El Servicio de Nefrología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha constatado la relación existente entre el sobreesfuerzo que realizan los vendimiadores y la aparición de uno de los efectos más graves que provoca la rabdomiolisis, la insuficiencia renal.
La rabdomiolisis consiste en la descomposición de las fibras musculares y la liberación de los contenidos de dichas fibras en el torrente sanguíneo. Entre sus síntomas se encuentran la debilidad generalizada, la rigidez o dolor muscular, dolor articular, convulsiones y, en los casos más severos, daño renal, ya que algunos de los productos de la disolución de las células musculares, como la proteína mioglobina, son lesivos para el riñón.
La enfermedad fue descrita por primera vez por los médicos que atendían a los heridos en los bombardeos de Londres durante la Segunda Guerra Mundial y es habitual entre víctimas de lesiones por aplastamiento, como sucede con los sepultados entre escombros a consecuencia de un terremoto o un bombardeo, y también puede manifestarse en personas que han realizado un ejercicio físico extenuante.
Dentro de este apartado estarían incluidos los vendimiadores y, desde 2004, en el Servicio de Nefrología del HGUCR, de referencia provincial en procesos agudos, vienen observando que cada septiembre atienden a dos o tres pacientes con fracaso renal severo a causa de la rabdomiolisis, cifra que se disparó en 2013 con hasta diez casos.
Para el nefrólogo Alberto Martínez Calero, estos pacientes son “la punta del iceberg” que pone de manifiesto la incidencia de la enfermedad entre los vendimiadores porque “nosotros sólo tenemos conocimiento de los que nos derivan, los que desarrollan insuficiencia renal, pero no sabemos realmente cuántos padecen un cuadro de rabdomiolisis menos grave”, aclara.
De lo que sí tienen certeza –prosigue- es de que “cada año, cuando llega la vendimia nos llegan dos o tres pacientes jóvenes sin evidencia de patologías anteriores a los que la enfermedad les ha provocado un fracaso renal agudo y que la mitad de ellos acaba en diálisis”.
Los datos y la valoración de esta comparativa anual se han presentado recientemente en una de las sesiones generales que cada miércoles celebra el Hospital General Universitario de Ciudad Real bajo el título ‘Rabdomiolisis, una epidemia anual durante la vendimia en ‘La Mancha’.
Y es que, según destacó el doctor Martínez Calero en su exposición, “estamos ante una variante propia de nuestra tierra de una enfermedad conocida” que no se ha descrito en otras zonas vitícolas de Andalucía o en La Rioja que se sepa y que tampoco se ha visto entre otros trabajadores que también están a la intemperie y que suelen realizar esfuerzos importantes, como los de la construcción.
La conclusión a la que han llegado los facultativos del hospital de Ciudad Real, es que la clave está en “la falta de habituación a las faenas agrícolas y, sobre todo, en el calor: en enero es la campaña de la aceituna y no nos viene nadie”, apunta Alberto Martínez Calero.
La suma de estos dos factores es la que podría explicar que en 2013 llegaran a este centro sanitario diez pacientes con fallo renal severo. Aunque las temperaturas fueron las habituales de septiembre, hay que recordar que la de aquel año fue una campaña histórica en la que la producción regional de vino alcanzó los 31,2 millones de hectólitros y que hubo un incremento de los vendimiadores contratados, muchos de los cuales carecerían de experiencia anterior.
Sobreesfuerzo, calor y deshidratación son, pues, caldo de cultivo para que aparezcan los primeros síntomas de rabdomiolisis y que en las situaciones más graves se produzca el fallo renal agudo. De ahí que el doctor Martínez Calero aluda a la necesidad de estar sobre aviso ante la aparición de estos casos y recomiende a las personas que recurran a trabajar en la vendimia eviten tomar antiinflamatorios para contrarrestar los dolores musculares, adopten medios para intentar paliar el calor y beban líquidos frecuentemente.
Desde la Ley de Accidentes del Trabajo de 1900, se ha ido avanzando lentamente en la prevención de riesgos laborales.
La Ley 31/1995 de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales y su posterior modificación, la Ley
54/2003, lleva a la necesidad de desarrollar una política de protección de la salud de los trabajadores mediante
la prevención de los riesgos derivados de su trabajo.
Actualmente, es necesario seguir avanzando en la información y la formación del trabajador, principales obligaciones del empresario…