Francisco Javier López Fernández, director de los Museos, Archivo y Patrimonio Municipales de Ciudad Real.- A lo largo de este año, y con motivo de la celebración del XX aniversario de la muerte de Manuel López-Villaseñor, Técnicos del Museo se han esforzado en acercar la obra del pintor, nuestro pintor al público interesado.En estos cuadros comentados se han puesto a la luz aspectos, que con la simple visita o contemplación de una obra son difíciles de descubrir, desde la elección del tema hasta la propia interpretación de la obra, en la que se reflejan las filias y las fobias; la esperanza o la desesperanza; el amor y el desamor y la ternura… del artista
No queríamos finalizar este “periplo” sin añadir, quizás una de las obras más queridas por Villaseñor “Cebollas”, en la que al igual que en la mayor parte de su Obra juega con la dicotomía de las cosas. En este caso con la muerte frente a la vida.
A simple vista apreciamos trece cebollas en estado de putrefacción. El número trece se asocia al “arcano de la muerte”, de la mala suerte según en qué cultura o religión; mientras que para otras es número de buena suerte. Pero en el cuadro aparecen nueve cebollas que están germinando. El nueve es el número de la persistencia, de la generosidad y de la capacidad de emprendimiento. Por tanto aquí tenemos la dicotomía: morir para luego dar vida. Además esa vida, esa esperanza futura se pone de manifiesto con la presencia de objetos cotidianos, al igual que sucede en las obras denominadas “Testimonio”, la caída, por ejemplo.
Como dice Antonio Zarco, en su obra titulada: VILLASEÑOR, …En estos cuadros, las cosas “son y están”, se han convertido no en imágenes de cosas, ni siquiera en evocaciones de cosas, sino en “retratos de cosas”, en “presencias”, mudas y quietas, pero altamente comunicadoras; hablan poderosamente desde su silencio y su quietud, sólo con su “ser y estar presentes”.
Para finalizar diremos que con el comentario de estas diecinueve obras se puede apreciar, claramente, las distintas etapas en la obra de Manuel López-Villaseñor: Etapa de juventud (Ciudad Real-Madrid), Etapa Italianizante (Viaje a Italia y Regreso a Madrid) y esa amplia Etapa denominada de Testimonio ( Se instala definitivamente en Madrid ) , que tan magnificas obras la representan (Éxodo, el corredor, la caída, A Pilar le dan miedo las mariposas, etc. ), y en la que , al final de la misma (años 80/90), Villaseñor busca la nueva luz para sus cuadros.
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CEBOLLAS
(Cuadro de Villaseñor)
I
Nace de la muerte vida
que en tallo erecto se eleva,
mostrando su cara nueva
ya en su punto de partida.
Desde la propia nacida
va mostrando su verdor
con ese fresco color
que a la retina enternece,
mientras la cebolla crece
desde su entraña interior.
II
El cerdamen las trató
de manera sigilosa,
ya que no eran cualquier cosa
y trato justo les dio.
En plasmarlas se esmeró
y éstas casi están hablando,
su renacer va dejando
una estampa sugerente,
¡llena de vida latente
que muestra su cómo y cuándo…!
Manuel Mejía Sánchez-Cambronero
AL MAESTRO PINTOR, Manuel López-Villaseñor, POR SU MAGNÍFICA OBRA.-