A lo largo del mes de noviembre se han desarrollado una serie de trabajos que han permitido dotar al enclave de una red topográfica, necesaria para situar las estructuras constructivas. Un proyecto enmarcado dentro de la convocatoria de investigación al Patrimonio Arqueológico de la Junta de Comunidades, en cuya financiación también ha participado del propio Ayuntamiento de Daimiel.
Durante el mes de noviembre se han desarrollado una serie de trabajos en la Motilla del Azuer que van a permitir conocer datos hidrogeológicos y topográficos relevantes sobre el yacimiento. En concreto, estos estudios han permitido dotar al enclave de una red topográfica, necesaria para situar las estructuras constructivas.
Por otra parte, una serie de sondeos en el entorno han servido para conocer la realidad geológica de la superficie y del subsuelo de la Motilla, con datos relevantes sobre su estratigrafía o la cronología de eventos humanos y naturales identificados. También se han realizado diferentes valoraciones sobre la relación de las aguas subterráneas con la cimentación y emplazamiento del sitio arqueológico.
Como curiosidad, uno de los sondeos servirá como piezómetro, permitiendo de manera continua medir la presencia de agua y controlar los materiales cuaternarios. Esta actividad se efectuará a través de lecturas periódicas cada tres o cuatro meses.
Estos análisis se han incluido dentro de la convocatoria de Proyectos de Investigación al Patrimonio Arqueológico de la Junta de Comunidades, en cuya financiación también ha participado el propio Ayuntamiento de Daimiel. El equipo de trabajo ha tenido la participación de investigadores del IGME, de la Universidad de Castilla-La Mancha y de la propia institución local.