La familia real portuguesa sale del palacio ducal de Villa Viçosa, cerca de la frontera española, en busca de la muerte y la encuentra en la Plaza del Comercio de Lisboa el 1 de febrero de 1908. Después se proclama la república. En la bonita población del Alentejo central está la sede de la Casa de Braganza, convertida en reinante, pero allí hay mucho más. La Historia, presente de manera significativa, enseña arquitectura popular, palacios, iglesias, ermitas, museos, castillo, pelourinho y mármol, mucho mármol. Merece la pena una visita a la villa, con un buen número de naranjos, rodeada de olivares, alcornocales, encinares y plantas aromáticas.
Florbela de Alma da Conceição Espanca nace en Vila Viçosa en 1894, lo que marca su vida de forma indeleble, y muere en Matosinhos, cerca de Oporto, en 1930. Autora polifacética, conocida como Florbela Espanca, escribe poesía, cuentos, un diario y muchas cartas. Hace traducciones diversas y colabora a lo largo de su vida en muy diferentes publicaciones periódicas.
Tiene una vida plena, tumultuosa, inquieta y llena de sufrimientos íntimos. Su padre biológico no la reconoce, hay abortos, separaciones, amores… Pero Florbela sabe transformar sus vivencias en poesía de alta calidad, cargada de sentimiento, erotismo y feminismo. Entre sus obras se pueden recordar Livro de Mágoas (1919), Livro de Sóror Saudade (1923), As Máscaras do Destino (1927, publicado después de su muerte) o Charneca em Flor (1931). Es posible consultar y descargar sus libros en la página Luso Livros.
En España su figura literaria se trata en algunos artículos publicados en revistas especializadas, en periódicos o en unas pocas obras. En 1921 Umberto Pelagio cita a Florbela Espanca y a Virginia Victorino como “interesants poetesses” (La Revista, Barcelona, 1.7.1921). En 1927 Augusto d’Esaguey incluye a Espanca en un grupo de ilustres poetisas portuguesas y habla de sus admirables sonetos (Gaceta Literaria, Madrid, 15.2.1927).
En 1979 Santiago Castelo retrata así a la poetisa: “Será su propio tormento interior, su rabioso feminismo, su afán de tramutación, lo que nos ofrezca esa poesía ‒atenida prodigiosamente a las formas clásicas‒ tan llena de pasión y de vida. Florbela Espanca en su dolor o en su melancolía hará juegos con el idioma, buscará la palabra más certera; pero ésta bailará con ella y la traerá y llevará como en una danza a veces macabra de amargura y de risa. Se diría que intenta ahogar su propia desesperación en el hallazgo mágico, recreado, de los fonemas lusitanos: Saudades de saudades que nao tenho… Sonhos que sao os sonhos dos que eu tive…” (ABC, 26.1.1979). Doce años después, Florencio Martínez Ruiz afirma que Florbela mantiene “su voz de mujer en toda su enraizada fiereza, empastada y realzada con su soberano oficio literario” (ABC, 14.9.1991).
Es en 1991 cuando se publica un libro sobre ella escrito en castellano. La autora, María Tecla Portela Carreiro, presenta en Florbela Espanca, quimera y sausade, una visión de la figura femenina más representativa de la poesía portuguesa contemporánea, con una introducción dedicada a su vida y a su obra y una antología de sus poemas. Y en 2011 José Carlos Fernández publica en Badajoz Florbela Espanca, poetisa del amor. Biografía y poesía completa, donde se puede apreciar la importancia de una mujer que no se resigna a interpretar el papel reservado entonces a las mujeres.
Florbela, como escribe en uno de sus sonetos, vive intensamente: “Yo me bebo la vida a grandes tragos / como un vino divino de Falerno. / Cayendo sobre ti mi amor eterno / igual que caen las hojas en los lagos…”.
Sus tres divorcios son motivo de escándalo, su afán por llevar una vida independiente la ponen en el punto de mira de la tradición y la fuerza de su poesía erótica ofende a las almas timoratas. Además, su hermano Apeles Espanca muere en 1927, al desaparecer en el Tajo el avión que pilota.
Y esa vida intensa, tumultuosa, apasionada, termina muy pronto. Llega una grave enfermedad. Escribe Tecla Portela que su estado físico se deteriora: “tiene fiebres altas, padece un cansancio que la aniquila, sufre insomnios durante días seguidos, y sólo puede dormir con la ayuda de somníferos”. Intenta el suicidio en dos ocasiones y a la tercera lo consigue. Es el día 8 de diciembre de 1930, cuando cumple treinta y seis años.
Se pretende hacer homenajes, pero la Iglesia es contraria a ellos e, incluso, a su obra. No obstante, en 1964 regresa a su tierra natal y un grupo de amigos sufragan los gastos de un panteón, hecho en mármol, que se sitúa en la misma entrada del cementerio de Vila Viçosa. Hoy en la población su presencia es abrumadora. Teatro, restaurante, escultura, calle, placas diversas. Un pueblo culto que la recuerda y está orgulloso de ella.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
El que se suicidara, quizás, más en ella un acto de coraje que de cobardía, la señaló con el estigma de Caín. Con el estigma de las almas apartadas ya para siempre de la gracia y el perdón divino. ¡Pavorosa sentencia!
El llamado Nuevo Estado en Portugal, por evidentes razones políticas y propagandísticas, la consideró persona ‘non grata’.
Si hay una aparente contradicción entre la profunda religiosidad de Florbela Espanca y su desafío a las normas imperantes de una religión con nombre y apellido, ésta se debe a la poca amplitud mental de quienes la juzgaron y condenaron, cuando no a su hipocresía.
Quizás deberíamos separar ‘religión’, con sus credos y rituales, de la ‘mística’.
Como decían los sacerdotes druidas celtas, «la poesía es la puerta de entrada a la verdadera religión»…
Una historia que se repite mucho más de lo que debería y que demuestra la hipocresía del género humano estabulado entre las pulsiones humanas y las orejeras religiosas. Entre los deseos más básicos y el corsé del qué dirán.
Es cierto que para algunas personas el «muere joven y deja un bonito cadáver» es la única salida. El suicidio es un derecho muy personal cuando la situación es tan extrema que no tienes armas para abordarla, pero eso las religiones no lo van a entender nunca.
Much@s jóvenes llegan a esta situación por la presión de un entorno que es incapaz de ver tonos. Solo blanco y negro. Y, a poder ser más negro que blanco.
Una pena. No avanzamos.
Delicioso. Me recuerda un poco a la Pizarnik
Pizarnik no vale un duro en poesía.
Una vida intensa, libre, caprichosa…
No podía acabar bien???
Pequeno e lindo homenagem a uma poeta que mora na alma portuguesa e porventura na inteira armilla. O pensamento mórbido e confrangedor em torno de sexualidade nem morta deixa-lha jazer em paz.
No cabe duda de que cada vez interesa menos, generalmente, el arte que la historia, la obra que la biografía, y más tratándose de poetas. En este sentido, si se quiere profundizar en la vida y obra de Florbela Espanca, es de provecho la biografía que escribió otra gran firma de las letras portuguesas, Agustina Bessa Luís, así como la obra crítica desarrollada por José Régio.
Añadir, nada más, que los primeros versos de Espanca trasladados al castellano, a cargo del también poeta Juan Bernier, fueron seis sonetos publicados en el nº 2, año 1947, en la revista cordobesa Cántico.
Y recordar, de paso, a Irene Lisboa, contemporánea suya, escritora y pedagoga, discípula de Piaget, que también sufrió la reprobación del Estado Novo, sin que de ella pueda conjeturarse disolución alguna.