El cordero de la foto se había extraviado tras separarse de su rebaño y andaba descarriado por las aceras de Puertollano, pero ahí estaban los vecinos para ayudarlo. Hicieron entrega del animal a agentes de la Policía Local, que localizaron al pastor. El cordero volvió así al redil. «Final feliz», señalan los agentes, que han dado cuenta de la anécdota en su perfil de Twitter @PuertoLocal092.
Me alegro que este pequeño incidente haya tenido un «final feliz».
Ya sabemos que las ovejas suelen estar en rebaños. Si una se da cuenta de que está descarriada de los demás, empieza a balar con desesperación.
Pero, ¿es bueno encerrarnos dentro del redil?
¿»Final feliz»?…
Se despistó y no encontró el botellón.