucha”, codo con codo con políticos y demás actores del Régimen, que están ahí precisamente para mantener a la gente fuera de esa lucha, sumisa, dependiente, inmadura, limitada políticamente a echar un voto a una urna cada cuatro años.
Esto es, codo con codo con aquellos que trabajan contra la Democracia.
No se puede ser más incoherente.
Y por ahí, vamos mal. Por ahí sólo hay más Régimen. Por ahí está el Sistema.
Lo llaman democracia, y nunca lo ha sido.
Gonzalo Plaza
Ciudadano en blanco
Con el consumismo y la abundancia de productos en los mercados, el capitalismo tiene más que consolidada su aceptación por parte de su gran avalista, la clase media, hostil igualmente a la extrema izquierda igualitarista y a los regímenes autoritarios.
Angel Manuel dice:
9 junio, 2017 a las 09:39
Angelmanuel ¿Estás de vacaciones? O estás engañando a los españoles?
Lo mismo que tú a tú mujer, jajajajajaja
A ver, que yo me enteré? Ahora vas a por mi pareja? Cuéntame?
Engañas a tu mujer??
Pues yo lo mismo a los españoles.
Vuelvo a insistir en que la ‘democracia participativa’ debe, no sólamente coexistir con la ‘democracia representativa’, sino que debe aprender a usarla para su extensión a cuanto espacio social pueda.
Tenemos que fortalecer las instituciones representativas a través de un agregado de mecanismos participativos e inclusivos que, sin desnaturalizar la esencia del sistema representativo, nos ayuden a equilibrar la demanda ciudadana.
No hay error ni desacierto…
A nivel municipal los partidos políticos no deberían tener representación, deberían tenerla las plataformas de vecinos.
El caso de Torrelodones es un éxito de participación y buena gestión. Sobraban los políticos.
A nivel municipal deberían decidir directamente los vecinos. La representación es innecesaria. Y tóxica.
Y a nivel nacional, lo mismo.
Sobran los políticos profesionales.
A todos los niveles.
No existe la «democracia representativa». Representación es aristocracia.
Volveré a dejar aquí uno de los enlaces donde lo argumento, aunque ya sé que por desgracia el lavado de cerebro no se supera con un poco de lectura.
http://ciudadanoenblanco.blogspot.com.es/2015/04/aristocracia-vs-democracia-eleccion-vs.html
Y aristocracia y democracia no pueden coexistir. Son opuestos.
A mi me convence más un sistema mixto de representación y democracia directa para asegurar un control permanente a los que dicen ser representantes de los ciudadanos y acaban siendo representantes de otras cosas.
Prefiero un sistema que asegure la consulta a todo el pueblo soberano en las decisiones de interés general.
Y para garantizar las consultas, que puedan ser promovidas por un número considerable de firmas de los electores, no sea que el político de turno se «olvide» de consultar al pueblo soberano que dice representar.
Un sistema mixto con aristocracia (representación) y democracia sería un paso necesario en el camino hacia la democracia plena, pero sólo funcionaría si es con ese fin, esto es, si la representación va perdiendo peso -lo más rápidamente posible- hasta desaparecer.
Una coexistencia a largo plazo de ambos sistemas es inviable. Son contrarios, habría incompatibilidades y problemas por todas partes, el resultado podría ser hasta peor que el que tenemos ahora.
Además, una vez se es consciente de que la representación es contraria a la democracia, desde el punto de vista del Pueblo no tiene sentido plantear algo así. Necesitamos democracia, cuanto antes. La representación es aristocracia. Los representantes no «acaban» sirviendo a otros, nacen sirviendo a otros. Es su razón de ser. Jamás sirven a los ciudadanos, ni siquiera a los que les votan.
Estoy de acuerdo en que sería un buen punto de partida.
Jamás en la historia de la humanidad ha existido tanto bienestar y nunca tantos millones de personas han podido disfrutar de este bienestar. La esperanza de vida a nivel mundial ha aumentado de 1960 a 2015 en 20 años. La tasa de mortalidad de los recién nacidos se ha reducido en el mismo periodo de 121 por cada mil bebés a 31 por cada mil. Son sólo un par de ejemplos.
Cuando leo que el problema es el Capitalismo, pienso en los cien millones de muertos que el Comunismo ha producido en sus cien años; pienso en cuántas personas hubieran podido salvarse y disfrutar del bienestar que disfrutamos todos nosotros; pienso en esos regímenes totalitarios que con la excusa del Islam condenan a sus pueblos a la miseria y el subdesarrollo; pienso en Cuba y Venezuela y en el sistema representativo que impera en esos países.
El sistema representativo no es el problema. El problema es su concepción y la expulsión del mismo de su fundamento y legitimidad: la soberanía nacional, todos y cada uno de nosotros. No se puede decidir en asamblea cada uno de los actos que el devenir y funcionamiento de un estado moderno implica. Es absurdo y produciría una parálisis que, a su vez, produciría una mayor injusticia de la que, se supone, pretende remediar.
