En la noche de este lunes falleció el sindicalista puertollanero Rafael Martínez Parras a los 62 años de edad. Trabajador de Repsol, asumió desde muy joven el compromiso sindical y desde los primeros años 80 jugó un papel clave para conformar y modernizar las relaciones laborales en su empresa y, después, en todo el grupo Repsol.
Siempre con un pie en los centros del trabajo y en la acción sindical, fue también miembro de la ejecutiva de la Federación de Industrias Químicas (Fiteqa), fusionada hace dos años en la de Industria, con la que ya prejubilado, y luchando desde contra la enfermedad que al final lo derrotó, seguía colaborando. Junto con el reconocimiento y el recuerdo imborrable, CCOO CLM expresa en una nota «su dolor por su muerte prematura y lo comparte con su familia y sus muchísimos amigos».
El funeral de Rafael tendrá lugar este martes a las 17.30 horas en la parroquia de la Virgen de Gracia.
Reproducimos el obituario que ha escrito, desde el tanatorio Virgen de Gracia de Puertollano, su amigo y compañero de trabajo y de sindicato Jesús Camacho Segura:
Rafael Martínez Parras: buen sindicalista, buen negociador, buena persona
Jesús Camacho Segura.- Rafa ha fallecido. Lo ha derribado la “maldita enfermedad” con 62 años, no la ha podido vencer a pesar de llevar meses luchando contra ella. Se nos ha ido un buen sindicalista que, como pocos, ha simbolizado la acción sindical y la negociación en una gran empresa, en Repsol Petróleo y en el grupo Repsol.
Rafa, “Parrita” como también le llamábamos cariñosamente, se incorporó a las tareas representativas en el Comité de Empresa de Repsol Petróleo allá por los ochenta; era uno de los jóvenes sindicalistas que revitalizó a las CCOO en el centro de trabajo. Le correspondió jugar un papel determinante en los procesos reivindicativos que, por aquel entonces, dominaban la confrontación con la empresa. Años de una intensa y valiosa dedicación para conformar y modernizar las relaciones laborales; de movilización y negociación para equilibrar el conflicto de intereses que se produce en el permanente debate entre capital y trabajo. De una productiva atención sindical a los problemas generales y particulares, acudiendo también a los Juzgados de lo Social en defensa de las clasificaciones profesionales, los ascensos, cuándo había que pelearlos con demandas judiciales por falta de diálogo y entendimiento con la parte empresarial.
En su trayectoria tuvo diversas responsabilidades en la empresa y en el grupo Repsol; ocupó la secretaría general de la sección sindical de CCOO en Repsol Petróleo y, en una fase posterior, la coordinación del Grupo Repsol, siendo también miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación de Industrias Químicas (Fiteqa ayer, Industria hoy).
Rafa reunía unas excelentes cualidades que le avalaron para que se le propusiera un salto trascendental en el desarrollo de la actividad sindical de CCOO en el Grupo Repsol; se dedicó en cuerpo y alma a fortalecer los derechos laborales en todas las empresas que conforman la multinacional española. Su capacidad negociadora, su inagotable simpatía y su persistencia y tenacidad abrieron amplias posibilidades para configurar acuerdos generales de amplia repercusión en las condiciones de vida y trabajo de miles de personas que conformaban el entramado profesional en la principal empresa refinera y química de nuestro país.
Muchos compañeros y amigos sienten hoy una terrible orfandad. Algunos le recuerdan desde edad temprana en las escuelas profesionales de los Salesianos de Puertollano, como aprendiz de la entonces Calvo Sotelo, o con su motocicleta “la cabra” que le acompañaba en sus desplazamientos en sus años mozos. Otros le recordarán en sus varias aficiones deportivas: el balonmano –más por sus arbitrajes, acompañado por su inseparable amigo Segundo, sindicalista como él y por él-; por el mediofondo, corriendo con sus dos hijos –a los que ni podía sujetar, ni podía adelantar-; por los partidillos de baloncesto en el “Rabietas Magic” con un nutrido grupo de amigos e hijos… Y muchos sindicalistas, representantes de comités de empresa y de secciones sindicales, dirigentes federales y confederales, guardarán una emocionada imagen de su convivencia, de su buen quehacer, de su nobleza.
A Rafa le recordarán muchas personas: familia, amigos, compañeros, interlocutores… Se le echará en falta. Lo hará su querida compañera Pili, su nieto Alex, sus hijos Rafa y Víctor. Le recordaremos todos y todas. Un gran abrazo a toda su familia. Hasta siempre, “Parrita”.
D.E.P.