La figura del político profesional, tampoco ha de excluirse o condenarse. Antes al contrario, la complejidad de un estado requiere una preparación y conocimiento muy alto. Lo que hay que buscar y salvaguardar es el poder del pueblo para expulsar al político, profesional o no, cuando este lo estime, pues él es el único soberano.
Y esa es la quiebra que se ha producido, y que se cifra como ejemplo más evidente y vulgar en la Unión Europea. Una institución que rige nuestras vidas y haciendas de un modo cuasi absoluto está en la misma medida fuera del control de la soberanía. Una estructura funcionarial, administrativa y política monstruosa, enorme, que vive de nuestros impuestos, no está sometida al control de su dueño, de su único soberano: todos y cada uno de nosotros.
El problema no es el Capitalismo. Mucho menos la democracia representativa. «El problema- zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda… eso es todo».
No es cuestión de decidir en asamblea cada uno de los actos que el devenir y funcionamiento de un estado moderno implica, pero si de consultar la legislación que lo rige, como mínimo cuando sea de interés general.
Diferenciemos ejecutivo, legislativo y judicial.
Una vez consultada con el pueblo la legislación, el ejecutivo (el gobierno) la ejecuta y el judicial controla que su ejecución sea confirme a la ley.
Controles adicionales:
1. El pueblo soberano puede promover las consultas legislativas, por si el representante se olvida de hacerlo.
2. El pueblo soberano puede revocar anticipadamente el mandato a su representante, si considera que ha dejado de representarle.
¿Podemos estar de acuerdo en esto?
Seguro que se puede dar más participación directa al ciudadano en la toma de decisiones que le afectan. Y sería muy conveniente que así fuera. Pero yo preferiría que se eliminarán las infinitas instancias administrativas y dejar que las personas se organizarán de forma natural, con libertad.
En el ámbito local, por ejemplo, el ayuntamiento debería dedicarse a mantener limpias e iluminadas las calles, a recoger y gestionar las basuras, a mantener el orden público y la seguridad y poco más. No creo que sea competencia del ayuntamiento organizar la cultura de la ciudad a través de consejos de cultura, por poner un ejemplo.
Podemos estar de acuerdo también en eso. Cada Administración Pública debe ejercer sus competencias y estas se pueden regular por Ley.
No entro en decisiones concretas, pero si creo que hay que darle más participación a la gente para que tome decisiones, a todos los electores, que también somos al fin y al cabo quienes pagamos las facturas y los excesos.
Esto no es algo de izquierdas o de derechas, es democracia.
Me alegra que por lo menos estemos de acuerdo en estas cosas básicas, independientemente de la ideología de cada cual.
Saludos.
No veo yo tanto bienestar en el mundo. Al contrario.
Nunca como en estos últimos 100 años de «representación» y «capitalismo» tantos seres humanos han muerto en guerras, de hambre o de miseria. Están muriendo ahora mismo, producto de la actuación de las naciones con gobiernos representativos y de la codicia de los que más tienen, a los que sirven esos gobiernos.
Y no, el comunismo no ha producido ningún muerto. Los que han matado son los dictadores que han gobernado en nombre del comunismo, tan falsos como los regímenes representativos que gobiernan en nombre de la democracia.
Y no, no se ha producido ninguna «quiebra». Ese es parte del error en el que caéis los que defendéis la representación. El creer que se ha producido una quiebra recientemente, como si el sistema representativo hubiera permitido en algún momento de la historia la soberanía del pueblo.
Jamás ha ocurrido.
Porque no es posible.
La representación, desde siempre, ha servido a los poderosos como herramienta de canalización y mantenimiento de su poder sobre el pueblo. Nació para eso. Para impedir la soberanía del pueblo.
Y en consecuencia, evoluciona en esa línea, como prueba la Unión Europea.
Pero de quiebra nada. Eso es lo que siempre ha sido el sistema representativo.
Gonzalo, estoy de acuerdo con usted en todo, menos quizás en el primer párrafo, muertos ha habido siempre y quizás más que ahora.
Aunque no estemos de acuerdo en todo, le agradezco el intercambio de puntos de vista, se expresa usted con modales y sin disparates.
Saludos.
En realidad lo de los muertos no es discutible tampoco, es una cuestión cuantitativa. Antes no moría tanta gente básicamente porque no había tanta gente sobre el planeta.
Me refiero a su comentario anterior, sobre los 2 artículos ya le he dado también mi humilde opinión.
En el año 1900 había en el mundo 1.600 millones de personas, en 2017 la población mundial supera los 7.000 millones, casi 8.000. Esto quizá usted lo adjudique a unas condiciones precarias para el desarrollo de la vida. Yo pienso todo lo contrario.
Es cierto que en el siglo pasado se ha matado mucho. También es cierto que eso es fruto de una sofisticación técnica nunca antes alcanzada por la humanidad que aplicada a la guerra ha dado esos terribles resultados. Y es cierto que ahora mismo hay gente muriendo y que no tiene lo mínimo indispensable para sobrevivir con dignidad, pero todo esto, por abominable que sea, no excluye una evolución general a mejor del mundo y sus habitantes.
Y, don Gonzalo, si el comunismo no ha matado a ninguna persona, sino que han sido los dictadores que han gobernado en su nombre, tampoco el nazismo ha matado a nadie, ¿verdad?; mucho menos las naciones con gobiernos representativos o la codicia. Y menos aún, don Gonzalo, siguiendo su premisa, podemos acusar al capitalismo de ser el causante de la pobreza o de los déficits de la sanidad tal como usted afirma en su artículo.
Usted, permítame decirle, don Gonzalo, tiene una actitud que no entiendo, y conste que me esfuerzo en comprenderle. Se empeña usted en mantenerse en aguas vírgenes, evitando la contaminación de las orillas, pero va a terminar usted ahogándose.
No existen sistemas perfectamente democráticos, eso es un ideal. Los humanos hemos de conformarnos con aproximaciones lo más parecidas a la democracia. Y la representación es un mecanismo que, mejorable, a día de hoy pocos son los que lo discuten. Piense en las comunidades de vecinos y cómo se organiza su gobierno; en las aulas de los colegios se elige a un delegado…
La representación es inherente a la naturaleza humana. Siempre han existido líderes, personas que destacan en un ámbito y en la que el grupo delega. Esa negación suya de la naturaleza humana se manifiesta también en su deseo de eliminar la propiedad privada. Al final, don Gonzalo, tiene usted todas las trazas de un perfecto totalitario, aunque quizá usted no se haya dado cuenta aún.
Ya que este comentario no va dirigido a mi, sólo haré una pequeña puntualización: el nazismo se basaba en la supremacía de la raza aria frente a todas las demás. De ahí al genocidio.
Saludos.
Claro, claro. Y el comunismo soviético era un régimen de partido único. De ahí a decenas y decenas de millones de muertos por ser un burgués, o un kulak, o porque Acerín tenía una idea y deportaba a unos centenares de miles de personas de una misma etnia o grupo social…
El RÉGIMEN soviético fue una dictadura de partido único.
A partir de ahí ya no había comunismo por lado alguno.
Y al mando del partido hubo uno o varios psicópatas, como suele ocurrir en las dictaduras -y en los partidos-.
Y bueno, a los primeros que purgaron en la dictadura soviética fue a los comunistas de verdad, que fueron sus aliados en la revolución, una vez no los necesitaron.
Como luego, en colaboración con el gobierno representativo de la España republicana, purgarían de la misma manera a sus aliados anarquistas durante la guerra civil.
Así actúan los dictadores. Y así actúa el Capitalismo.
Que por cierto, al sistema político soviético de esa época algunos lo llamamos Capitalismo de Estado. Por darle un nombre que coincida con lo que era realmente. Que no fue comunismo.
Sí que podemos acusar al capitalismo o al fascismo, porque los regíḿenes capitalistas o fascistas eran y son capitalistas y fascistas. Ahí no ha habido engaño.
Lo que no han sido nunca ha sido democráticos o comunistas, aunque presumieran de ello.
Segundo, el aumento de población ha sido posible gracias al progreso tecnológico. Pero a muchos de esos miles de millones de seres humanos ese progreso tecnológico les ha alcanzado lo justo para mantenerse vivos lo suficiente para 1) cumplir con su tarea de esclavos asignada por el capitalismo hegemónico 2) procrear nuevos esclavos.
Y el exceso de población es una clara señal de subdesarrollo.
Si hubiera existido un auténtico progreso en términos humanos habría habido mucho menos incremento de la población -por un control racional de la natalidad- y mucha más atención al bienestar de los ya nacidos.
Y claro que no existen sistemas perfectamente democráticos. Pero es que la representación no es que no sea perfecto, es que es LO CONTRARIO.
Lo he explicado ya muchas veces.
He dejado enlaces ya muchas veces.
La representación es un sistema político aristocrático.
Lo cual nadie cuestionaba hace 200 años, pero hoy, con el lavado de cerebro generalizado, es justo lo contrario. Sin pensamiento crítico, todo el mundo repite el dogma oficial, el mismo que usted, Sr. Censor, repite.
Por eso no me entiende, porque usted no tiene más conocimiento que el dogma oficial del Régimen, y para entenderme tendría que saber mucho más. Y tendría que saber pensar por sí mismo, cosa que tampoco hace.
Y ese es mi problema. Que pienso por mí mismo y sé de lo que hablo.
Para muestra, lo de las comunidades de vecinos… donde no hay representación… porque se participa directamente, sin elecciones, rotando los cargos anualmente. Y los primeros, escogidos por sorteo.
Al menos, en la mía es así.
Curiosamente me acaba de poner un ejemplo de democracia -imperfecta, pero democracia-, y lo confunde con representación, Sr. Censor.
Porque usted es un ignorante.
Ojo, no pretendo insultarle, al 99% de los españoles le ocurre lo mismo.
Es una observación objetiva.
Es cierto, tu intelecto está por encima de la media.
Lo que pasa es que funciona sólo a medio gas. El otro medio es como si no existiera. Ideológicamente descartado.
Como el marxismo y el liberalismo.
Hoy se habla de pensamiento líquido y posmodernidad.